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Una vez comenzado el sorteo, la tercera bola era mi preferida, pero no ha podido ser. Y es que a estas alturas de la competición no solo hay que pensar en ganar la Copa, sino en asegurarse una plaza en la final para conseguir así ... el billete a la próxima Supercopa. La eliminatoria ante el Mallorca era la vía, aparentemente porque nunca se sabe, más sencilla hacia ese doble objetivo, pero Simeone vuelve a cruzarse en el camino.
Analizándolo en profundidad, es preferible evitar una final contra el club colchonero, no solo por lo que puede suceder en el campo, sino por todo lo que puede suceder fuera de él. Así que podemos valorar como positivo este enfrentamiento en semifinales para asegurar así una fiesta en Sevilla más tranquila. El partido de vuelta en casa es lo mejor que podía pasar. Sea cual sea el resultado en el Metropolitano, San Mamés volverá a empujar a los leones hacia La Cartuja. Tenemos por delante otra gran noche copera. Podemos ir mentalizándonos.
Los jugadores y el míster lo saben, esta eliminatoria será el esfuerzo más importante del mes de febrero, después, llegará el tiempo para pensar y organizar ese partido histórico. Pero ahora mismo, la final no se puede escapar. No podemos perdonar como ya se hizo ante Osasuna. Pero es que este Athletic no es el del año pasado, este Athletic no baja la intensidad, no se relaja, y sí sabe aprovechar sus oportunidades.
Cercanos a ese partido de ida, el Athletic jugará contra el Mallorca y el Almería. El Atlético rondará esos días al Real Madrid y Sevilla. Ligera ventaja a favor de los de Valverde. Dejemos que el Mallorca dé la campanada y nos veamos en tierras andaluzas.
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