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El Athletic jugó a ráfagas. Empató una vez más, pero no fue en esta ocasión un empate decepcionante. Peleó la victoria y pudo llevársela si hubieran acertado en sus remates De Marcos y Williams, y si hubiera acertado el árbitro, quien no vio en directo ... ni en la moviola una zamorana de libro de un defensa del Villarreal, que le indicaron por el pinganillo. Necesitó también volver a mirar por la tele el pase hacia atrás de Muniain a Raúl García, para anular su errónea decisión primera de señalar fuera de juego. ¿Mereció ganar el Athletic? Lo mereció. ¿Fue justo el empate? Lo fue. ¿Pudo perder? Unai Simón lo evitó con dos buenas paradas, pero bueno, los porteros también juegan. Tal vez les esté pareciendo un enfoque contradictorio, se trata de buscarle explicación a un partido abierto, con arreones alternos.
¿Puso el Athletic el empeño requerido en uno de los penúltimos partidos importantes de la temporada? Sin duda, su entrega fue irreprochable. ¿Creyó en la victoria? Creyó, y la buscó durante todo el partido, un partido condicionado indudablemente por la victoria entre semana del Villarreal ante el estratosférico Bayern de Munich y la proximidad en el tiempo de su partido de vuelta. Así que salieron los amarillos, como era de esperar, con un equipo de meritorios, interesados en la Liga y en la disputa de los puestos europeos de la Europa League de la próxima temporada, pero naturalmente más pendientes de los cuartos de final de la Champions de ahora mismo.
Lo mejor del partido fue el gol del Athletic. Raúl deja pasar un balón que le llega a Muniain, y este, con un amago tan solo, se deshace de un defensa y del portero. Me acordé de un gol reciente de Pedri. Y a continuación sirve en bandeja, con la zurda y hacia atrás, una asistencia perfecta para el mismo Raúl, que había seguido la jugada con fe, de manera que al llegar solo tuvo que empujar el balón. Y ocuparse antes, también, de la línea de pase para evitar el fuera de juego. Gran jugada de Muniain y buen gol de Raúl.
¿Fue bueno el empate? Se suele hablar categóricamente de si valen o no esos puntos. Eso ya se verá, mientras tanto prestemos atención al juego que pueda merecer puestos europeos. El Athletic jugó un buen partido en general en el estadio de la Cerámica, que no es un lugar cualquiera. El Villarreal tiene un mérito indudable. Juega bien al fútbol, cuida la cantera, ficha con buen ojo, es un club admirable, un rival de cuidado.
Emery puso a sus figuras a correr la banda viendo peligrar el resultado, y entraron justo después del gol del empate. El Athletic se resintió del gol encajado, y sus refuerzos, más individuales que posicionales, no mejoraron el juego, salvo algunos destellos de Nico y de Sancet. El Villarreal fue mejor después de los cambios, pero el Athletic no renunció a pelear por el partido. Así las cosas, el empate, en absoluto decepcionante, puede considerarse como justo en el cómputo general. Quién sabe si será suficiente para alcanzar al final las aspiraciones europeas, pero sirve al menos para hacerlas verosímiles.
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