Elizegi y la huelga de animación: «Los jugadores han visto la fortaleza que les da el estadio unido y lo echan de menos»

«Hay gente que me dice 'ya te avisé'. Pero yo les digo 'mira lo que has vivido en ese fondo en la 2023-24 o en La Cartuja, en una final en la que la afición sujetó al equipo'. Durante esa temporada me llamaba gente de todo el planeta para intentar venir a San Mamés porque el ambiente les encantaba», comparte con EL CORREO.

Dos pesos pesados del vestuario como Iñaki Williams y Unai Simón denunciaron que ante el Leganés hubo hinchas que no dejaron a otros animar y consideraron «una mierda» la situación que se vive en San Mamés.

«Los jugadores han visto la fortaleza que les da el estadio unido. Esa sensación de que con 50.000 ganamos al Madrid. Ahora se han dado cuenta de la sensación de debilidad, lo echan de menos y no entienden muy bien por qué. El día del Leganés, por ejemplo, lo dieron todo y escucharon silencio y runrún», lamenta.

Conciliador como siempre, Elizegi prefiere emplear la expresión «suspensión de animación» que huelga, que «sé que no gusta» a los convocantes. En todo caso, entiende que este llamamiento es «un error». «Si alguien toma la decisión de ir a San Mamés, la toma con las consecuencias que la toma. Las huelgas o las paradas técnicas no caben. Lo mismo que la falta de respeto, el insulto reiterado. A mí me molesta cuando alguien increpa a un futbolista rival».

¿Cómo se debería haber articulado la discrepancia? «Con todos los canales que tenemos en el club y conocemos. Parte de las protestas las puedo llegar a comprender. Entiendo que hay una línea editorial diferente en la forma de entender ese espacio. Durante los 90 minutos de partido el objeto social de la entidad es la defensa de nuestros valores y de nuestro escudo y camiseta. Cuando termina el partido existen mil maneras de protestar. Los pañuelos, el silbido, la pancarta, la manifestación ordenada, la asamblea de compromisarios...»

Al expresidente le preocupa mucho lo que se vive en el fondo norte. «Si hemos llegado a que los antidisturbios tengan que entrar en un espacio con 4.000 personas en el que hay más de 2.000 menores, algo estamos haciendo mal». Elizegi lamenta que «no seamos capaces entre nosotros, con nuestras empresas de seguridad, con nuestros txapelgorris gobernar un ese espacio de socios y abonados».

El presidente, Jon Uriarte, recibió amenazas de un radical en pleno centro de Bilbao y han aparecido pintadas contra él en las inmediaciones de San Mamés. «Es una línea roja que no se puede cruzar», denuncia rotundo Elizegi.

Lo tiene claro. «Esto es un error colectivo. La obligación de todos nosotros, empezando por Jon (Uriarte) es de sentarnos, de sentarles a los agentes que pueden buscar soluciones. Esas mesas deberían estar siempre abiertas. La obligación de cualquier gobernante es que no se rompa esa mesa de trabajo».