«Fernando, ¿tú por cuánto vendrías?»

Jugadores con mucho peso en el equipo hablaron con Llorente tras la derrota ante el Alavés el domingo (1-0). «Fernando, ¿por cuánto vendrías al Athletic?», le vinieron a preguntar. El riojano contestó que aceptaría colocarse en el tercer escalón de la masa salarial del club, con una ficha en torno a 2,5 millones de euros, y que disponía del consentimiento del Nápoles para obtener la carta de libertad.

Llorente les explicó que no quería 'atracar' al club, que se ve en condiciones de ayudar porque se encuentra muy bien físicamente y que el fútbol que practica Garitano, de balones centrados desde las bandas, le viene bien. Añadió que siente un gran amor por el Athletic, que le gustan los retos y que aceptaba regresar pese a ser consciente de que eso le colocaba en el centro de la controversia ante una parte de la afición que no comulga con el delantero.

Los jugadores hablaron entre ellos y llegaron a la conclusión de que era una operación asumible para las debilitadas finanzas de Ibaigane. Tras el entrenamiento, en torno a las 11.30 horas, un grupo en el que, al parecer, estaba alguno de los capitanes se dirigió al director deportivo, Rafa Alkorta. Al club le quedó la impresión de que iban en nombre de sus compañeros. Iker Muniain, en su condición de capitán, haría ya entrada la noche un último intento para que la directiva accediera, pero sin éxito.

Cuando los jugadores le pidieron a Alkorta que fichara a Llorente, les contestó que era partidario desde hace tiempo de esa operación, como lo es también el entrenador, Gaizka Garitano. Sin embargo, el director deportivo añadió que esa decisión no era asunto suyo. Competía al presidente. Es entonces cuando los futbolistas se dirigen a Elizegi, al que reclaman la contratación del atacante porque le consideran la mejor solución para resolver la falta de gol del equipo.

Los protagonistas confirman el relato que desveló este diario el propio lunes por la tarde. El más activo fue Yuri Berchiche, que descargó su rabia pasada la medianoche a través de mensajes en las redes sociales. «Cuánta razón, hemos hecho lo que hemos podido», escribió el lateral en respuesta a una información de Nico Rodríguez, de 'El Chiringuito', en la que señalaba que «Alkorta y Llorente habían llegado a un acuerdo y la comisión deportiva ha tirado el fichaje».

Según las fuentes consultadas por este periódico, la operación nunca llegó a cerrarse. Otro rojiblanco que se posicionó en la tarde-noche del lunes fue Dani García, que dio un 'me gusta' a una publicación que hablaba del retorno del delantero riojano a las filas rojiblancas. Y quien jugó la última carta a su favor fue Iker Muniain, quien, al borde del cierre del mercado de fichajes, trató de convencer a la junta de la necesidad de incorporarle a la plantilla.

Alkorta, se supone que facultado por el presidente, se puso en contacto con Llorente. «Te quiero fichar, pero depende de la junta», le dijo. Desde el club se explica al entorno del jugador que el asunto sería abordado por los directivos y que iba a celebrarse una reunión decisoria. En las conversaciones no se concretó el tema económico, aunque el club conocía las pretensiones de Llorente y entendía que eran asumibles.

La junta, sin embargo, no fue convocada. Las mismas fuentes apuntan que la negativa al retorno del delantero del Nápoles obedece a las diferencias surgidas en la comisión deportiva, que es donde se tomó la decisión final. Forman parte de este órgano el presidente, los directivos Ricardo Hernani y Óscar Beristain y los ejecutivos deportivos Rafa Alkorta y Andoni Ayarza, responsable de Lezama.

Hernani se ha manifestado siempre en contra de repescar a Llorente, una opinión que ya trasladó cuando se gestaba la primera intentona para su retorno, en enero de 2019. Los medios consultados indican que al menos cuenta con el apoyo de otros dos de los 16 miembros de la junta. Queda en duda el papel jugado por el director general, Jon Berasategi, con una gran capacidad de influencia en el presidente y cuyas relaciones con el entorno del futbolista riojano fueron muy tensas cuando se fue a la Juventus, en 2013.

Según esta versión, varios directivos se pusieron el lunes en contacto con Elizegi para expresarle su parecer sobre el fichaje una vez que empezó a difundirse el interés de los jugadores por recuperar a su excompañero. Una parte de los dirigentes insistieron en que hay que hacer caso de los responsables deportivos y que si ellos piden un fichaje se debe realizar si entra en las posibilidades económicas del club, como entienden que era el caso. Otros, por el contrario, le hicieron llegar que la vuelta de Llorente les enfrentaba al riesgo de aumentar la división social en un delicado momento y que no se puede recuperar a un jugador que protagonizó una salida tan tormentosa.

«Si Elizegi quisiera a Llorente, estaría aquí. De todas formas, tampoco es de los que no le quieren. Se ha visto mediatizado por los que no lo quieren», cuentan de manera telegráfica desde Ibaigane para explicar lo sucedido. A media tarde, la decisión estaba tomada. El club retomó el contacto con el delantero para decirle que no volvería. Le explicaron que la decisión era de la comisión deportiva. Aun así, los jugadores insistieron en pedir su fichaje hasta altas horas de la noche. Nada que hacer. Llorente se queda en el Nápoles, pese a saber que no jugará.