Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Iñigo Córdoba (Bilbao, 23 años) se marcha cedido al Alavés. El extremo zurdo, uno de los cuatro futbolistas que no ha disputado minuto alguno desde la llegada de Marcelino García Toral al Athletic, estampó su salida a Vitoria sobre la bocina, cuando todo apuntaba a ... que el mercado invernal del Athletic se cerraría con la única 'baja' de Kenan Kodro, prestado al Valladolid hace unos días. Ante la falta de minutos, consciente de que debe jugar para no estancarse y progresar, el vizcaíno, que debutó en la primera plantilla en agosto de 2017 con José Ángel Ziganda en el banquillo, se dirige a Mendizorroza para contar con las opciones que este curso, en La Catedral, no ha tenido. En el lado contrario, se quedan Ibai Gómez, también pretendido por los babazorros pero con un salario inasumible para los de Mendizorroza, Iñigo Vicente y Iago Herrerín.
El canterano, que suma cuatro temporadas en el primer equipo, 96 partidos y dos goles, había recibido el mensaje de Marcelino. El técnico habló de que le gustaban las plantillas cortas, que había exceso de equipaje en algunas posiciones, y desde hace una semana trató de buscar una formación. En la mañana de ayer, su idea era permanecer en Bilbao. No había huecos. El límite salarial marcado por la Liga de Fútbol Profesional ejercía de obstáculo: la pandemia ha provocado que los clubes no tengan dinero suficiente. De ahí que la única opción que le quedaba era seguir de rojiblanco, sin jugar, o que alguna escuadra de la máxima categoría -él quería continuar en Primera- liberara una ficha. Y sucedió con el Alavés. La salida de Adrián Marín en dirección a Granada, también finiquitada a última hora, abrió la puerta de Mendizorroza a un futbolista que pasó a ser un fijo con Garitano, ejemplo de la entrega defensiva y de trabajo hacia atrás en lugar de hacia adelante, a convertirse en el señalado por el técnico de Derio en el descanso.
El extremo se había encontrado con mucha competencia en un ejercicio que ya nació torcido para él por su positivo de coronavirus en la vuelta a los entrenamientos. Jon Morcillo aprovechó la oportunidad y le adelantó en la lista de preferencias de Garitano. Luego llegó Álex Berenguer. Córdoba, que el pasado invierno se pudo marchar al Valladolid pero el entrenador le cerró la puerta, aparecía como la tercera opción para la parte zurda del ataque. Y la contratación de Marcelino, lejos de avivar sus opciones, las tiraron por completo. Su esquema, ese 4-4-2, ha hecho que el capitán se escore a la banda, y que Berenguer pase al banquillo. Sus opciones, por tanto, eran casi nulas. De ahí que, con 95 minutos, repartidos en tres duelos de la Liga, continúe el ejercicio cedido en el Alavés.
Y se quedan en Bilbao otros tres jugadores que no han sumado tiempo con Marcelino. Por un lado, Ibai. A comienzos de 2021, el Cádiz le incluyó en la lista de posibles refuerzos. Inédito este curso, primero por una lesión en la clavícula y luego porque no entraba en los planes del míster vizcaíno -le dejó fuera de alguna convocatoria- ni ahora en los de un Marcelino que, al menos, sí le convoca, el jugador de Santutxu apuesta por continuar y ganarse una oportunidad con el trabajo en cada entrenamiento. Con contrato hasta junio de 2022, el extremo vizcaíno ya pudo salir hace un año en dirección al Espanyol, entrenado entonces por Abelardo. Sin embargo, Garitano no le dejó y tampoco contó con él mucho después: siete partidos de la Liga, dos como titular, y un rato, el suficiente, en los cuartos de Copa contra el Barcelona. Marcelino, de momento, no le ha colocado en el césped, pero Ibai confía en cambiar su situación. Sabe que es difícil, que le ha salido un nuevo competidor en su zona, un Óscar de Marcos que ya negocia su renovación, pero no tira la toalla. Además, su ficha ejerce como freno para cualquier club que le desee. Era la situación de Córdoba, hasta que apareció el Granada y se liberó una ficha para cuadrar el límite salarial del Alavés.
Ese obstáculo también surge con Herrerín. El portero afirmó en julio, en EL CORREO, que necesitaba marcharse del Athletic, que no era feliz. Sin embargo, no encontró acomodo en la ventana de verano ni ahora. En verano acaba contrato. Y Vicente sigue, aunque sus opciones, y más ahora de baja por coronavirus, son escasas.
Se marchó al Valladolid cedidoen busca de minutos en Primera.
El Cádiz le tenía en la lista de refuerzos, pero no puede asumir su nómina.
Solo ha jugado media hora este curso; ahora es baja por coronavirus.
Termina contrato en junio y, entonces, se marchará libre.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.