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«Cuando Barkala me llamó no le pude decir que no», reconoce Javier Aldazabal (Amorebieta, 1964). Tras siete años en la junta de Josu Urrutia y aspirante junto a Alberto Uribe-Echevarría en las elecciones de 2018, el abogado y secretario de la BBK ... afronta su tercera experiencia electoral en el Athletic. Una trayectoria que considera fundamental a la hora de llegar a Ibaigane, gestionar el club y «evitar errores de bulto porque tenemos esa experiencia». Y destaca que «nuestro proyecto deportivo es el mejor».
- ¿Por qué hay que votarles?
- La razón principal es que tenemos un proyecto. Todo el mundo lo dice, pero luego hay poca gente capaz de materializarlo. Tenemos un proyecto, contenido y gente muy competente. Nuestra idea es que el Athletic siga siendo un club único, pero además recuperando el carácter ganador.
- ¿En qué se diferencian de las otras candidaturas?
- De momento, en que tenemos proyecto. Oigo a los demás candidatos y hablan de nombres, de comunicación, de redes sociales... pero no escucho nada de proyecto. Espero que digan algo. En segundo lugar, que está formada por gente competente.
- ¿Qué aporta contar con cuatro miembros de tres directivas anteriores?
- Evita cometer errores de bulto. Un candidato que hablaba de que la solución para contener el gasto era introducir retribuciones variables por objetivos... son cosas que o las dices de forma demagógica o demuestras que no sabes cuál es el problema. Los contratos en el primer equipo, los que tienen un impacto económico, son hasta 2028 y la legislatura abarca hasta 2026, con lo cual, esa medida no va a tener ninguna consecuencia. Es un reflejo de lo que supone que llegue a la gestión gente que no es experta en esta materia. Nosotros no es que seamos más listos, pero tenemos esa experiencia.
- ¿No les condiciona que les relacionen con el PNV y tengan el apoyo visible de Jone Goirizelaia?
- Todas las sensibilidades debieran sentirse cómodas, porque tienen su representación. La política la dejamos fuera. No va a entrar ningún ruido político mientras nosotros estemos en el cargo. Pero sí es bueno que los que vayan a gestionar una entidad tan importante como el Athletic muestren la relación de fuerzas de Bizkaia.
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- Barkala ha intentado evitar desde el principio la etiqueta de candidatura 'clásica'.
- La gente la asocia como clásica porque en el mundo de la inmediatez y las redes sociales ver la imagen de Ricardo o la mía puede 'no encajar'. Pero yo les pediría que tengan criterio. Que esas personas igual no tienen una imagen actual, pero hay contenido en lo que dicen.
- ¿Uriarte se presenta como favorito tras ganar en el número de avales presentados?
- No, la campaña empieza ahora. Los avales se consiguen por afinidad, pero ahora hay que explicar el contenido.
- ¿Necesita el Athletic un electroshock, como dijo Uriarte?
- Desde luego que no. En las campañas electorales corremos el riesgo de denostar todo lo que se ha hecho. Hay que mejorar y cambiar, pero sobre una base. La idea del electroshock es resucitar a un muerto. Y yo creo que es una imagen desafortunada, porque el Athletic no está muerto. Son frases con ganas de impactar a un público muy concreto.
- ¿Cómo aceptó la propuesta de Barkala?
- No tenía muchas ganas de participar, pero le conocía por motivos de trabajo y del palco del Athletic. Le considero un buen gestor de patrimonios ajenos y una buena persona. Y cuando me pidió meterme en este lío no supe decirle que no.
- ¿Fue la única llamada de un precandidato?
- No. Pero tenía claro quiénes presentan un proyecto y son de tu confianza. Tienes que saber cuál es tu equipo, y yo lo tenía claro.
- ¿Tenía presente la derrota de 2018 con Uribe-Echevarría al tomar la decisión?
- Sí, bastante. No fuimos capaces de explicar a los socios que teníamos un buen proyecto.
- Ahí le quedó claro que los favoritismos no sirven de mucho.
- Sí. Y me preocupó, como ahora, la falta de transparencia. Nosotros insistimos en hacer debates para contrastar proyectos. Porque en un contraste de proyectos ves quién no lo tiene. Pero parece que hay algún candidato que no quiere. Se mueve mejor en otros medios porque apareces mucho y llegas a muchos sitios, aunque no cuentes nada.
- Estuvo de 2011 a 2018 en el club, participó en las elecciones de 2018 y ahora vuelve. ¿Se ha convertido en un clásico?
- Sí. Y no me gusta, pero valoran que esté aquí. Y yo todo lo que sea poder ayudar al Athletic y aportar experiencia... Esos siete años en Ibaigane fueron muy enriquecedores. Es importantísimo que haya gente que ha estado en la Liga. Cuando alguien se jacta de que nadie de su grupo ha estado, me pregunto si es un mérito desconocer el mundo en el que te mueves al ocupar un puesto.
- Se jactan de que no tienen pasado, pero a usted le han llamado para que fuera con ellos.
- Hay muchas contradicciones.
- Con su experiencia y conocimiento, ¿por qué no encabeza una lista electoral?
- No valgo para ser presidente. Soy un buen ayudante, le puedo dar respaldo jurídico, mi opinión...
- ¿Serán unas elecciones decididas, más que por un proyecto, por un nombre?
- Sí. Tiene su sentido. ¿Qué es lo que más nos importa del Athletic? Lo deportivo. Y, dentro del proyecto deportivo, la figura del director y del entrenador son determinantes. Es normal que la gente se fije más en eso, y nuestro proyecto deportivo es el mejor.
- ¿Encabezado por Pochettino?
- No lo puedo decir. Solo puedo decir que tenemos un entrenador de primerísimo nivel. Cuando el socio lo vea, me extraña que pueda haber alguna voz discrepante.
- Y si tiene buena relación con su director deportivo, como es el caso de Pochettino, mejor.
- Igual hay un candidato que trae algún entrenador más mediático, pero dudo que sea más adecuado para el Athletic. Debemos pensar qué necesita el club ahora, no en qué necesitan los socios.
En la misma localidad desde hace 30 años, desde que se hizo socio, Aldazabal echa la vista atrás para recordar su primer partido en San Mamés. «Fue contra el Újpest Dózsa, el 5-0 en la UEFA de 1976-77. Tenía 12 años. Me acuerdo de la luz, el verde, la iluminación en San Mamés, entrar con mi padre...».
También rebobina para hallar en su memoria el mejor momento de rojiblanco. «Las ligas. Aquello fue... ¡No he visto nada igual! El 1-5 en Las Palmas... Todavía se me pone la carne de gallina al recordarlo. Sobre todo porque nadie lo esperaba». El peor, lo comparte con mucha gente. «La final de Bucarest. Fue devastadora para mí». Y si mira a la historia se queda con Churruca, por «su elegancia». Y del presente, con Aduriz, Gurpegui y De Marcos. «Una de las mejores noticias de la primavera ha sido su renovación».
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