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Iñaki Arechabaleta (Bilbao, 63 años) ha trazado este jueves las líneas maestras de un proyecto con el que espera seducir al socio y convertirse en el trigésimo tercer presidente de la historia del Athletic. Lo ha hecho en su sede electoral, situada en el centro de la ciudad, en el marco de un acto que se ha prolongado durante hora y cuarto y en el que han estado varios integrantes de su plancha. De hecho, el precandidato ha sido presentado en euskera por Iñaki Goirizelaia, exrector de la UPV, hombre que forma parte de su equipo de trabajo y simboliza la transversalidad de una candidatura que Arechabaleta ha definido como «ambiciosa y trasformadora». También le han acompañado Mario Fernández hijo y Marta Areizaga, miembro de la Fundación Tubacex, y se han dejado ver el exprediente José María Arrate y Txomin Guzmán. Durante su exposición, el ejecutivo bilbaíno ha incidido en la imperiosa necesidad de dotar al Athletic de un poderoso músculo financiero, aglutinar todas las sensibilidades -«basta de bandos y peleas»- y construir una primera plantilla competitiva. «Tenemos que estar recurrentemente en Europa». De ahí que haya prometido fichajes a corto plazo y ha admitido que está estudiando la viabilidad de traer a Julen Jon Guerrero, hijo de un mito rojiblanco como Julen Guerrero. «Si es posible vamos a ir a por él», ha avanzado, además de revelar el interés por hacerse con futbolistas de otros clubes españoles y la existencia de una serie de precontratos ya firmados.
En un escenario cuidado y decorado por numerosos símbolos rojiblancos -fotos, banderas, camisetas y hasta trozos de césped de San Mamés enmarcados-, Arechabaleta ha prometido que se dejará la «vida» por el Athletic tras la proyección de un vídeo en el que su madre hablaba de su pasión rojiblanca. Ha recordado que sus padres le hicieron socio con siete años y que ahora, tras una larga trayectoria en el mundo de la empresa y en Vocento, llega el momento de intentar hacer algo por el club que lleva metido bajo la piel. «Soy un hombre de fútbol y de gestión. Vengo a aportar mi experiencia personal», ha comentado Arechabaleta, quien ha afirmado con rotundidad que no carga con ninguna etiqueta y que sería absurdo vincular su etapa empresarial con la intención de presidir el Athletic. «Vamos a sorprender», ha afirmado en relación a su proyecto, ya finalizado y pendiente de ser desgranado en las futuras comparecencias. Lo que sí ha hecho constar es su apuesta por profesionales con «currículum» y sin pasado en Ibaigane. «Somos gente nueva, que nunca ha estado en el club».
Arechabaleta ha trazado sus primeras líneas rojas: la filosofía es innegociable e intocable. «No se discute, modifica o cambia. No es una debilidad, sino una fortaleza». En este sentido, también ha cerrado las puertas a la cantera global, a la diáspora, que a su juicio «resquebrajaría» un modelo que el precandidato entiende inamovible. «No se toca, no habrá hijos de. Si abrimos la espita... Regularlo sería difícil». Su discurso ha pivotado sobre tres ejes fundamentales: deportivo, que ha definido como «ilusionante»; económico, que ha calificado como «ambicioso»; y social, que ha resumido como «cohesionador». El ejecutivo bilbaíno ha explicado que lleva «un año» trabajando la parcela futbolística y ha trasladado que Lezama debe ser una «referencia mundial» en el campo de la formación. Ha desvelado que los espejos en los que mirarse son las canteras del «Ajax, Red Bull y Benfica» -su equipo ha visitado las tres, además de las del Leeds y Genk- y también ha advertido que las escuelas del «Celta, Betis, Valencia y Villarreal nos han pasado en tecnología, metodología y recursos humanos. Eso no nos podemos permitir». Ha subrayado que no contará con un «director deportivo al uso porque los fichajes son sota, caballo y rey, no somos un Sevilla o Real Madrid», sino que apostará por un perfil «formador».
Arechabaleta se ha mostrado en todo momento muy ambicioso en la parcela deportiva y por eso ha prometido trabajar para hacer fichajes a corto plazo. «El equipo que tenemos es ilusionante, con varios jugadores jóvenes, pero queremos reforzar la plantilla. Mejorarla». Ha asegurado que «hay dinero en caja» para abordar ciertas operaciones, como la de Julen Jon, aunque ha insistido en la necesidad de «ser potentes económicamente para retener el talento y coger a jugadores de otros sitios». El precandidato ha mostrado su desacuerdo con «presupuestos de 30 millones de pérdidas» y se ha comprometido trabajar para equilibrar las cuentas. ¿Pondría nombre o apellido a San Mamés? No lo ha descartado como una vía extraordinaria de financiación -por cierto, ha rechazado de pleno la adhesión al CVC y ha apoyado la decisión de la actual junta de desmarcarse de este fondo porque el «club es solvente»-, pero ha dejado claro que llegado el caso lo sometería al juicio de los socios.
En cuanto al tema del entrenador, Arechabaleta no ha querido hacer públicos sus sondeos ni contactos con los posibles candidatos. Ha admitido que ha conversado con Marcelino García Toral y ha avanzado que comunicará el nombre de su candidato en aproximadamente 15 días. «He hablado con Marcelino. Es un gran técnico. Ha hecho que el Athletic sea competitivo, pero le ha faltado rematar. Es una alternativa. Nunca dije que no era la primera opción. Tenemos claro el modelo a elegir», ha comentado en referencia al asturiano y sus hipotéticos sustitutos. También ha querido poner énfasis en la sección femenina, en la que cultiva la misma ambición. Ha confirmado la continuidad de Iraia en el banquillo de las leonas y ha afirmado que el equipo tiene que «jugar en Europa todos los años». En su opinión, el proyecto de las chicas «se ha deshilachado» y se ha ofrecido a izar su bandera en lo más alto y ser una referencia en el sector.
En lo que no ha querido mojarse, al igual el otro precandidato, Ricardo Barkala, ha sido en el tema de la reforma de los Estatutos. Ha delegado la responsabilidad en los compromisarios -él lo es- y ha argumentado que no quiere «condicionar» el voto de nadie. «No voy a influir en el voto». Donde sí ha deslizado que habría cambios es en la forma de remunerar a los futbolistas. Se ha mostrado partidario de «meter variables en los contratos» en función de los objetivos deportivos. «No puede ser que no afecte al jugador el hecho de que no se entre en Europa. Tenemos que estar recurrentemente en Europa. Debe ser un objetivo compartido por la plantilla, que esté convencida de ello. No podemos conformarnos». Ha situado en una horquilla de entre «10 y 14 millones de euros» los ingresos que se recibirían por entrar en la Conference League, aunque ha abogado por explotar muchas más vías de ingresos. Ha reconocido que San Mamés es un reclamo comercial potente y que le gustaría gestionarlo, aunque ha recordado que solo un «29%» pertenece al Athletic.
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