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Aquel Granada era un gran equipo». Ramón Barrenetxea (Durango, 79 años) evoca el momento cumbre de su carrera, la semifinal de Copa que jugaron Athletic y el cuadro de Los Cármenes en la campaña 1968-69, antecedente de la que abren mañana. También es la ... última vez que los andaluces alcanzaron estas alturas del torneo. El partido de ida concluyó 1-1 y el cuadro bilbaíno resolvió con un 2-0 en la vuelta. Aquel equipo dirigido por Rafa Iriondo alzó el título al ganar 1-0 al Elche.
La eliminatoria comenzó a decidirse por una concesión del presidente del Granada, Cándido Gómez 'Candi'. En aquellos tiempos la Copa se jugaba al concluir la Liga. El club andaluz, que acababa de subir de Segunda, logró una salvación holgada. Vicente, un extremo izquierdo canario, pidió permiso al dirigente para casarse en México con una rica heredera originaria de Carranza a la que conoció durante un año que jugó en el Peñarol de Montevideo. «El presidente no pensaba que íbamos a llegar a semifinales y le dio el permiso. Vicente era con diferencia el mejor del equipo. Era, sin duda, la figura. Con él hubiéramos hecho más daño al Athletic».
En contra de los pronósticos, el Granada se deshizo en la primera eliminatoria del Sabadell, que había sido cuarto en la Liga, y en la segunda del Deportivo. «Cuando nos tocó el Athletic, no había manera de dar marcha atrás. Vicente ya tenía todo organizado y el papeleo hecho».
Hubo más bajas. El central Martos y el delantero Barrios, que fichó por el Barcelona, se perdieron también la eliminatoria por lesión. El partido de ida en Los Cármenes se cerró con 1-1, con goles de Noya y Clemente. «Después de ese resultado no tenía esperanzas, y menos con el equipo deshecho».
El duelo de vuelta dejó una escena que décadas después aún causa estupor en Barrenetxea. El central cometió una entrada sobre Clemente. «Yo con mis 75 kilos y él con sus 35, je, je». Las gradas reaccionaron. «Comenzaron a llamarme renegado, mal vasco», evoca. «¡A mí que nací en el caserío Etxebarri, al lado de Izurza, y mamé en euskera!». Su esposa estaba presente en el estadio. Había regresado temporalmente a Bizkaia para dar a luz al tercero de sus cinco hijos. Eneko Arieta, de Durango como el matrimonio y ya retirado, estaba sentado al lado de la esposa de Barrenetxea mientras observaba el partido en el que jugaba su hermano Antón. «Les dijo 'qué mal vasco ni nada, si no lo ha querido fichar el Athletic'».
Ésa es la gran pena de Barrenetxea. Formado en la Cultural de Durango, saltó al Basconia, entonces en Segunda. «Entrené año y medio con el Athletic, pero no me ficharon». Se fue al Cartagena, en la misma categoría, «porque fueron los únicos que me pudieron arreglar la mili». El 'arreglo' consistió en que «estuve catorce meses adscrito al cuartel sin aparecer. Cada quince días iba a tomar un vino con el almirante Mendizabal, que era alavés, y mi única misión era hablar de fútbol con él». De allí al Elche y Hospitalet antes de llegar al Granada, en el que se retiró en 1972.
La semifinal de Copa fue su gran momento. En la vuelta del 7 de junio de 1969 poco pudieron decir. Argotia marcó en el minuto 14 y Fidel Uriarte sentenció en el 64. El ambiente en el césped se enrareció. «Comenzaron a hacernos entradas fuertes y a hacer regates que no hacían falta. Fui donde Fidel y le dije 'esto se ha terminado. Si empezáis así vamos a cascar nosotros también y os vamos a joder el equipo. Díselo a tus compañeros'. Efectivamente, a falta de 20 minutos para el final todo se suavizó».
La advertencia no era baladí. Un año después comenzaron a llegar al Granada aquellos jugadores que le dieron fama de equipo patibulario. El paraguayo Fernández fue el primero. «Me llevaba muy bien con él. Jugaba delante de mí. En los tres años que coincidimos no le expulsaron nunca». Luego apareció el argentino Aguirre Suárez, con el que Barrenetxea jugó en su campaña de despedida. «Ese año vino medio lesionado y sufrió recaídas. Le expulsaron un par de veces, pero aún no se distinguió por ser especialmente duro». El uruguayo Montero Castillo llegó en 1973. Para entonces Barrenetxea estaba de vuelta en Durango retirado. Había comprado una participación en Fundición Udala, de Elorrio, y allí trabajó.
Ramón Barrenetxea estará mañana en San Mamés, a donde acudirá acompañado de su esposa y con la esperanza de que el Athletic encarrile su camino hacia la final de Copa. El que fuera central pronostica una eliminatoria larga y exigente para los rojiblancos. «Al Athletic le cuesta hacer goles y marcárselos al Granada no es fácil. De hecho, creo que es más fácil para los de Garitano ganar en el partido de vuelta que aquí porque ellos están mejor como visitantes». Barrenetxea lanza una petición para Garitano. «Si sigue con tres centrales tiene mucho ganado porque tiene dos pistolas en las bandas con Capa y Berchiche».
El DNI. Nació en Izurza hace 79 años. Vive en Durango.
Sus equipos. Cultural de Durango, Basconia (1961-63, Segunda), Elche (1963-64, Primera), Hospitalet (1964-65) y Granada (1965-72, 2 años en Segunda y 5 en Primera).
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