El duelo Athletic - Barça es toda una tradición de nuestro fútbol

Los enfrentamientos entre el antiguo rey de Copas (24 entorchados) y su sucesor en el trono (31) se pueden dividir en tres grandes épocas históricas. La primera discurre entre la ya citada final de 1902 que ganaron los vizcaínos por 2-1 y la eliminatoria de cuartos que también superaron en la temporada 1959-60, la última que disputó Jesús Garay con el Athletic antes de fichar precisamente por el Barcelona. Durante esas seis décadas, los rojiblancos fueron dominadores. Sumaron 20 títulos por 14 el Barça. En los choques entre ambos, ya fuera en eliminatorias o finales, también cobraron una pequeña ventaja de 7 a 6.

A partir de ahí, todo cambió. La segunda época discurre entre la campaña 1960-61 y los octavos de final de la temporada 1989-90 en la que el equipo de Cruyff ganó los dos partidos por uno a cero, en ambos casos con un penalti transformado por Koeman. Fueron casi tres décadas en las que el Barça mostró una gran autoridad y puso los cimientos de su 'sorpasso' al Athletic en el palmarés. Le superó en seis eliminatorias (1968, 1971, 1981, 1983, 1986 y 1990) y sólo cayó en la famosa final de 1984 en el Santiago Bernabéu, la del gol de Endika y la tangana final. Fue el último gran título de los rojiblancos. El 5 de mayo se cumplirán cuarenta años.

Desde este segundo periodo histórico hasta el tercero, el que arranca en la final de Valencia de 2009 y llega hasta hoy, se vivieron dos décadas extrañas, sin enfrentamientos entre rojiblancos y culés en su torneo preferido. Por supuesto, fue cosa de los sorteos, pero también de que el Athletic entró en una deriva gris y dejó de centrar sus ilusiones en la Copa. Sería exagerado decir que se olvidó del torneo en el que forjó su leyenda, pero desde luego lo puso en un lugar secundario; hasta el punto de que, en todo ese tiempo, sólo alcanzó dos semifinales.

De ahí que la final de Copa de 2009 tenga el vuelo histórico que tiene y fuera el arranque de esta nueva época en la que el Athletic y el Barcelona casi vuelven a estar condenados a enfrentarse en el torneo del k.o., como en los viejos tiempos. Lo cierto es que el dominio de los catalanes ha sido absoluto en este periodo que tiene como gran protagonista a Lionel Messi. Los rojiblancos lo han intentado como buenamente han podido -y siempre con su hinchada animándole por tierra, mar y aire-, pero el Barça de Messi ha sido implacable: ha ganado cuatro finales (2009, 2012, 2015 y 2021) y ha superado tres eliminatorias, las tres jugadas a doble partido (2011, 2016 y 2017).

Sólo en dos ocasiones ha salido vivo el Athletic y resulta que es pertinente recordarlas no sólo por su valor sino por el significado que pueden tener de cara a la cita de mañana. A un partido y en San Mamés, los equipos de Gaizka Garitano y Marcelino eliminaron al Barça en las temporadas 2019-20 y 2021-22, respectivamente. Fueron duelos muy intensos presididos por la emoción feroz que tienen siempre los duelos entre víctima y verdugo. El primero -el único en el que Messi cayó eliminado contra el Athletic- se recordará por el gol de cabeza de Iñaki Williams en el tiempo de descuento. Y el segundo, por el gol de Muniain en la prórroga que significó el 3-2 definitivo.

Fueron dos noches inolvidables que están muy presentes en la memoria y el ánimo de todos los Athleticzales de cara al choque de mañana. En principio, el escenario pinta mejor para los locales que en otras ocasiones. En aquellos cuartos de final de 2020, por ejemplo, el Barcelona era segundo en la tabla y superaba ya en 16 puntos a los de Garitano. En 2022, las cosas estaban más igualadas, pero los culés comenzaban a notar la mano de Xavi, llegado dos meses antes. Esta vez, y aunque tenga tres puntos menos y un partido más, el Athletic está firmando una temporada mejor que el Barça en lo que a juego y sensaciones se refiere.

Lo cierto es que no hay un favorito. El partido es una moneda al aire. Los rojiblancos no pierden en San Mamés desde el pasado 12 de agosto ante el Madrid y se han mostrado muy firmes al calor de su público. Aunque en Mestalla pagaron el desgaste de esta cuesta de enero, es evidente que mañana lo van a dar todo. El Barça, por su parte, llega muy tenso, muy exigido. Tras el ridículo en la final de la Supercopa ante el Real Madrid y a ocho puntos del líder en la Liga, caer ahora en los cuartos de la Copa sería un palo muy duro para Xavi. De ahí que haya que esperar un Barça serio y concentrado. Otra cosa será la altura de su fútbol, muy irregular hasta la fecha, con luces y sombras. En Bilbao necesitará todos los focos encendidos.