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Dos imágenes en una sola que reflejan la trayectoria profesional de Iker Muniain. Ese ha sido uno de los detalles que ha recibido el jugador que este lunes sido homenajeado por los suyos en San Mamés. Nada más y nada menos que un fotomontaje enmarcado en el que pueden verse dos de los momentos más importantes de la carrera del navarro en el Athletic. Eso sí, dos instantes separados por casi tres décadas.
2004-2024
— Athletic Club (@AthleticClub) May 13, 2024
La historia de un chaval que soñaba con hacer al Athletic de nuevo campeón. Y lo consiguió.
❤️ #EskerrikAskoIkerMuniain #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/Q5oC6xdl0S
En la primera foto aparece el atacante chutando el penalti en la final de Copa en La Cartuja. «Fue, sin duda, un momento muy feliz. He de reconocer que fue uno de los momentos más difíciles de mi carrera. Momento de máximo estrés, responsabilidad y mucho miedo. Eran cuarenta años sin ganar una Copa. Fue duro vivirlo. Gracias a Dios salió todo bien». En la otra instantánea, un Iker jovencísimo. Un niño de doce años, en realidad, inmortalizado mientras lanzaba un penalti en su primer torneo con el Athletic. Se jugó en Güeñes y fue contra el Real Madrid. «Lo tiré al mismo lado que en Sevilla», ha recordado el '10' rojiblanco.
Es curioso cómo la postura corporal a la hora de efectuar el golpeo es idéntica. El club le ha regalado el montaje enmarcado. Muniain ha repasado, precisamente, lo que sintió aquel chaval de la Txantrea cuando aterrizó en Lezama. Una ilusión imberbe por jugar en el Athletic que, ha confesado, le ha seguido durante su carrera. «Tener siempre la esencia de ese niño jugando con el balón y que tanto se divertía... En mi carrera me ha ayudado mucho».
Muniain se ve como un jugador que vive de la «imaginación e intuición» y a veces hay «bloqueos». «Agarrarme a ese niño me ha ayudado a superar circunstancias en mi carrera». «Tenía doce años. Vine a la residencia. De aquella estaba en Derio. El calor de tu familia es importante y se echa mucho de menos. Mis padres llevan muchos años viviendo conmigo y les debo todo. Son todo para mí», ha confesado con la voz quebrada. Es la historia de un sueño cumplido.
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