Dos generaciones unidas contra el frío y el sueño para animar a su Athletic en Girona

El Athletic, a través de su cuenta oficial de Twitter (ahora X), compartía un emotivo vídeo protagonizado por una veterana aficionada rojiblanca. Cuando Iñaki Williams mete el gol del empate, su grito celebrando el gol y su rostro de felicidad lo dicen todo. Y es que esos momentos de euforia rejuvenecen más que cualquier lifting. «Nuestra gente. Nuestros/as athleticzales. ️Pelos de punta», escribe el club en el post acompañado por el icono de un corazón. Y todo ello pese al frío que pasaron los aficionados en el estadio de Montilivi. Pero la bufanda con el gigantesto escudo del Athletic que lucía esta amama coraje calentaba más que cualquier estufa.

Hasta los mismos jugadores del Athletic estaban escalofriados. «Aquí hace mucho más frío que en Bilbao», comentaban entre risas los rojiblancos en el túnel de vestuarios antes de salir al césped, como se puede ver en este vídeo compartido por La Liga en las redes sociales. Menos mal que cuando el árbitro pita el comienzo del partido el frío siempre desaparece como por arte de magia.

También debió pasar frío el siguiente protagonista de esta historia de dos generaciones rojiblancas. Y seguramente algo de sueño, porque un partido que comienza a las nueve de la noche no parece el más adecuado para un chaval de 9 años. Dio lo mismo, porque el pequeño Unai Murga estaba viviendo su sueño: animar a sus héroes en el campo del Girona, su ciudad de nacimiento. «¿Cómo así eres del Athletic?», le pregunta Toquero ante las cámaras de DAZN. El joven aficionado lo tiene claro: «por la historia que tiene y la filosofía... porque solo fichan a vascos».

Es lo que llevó a Unai Murga a querer estar presente en un horario en el que debería estar en la cama. Para animar a los suyos y, sobre todo, a Unai Simón. ¿Por qué le gusta tanto el guardameta del Athletic?. «Porque nos llamamos igual», exclama con una sonrisa de pillo. En realidad, es porque él también juega de portero como su ídolo. De hecho, recuerda con emoción cómo Simón le dio una camiseta suya a cambio de su guante en el primer partido de Liga de la temporada pasada en San Mamés. En esta ocasión, lo pudo ver sin necesidad de abandonar su ciudad natal.