Directivos se enteraron por WhatsApp del cese

Al día siguiente del pobrísimo partido ante la Real Sociedad, Aitor Elizegi y Rafa Alkorta acudieron a Lezama. El director deportivo charló un rato con su íntimo amigo y segundo entrenador, Patxi Ferreira. Garitano entrenó con normalidad. Estaba convencido de que si superaba al Elche seguiría adelante. Su suerte, sin embargo, ya estaba echada. Los directivos del ala dura habían impuesto su criterio.

No era la primera vez que lo intentaban. La noche que más cerca habían estado fue el pasado 4 de diciembre tras el 0-2 ante el Celta. Después de aquel duelo, forzaron una reunión. Elizegi se empleó a fondo para salvar al entrenador. Aunque no hubo votación, la mayoría de los asistentes indicó estar a favor de su continuidad.

Los críticos no se quedaron contentos. Mantuvieron su criterio de que el proyecto de Garitano estaba finiquitado porque no apuesta por los jóvenes. La derrota en la asamblea, con muchas críticas al entrenador -más incluso que a las cuentas a pesar de los números rojos-, reforzó la posición de quienes reclamaban un cambio en el banquillo.

Las fuentes consultadas indican que a partir de ese momento la Comisión Deportiva ganó peso en la crisis. Ya en la reunión posterior al Celta dijeron tener un recambio en mente por si Garitano era cesado, pero rechazaron dar su nombre a sus compañeros de junta para evitar filtraciones. Esta comisión la forman los directivos Ricardo Hernani, el auténtico hombre fuerte, y Óscar Beristain.

La retirada de su apoyo a Garitano ha sido clave en la resolución de la crisis. Fueron ellos también los que convencieron al presidente de que el relevo idóneo es Marcelino. Ante el Elche no estuvieron todos los directivos en el palco. Muchos de ellos se enteraron por WhatsApp de que la junta había tomado la decisión de cesar a Garitano. El mensaje les llegó minutos antes de que el club lo hiciera oficial.