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J. Gómez peña
Jueves, 21 de mayo 2020, 00:22
Con esa roída cadera que tanto le molesta al correr sobre el césped, Aritz Aduriz echó a volar hacia aquel balón que bajaba del cielo de San Mames. Marcó los tiempos del despegue, dibujó flotando su mejor silueta y anotó de chilena el gol que ... batió al Barcelona en el inicio de esta temporada, la de su despedida. Su último gol está ya en el Museo del Athletic. Esa imagen perfila a un rematador excepcional. El conjunto rojiblanco se emociona en su despedida y se siente ante el vacío que deja su ausencia. Antes hubo el Athletic de Zarra, el de Iribar, el de Rojo... Este ha sido el Athlelic de Aduriz. Que difícil será darle relevo.
Los números le defienden. Regresó al club de Ibaigane cumplida la treintena. Su concurso desde entonces ha sido vital. En la temporada 2014-35 anotó 18 de los 42 goles del Athletic en la Liga. En la campaña siguiente, 20 de 58. En la 2016-17 firmó 16 de las 53 dianas, por 9 de 41 en la 2017-18. En ese curso su puntería se centró más en la Europa League, donde se convirtió en el 'pichichi'. El cuerpo le fue frenando. La edad y el desgaste. La maldita cadera. En la pasada campaña se quedó en seis goles en el total de las competiciones. Y en ésta abrió y cerró su cuenta con el maravilloso tanto ante el Barcelona. Entonces no se sabía que era el último de los 149 que ha sumado desde su vuelta al Athletic. Los dígitos de su legado.
El conjunto entrenado por Garitano ha tenido que irse adaptando a la ausencia de Aduriz. El técnico apenas ha podico contar con él en los últimos meses. «Nos da mucho, incluso cuando no juega, en el vestuario», repite el entrenador. El delantero es puro espíritu competitivo. Un peleas. El líder. Su papel en el campo han tenido que asumirlo Williams y Raúl García, que se reparten el trabajo anotador del Athletic. Williams, tan veloz, no tiene ese instinto rematador. Lleva 6 goles en la Liga, por 9 del centrocampista navarro, que se ha convertido en inesperado delantero centro en muchos partidos. Raúl es, como Aduriz, un gran cabeceador.
Pero ni el navarro ni Williams pueden tapar su hueco. El Athletic vive de su cantera. Y los rematadores son el fruto más preciado, tan escaso. Ahora que el delantero donostiarra se va, vuelve el vértigo que la afición sintió cuando otros de esa especie tuvieron que irse. Los más cercanos son Urzaiz, Ziganda y Llorente. El futuro rojiblanco ya echa de menos a Aduriz, que no estará en la final de Copa ante la Real Sociedad. Lograr ese título hubiera sido el final redondo para su carera deportiva. La cadera y la pandemia que ha aplazado ese encuentro copero le han obligado a aterrizar antes.
El Athletic, como siempre, tendrá que girarse hacia los que vienen detrás. La cantera de Lezama. Habrá que esperar. La maduración tiene fases. Hay nombres que ya suenan, como los de Nico Willliams y Nico Serrano. Tienen un punto a favor. Pertenecen a una generación a la que Aduriz ha marcado el camino.
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