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Las diferencias entre el Athletic y Kepa Arrizabalaga (Ondarroa, cumplió 23 años el 3 de octubre) dificultan seriamente la continuidad del portero en el club. Después de once meses de conversaciones, la junta directiva constata que las posturas se mantienen muy alejadas. Aunque ninguna de ... las dos partes se ha retirado de la mesa y las vías de contactos se mantienen abiertas, el pesimismo sobre la posibilidad de renovar al considerado mejor portero joven de España se extiende entre los dirigentes del Athletic. En Ibaigane comienzan a valorar como una posibilidad muy real que abandone el equipo.
Josu Urrutia se ha encontrado con un interlocutor que ha dado una importancia capital en las negociaciones a la cláusula de rescisión, la única manera de irse del club, según la estricta doctrina del presidente. El ondarrutarra mantiene que es indispensable que el blindaje sea ‘de mercado’. Es decir, que si un día se quiere ir, esté al alcance de quien le pretenda.
Las fuentes consultadas por EL CORREO mantienen que la cláusula que demanda el portero es de 30 millones de euros y que se ha empeñado en no bajar de ahí. El Madrid podría hacer frente a ella sin el sobresalto de sus arcas.
Urrutia ha advertido a su junta que no dará el paso de firmarle un blindaje de 30 millones. Sería un golpe tremendo para la causa rojiblanca. ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que el próximo jugador en renovar le demande una cláusula al alcance de clubes poderosos? El presidente cree que muy poco. No quiere sentar ese precedente, que considera de altísimo riesgo para la entidad y que arruinaría su pretensión de mantener a sus jóvenes talentos.
El problema es que esta diferencia amenaza con una consecuencia, que no haya acuerdo. El Athletic planteó un blindaje de 90 millones, que se elevaba a 100 en el último tramo del contrato. Lo bajó luego a 80 y, según algunas fuentes, ha aceptado una nueva rebaja.
Hay acuerdo en la ficha a cobrar por el jugador. El club planteó al portero 2,2 millones netos por campaña y, al parecer, estaría dispuesto a subir hasta los 3. El portero da por buenas las cantidades siempre que la cláusula se quede en los 30 millones que el exige.
El Athletic tiene cada vez más razones para temer que el Madrid se lleve al portero. El nivel de la amenaza blanca se eleva. Florentino Pérez quiere que Kepa sea su nuevo Casillas. Pese a sus inexistentes relaciones con Urrutia, el constructor no quiere llevarse al portero gratis. Hacerlo sería considerado una declaración de hostilidades y además dejaría en muy mal lugar al ondarrutarra.
La ficha
Ante la acometida blanca, el presidente rojiblanco puede optar por la drástica decisión de renunciar a mantener las negociaciones abiertas. Esta alternativa la ha insinuado en sus últimas intervenciones cuando ha indicado que «todo tiene un principio y un final» y que «tendremos que tomar una decisión pronto».
El blindaje
Llegado a este escenario, habría que ver cuál es la reacción del club. Hay quien cree que Urrutia podría ordenar a su entrenador que le retira la titularidad. Ante esta eventualidad, el jugador podría optar por una salida en enero, una alternativa que ayer ocupó la portada del diario ‘Marca’. Eso significaría hacer frente a los 20 millones de cláusula que tiene ahora.
La directiva
La salida de Kepa causaría una profunda conmoción en la hinchada rojiblanca pese a que hay relevos de garantías. El guardameta es señalado como el relevo de Iribar y se iría para colmo al poco de comenzar su carrera en el fútbol.
Josu Urrutia ha pedido a algunos de los pesos pesados del Athletic que le ayuden para conseguir la renovación de Kepa Arrizabalaga. Su mediación no ha causado efecto hasta el momento. El máximo dirigente rojiblanco recordó en su última comparecencia ante los medios que en su etapa de jugador intercedió en algunas ocasiones.
Balenziaga habló ayer sobre el futuro de su compañero. «Es un tema que deben de llevar tanto Kepa como el club y no creo que tenga que decir nada al respecto. Creo que es un grandísimo jugador y nos gustaría que se quedase».
El presidente se ha tomado el caso como un asunto personal. Se ha entrevistado en varias ocasiones con el jugador, con el que ha empleado todo su poder de convicción. No ha logrado persuadirle de que prolongue su carrera en el club.
El deustoarra está inquieto porque la salida de Kepa lanzaría un mensaje descorazonador a la política de cantera y al sentimiento de pertenencia. El presidente es además consciente de que si no renueva, dejará un flanco débil por el que recibirá críticas.
El portero ha pasado la mayor parte de su carrera preparándose para ser uno de los grandes porteros del mundo. Es muy ambicioso. Ernesto Valverde lo constató cuando rechazó salir cedido por tercera vez la pasada campaña. Llegó dispuesto a ser titular y lo logró.
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