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El Athletic se ha planteado una única misión para este domingo en San Mamés: derribar al gigante, al líder de la Liga con cinco puntos de renta sobre el Madrid, para tomar impulso, y recuperar el oxígeno que se quedó en Anoeta. Después del sopapo ... recibido en el derbi, doloroso más por la forma que el resultado, sin chispa, sin ocasiones, sin esa intensidad que se había convertido en la seña de la era Gaizka Garitano, el cuadro vizcaíno debe tumbar al Barcelona para evitar que el agua, que ahora se encuentra a la altura del pecho, llegue hasta el cuello. Como siempre que se habla del cuadro culé resulta una misión titánica, descomunal; un dato, en la Liga no ha perdido en La Catedral desde el 1 de diciembre de 2013, con Ernesto Valverde en el banquillo local local, y sin Leo Messi en el bando catalán, algo que puede suceder también en este choque: ha viajado pero la citación es de 19 hombres. Aunque el Barcelona cuenta con una plantilla envidiable, vestida en los últimos tiempos con actores secundarios de lujo, la ausencia del argentino provocaría más de una sonrisa entre la afición vizcaína. Es determinante, y el estadio bilbaíno ya ha sufrido más de una exhibición del '10'.
Sin embargo, más allá de esta fundamental circunstancia, el vestuario del Athletic, a tres puntos del descenso, se ha conjurado para recuperar los fundamentos que le han servido para conseguir 15 de los 24 puntos puesto en juego desde que el técnico de Derio se sentó en el banquillo. En Anoeta, por más que Raúl García dijera que el equipo no había merecido perder, los bilbaínos sufrieron una penosa involución, recordaron a los peores momentos recientes y se encontraron a merced de una Real que en la primera mitad jugó cómo y por dónde quiso. No obstante, la plantilla ya se ha encargado de afirmar que no volverá a ocurrir, que fue un pinchazo puntual, y ahora buscarán regresar a ese nivel que ha permitido a los rojiblancos adelantar rivales en la clasificación.
Porque en un partido como el de este domingo la motivación viene de serie. Solo pensar que se puede derrotar al equipo que te ha arrebatado tres Copas del Rey en una década, que se ha llevado siete de las últimas diez Ligas, que cuenta con Messi, Luis Suárez, Piqué, Busquets, Ter Stegen, Rakitic, Dembele, Malcom –a estos dos últimos los citó de forma expresa Garitano–... el futbolista sale a por todas. Y si además, este triunfo sirve para volver a la vida, para que los pulmones se llenen de aire y, por qué no, permita seguir soñando con escalar hacia Europa, las revoluciones con la que se salta al césped alcanzan el nivel máximo. «Hemos sido capaces de ganar al Betis y el Sevilla, que son de los mejores equipos de la Liga. Es verdad que ahora son dos escalones más, vamos a jugar contra el mejor equipo que hay. Eso requiere de una muy buena versión nuestra, y luego dependemos del día que tengan ellos», analizó el preparador vizcaíno, que solicitó equilibrio. «Contra el Barcelona es muy difícil mantener la portería a cero, y eso hace que tengas que atacar, porque solo con defender no vale», explicó.
Sin Capa por sanción y sin Aduriz por esa lesión que aún le mantedrá alrededor de un mes fuera del césped y con el estreno de Kodro en la citación, Garitano quizá remodele la alineación que cayó en Anoeta. En el caso del lateral derecho, salvo sorpresa, el cambio será pieza por pieza: De Marcos estará en el puesto del portugalujo. Es posible, del mismo modo, que el técnico deriotarra apele a la garra de Raúl García de inicio.
Txingurri, por su parte, junto a la duda de Leo Messi, no dispondrá de Jordi Alba, castigado. Se trata de una baja importante para el extécnico del Athletic, que este sábado cumplió 55 años, debido a que no cuenta con un recambio puro para el lateral izquierdo. Ha empleado a varios futbolistas en ese lugar: Vermaelen, Sergi Roberto y Semedo. Ninguno le ha convencido. Son todos nombres que forman un gigante, un equipo que solo ha perdido dos partidos –en casa ante el Betis y fuera en Leganés– y que en la primera vuelta solo se llevó un punto en el Camp Nou ante un grupo comprometido y solvente en un duelo con Messi de inicio en el banquillo, pero que se encontrará con un bloque que quiere volver a ser granítico para ganar y tomar impulso. «Ese encuentro tiene que servir a los jugadores. Sería importantísimo el triunfo para enfocar esta última parte de la Liga. Lo vemos como una oportunidad. Y no somos para nada un equipo fácil de batir», reivindicó Garitano.
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