El derbi ante el Alavés inicia un calendario condensado

El Athletic abrió la última jornada de la Liga, con su duelo en Mallorca en viernes, y casi es el encargado de cerrar la cuarta fecha de la temporada contra el Alavés; solo el Sevilla-Real Madrid se disputará más tarde. Pues bien, después de gozar de un amplio descanso -Garitano incluso ha concedido dos días libres a su tropa-, el calendario se condensa: un duelo cada menos de 72 horas. Porque la semana que viene se afronta la primera jornada íntegra en días laborables de la temporada (de martes a jueves), y los vizcaínos jugarán el miércoles a las siete de la tarde en Butarque. Por último, el choque ante el Valencia, a las 13 horas del sábado 28.

De esta manera, a pesar de que ha consolidado el bloque, el técnico de Derio tendrá que variar su once para encarar con garantías esta cadena de duelos. Y es que en Son Moix, Garitano repitió por primera vez como técnico alineación titular: calcó la que ganó contra la Real Sociedad en San Mamés y la que se trajo un punto de Baleares. Pero, con la meta de dar aire a su tropa, con esa concentración de duelos, deberá introducir alguna variación. Ya lo admitió en la sala de prensa del estadio mallorquín. «Cuando empiezas bien, no tiene mucha lógica hacer cambios. Pero también confío en los que no están».

¿Y en qué posiciones se pueden producir las sustituciones? El centro de la defensa, sin duda, es una de ellas. Es el momento de tirar de un futbolista como Unai Núñez, convocado por Robert Moreno para los últimos partidos oficiales de España y que ha perdido su condición de titular por la recuperación de Iñigo Martínez tras un excelente rendimiento en las dos primeras jornadas de la Liga. Las bandas también son susceptibles de reformas, sobre todo después del pobre rendimiento ofrecido por Iñigo Córdoba en la última jornada de Liga. Gaizka Larrazabal e Ibai Gómez llaman a la puerta de la alineación en alguno de estos tres encuentros en los que el Athletic tratará de demostrar que este ilusionante inicio de temporada no es, ni mucho menos, producto de la casualidad, sino de un excelente trabajo de preparación.