Una dependencia que no hay que ocultar
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Las decepciones en las tres últimas salidas no tienen tanto que ver con el cansancio como con la ausencia o el bajo rendimiento de jugadores claves en ataque como Sancet, los Williams y GuruzetaSecciones
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Las decepciones en las tres últimas salidas no tienen tanto que ver con el cansancio como con la ausencia o el bajo rendimiento de jugadores claves en ataque como Sancet, los Williams y GuruzetaUn gran chasco como el del lunes en Almería, donde ante el colista más colista de todas las grandes ligas europeas el Athletic se dejó dos puntos de oro en su lucha por la Champions jugando con un hombre más casi toda la segunda parte, ... requiere de una evaluación seria y ponderada. Lo primero que hay que aclarar es el concepto, como nos advertía Manuel Manquiña en 'Airbag'. ¿Fue un accidente? Lo cierto es que sería incorrecto considerarlo como tal porque ese concepto ya fue utilizado en el partido contra el Valencia y, especialmente, en el de Cádiz. En fin, que lo sucedido en el Power Horse, ese estadio con nombre de bebida energética en el que los rojiblancos parecieron haberse hidratado con una garrafa de tila, ya se había insinuado o casi repetido en las dos anteriores salidas.
Llegados a este punto es obligado referirse al desgaste de la Copa, que la pasada temporada ya tuvo efectos perniciosos por estas mismas fechas. Recordemos que, después de eliminar al Espanyol, el equipo de Valverde perdió 0-2 contra el Madrid, que tras eliminar al Valencia cayó en Vigo y que, antes y después del partido de ida de la semifinal con Osasuna, perdió en casa con el Girona y empató con el Rayo Vallecano. Un año después, la historia se repite. Tras eliminar al Alavés, los rojiblancos cayeron en Mestalla, tras la hombrada ante el Barça empataron a cero en Cádiz y a la épica batalla del pasado miércoles en el Metropolitano le ha seguido el suplicio de Almería.
Es evidente que el Athletic sufre cuando se le acumulan los esfuerzos de dos partidos por semana. Ahora bien, también habría que detenerse a analizar el concepto de desgaste. Y es que muchos lo siguen asociando a una cuestión puramente física, como si los jugadores estuvieran derrengados con tanto trajín y un equipo tan llamativamente intenso como el Athletic lo sufriera más que otros de espíritu más tranquilo. La realidad, sin embargo, es otra, y así lo reconoció el lunes De Marcos cuando aseguró que el cansancio no había tenido nada que ver en el desafuero del Power Horse, ya que habían tenido cinco días para preparar el encuentro.
Para empezar, el cansancio es, a estas alturas, más mental que físico. La acumulación de partidos es un examen psicológico que sólo aprueban los más grandes competidores. El resto tienen una tendencia natural a bajar sin querer un poco el pistón cuando viven días de vino y rosas. De ahí que, en el caso del Athletic, el famoso desgaste aparezca casi exclusivamente en los partidos fuera de casa. Al calor de su público, entusiasmado por lo que está viendo esta temporada, no hay futbolista que se desenchufe lo más mínimo. Todos salen al campo como si masticasen el chile más abrasador, práctica terrible de algunos camioneros mexicanos para no dormirse en largos trayectos. Dicho de otro modo: un partido tan pobre y hueco como el de Almería es imposible, hoy por hoy, en San Mamés. La pasada temporada, no. Recordemos el que se jugó contra el Elche, ya descendido. Y la campaña anterior, con Marcelino, tampoco era imposible. Pensemos en aquellas derrotas contra el Cádiz o el Celta.
La diferencia entre el Athletic como local y como visitante, de hecho, empieza a resultar un poco exagerada. Si delante de su público los rojiblancos están sumando el 80,5% de los puntos, una de esas estadísticas que no se recuerdan en el club desde los tiempos del cuplé, como visitantes suman el 47,2%; un buen dato, sin duda, pero no comparable. Y qué decir de los goles. Los pupilos de Valverde son los más realizadores de la Liga en casa (31), mientras que en campo contrario sólo llevan once, cifra que sólo empeoran Cádiz, Mallorca y Las Palmas. En las tres últimas salidas, de hecho, los rojiblancos no han visto puerta y eso que no han tenido que enfrentarse a guardias pretorianas, precisamente. La realidad es que, si se sostienen bien a domicilio, es porque son una roca en defensa, el segundo equipo que menos ha encajado en Liga (9 goles), sólo por detrás del Madrid (8).
El otro gran foco del desgaste tiene que ver con las bajas o rotaciones de futbolistas fundamentales. El Athletic está haciendo una temporada tan buena, ha despertado tanta ilusión, ha creado una dinámica tan positiva con su juego y sus resultados, que cualquier nuevo futbolista que accede a la titularidad parece encajar como un guante. Algunos, de hecho, han mostrado un progreso extraordinario. Paredes y Beñat Prados serían los casos más llamativos. Ahora bien, ¿significa esto que el Athletic dispone ahora de un fondo de armario propio de un equipo de Champions? Pues lo cierto es que no.
En este sentido, se hace obligada una distinción. Desde la portería hasta el centro del campo, Valverde tiene recursos suficientes como para airear el once con rotaciones puntuales. La titularidad se ha puesto cara en los centrales o los medios centros, por ejemplo. Ahora bien, el frente de ataque es otra cosa. Hay que reconocer que el Athletic depende en gran medida del rendimiento de su cuarteto ofensivo formado por Sancet, los hermanos Williams y Guruzeta, otro futbolista que se ha hecho imprescindible. Y se trata de una dependencia que no hay que ocultar no sólo porque sea evidente sino porque todos los equipos tienen las suyas.
Con estos jugadores 'on fire', el Athletic puede competir con cualquiera y resultar devastador para la mayoría de sus rivales en la Liga. Lo está demostrando. Pero cuando faltan -Sancet, Nico y Guruzeta no fueron titulares en Cádiz ni Almería-, o cuando el rendimiento de algunos de ellos decae -Sancet no anda muy fino últimamente y, más allá de su gol ante el Barça, Iñaki Williams no es el mismo desde su regreso de la Copa de África- el equipo es otro. Los llamados a sustituirlos - Berenguer, Adu Ares, Unai Gómez o Villalibre- están a otro nivel. En fin, que si la temporada va a acabar siendo lo histórica que todos deseamos dependerá de que marquen la diferencia los jugadores capacitados para marcarla.
El Athletic ya conoce el horario del partido de la jornada 28 de Liga que le enfrentará al Las Palmas, el próximo 10 de marzo -domingo-. El choque arrancará a las 16.15 horas en el Estadio de Gran Canaria. El conjunto de García Pimienta ha disputado hasta el momento doce encuentros en casa con un balance de seis victorias, tres derrotas y otros tantos empates. Antes, los de Ernesto Valverde recibirán el próximo lunes 19 al Girona en San Mamés (21.00), después visitarán al Betis en el Villamarín, el domingo 25 (16.15 horas); y se las verán con el Barcelona en La Catedral, el 3 de marzo (21.00).
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