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Unai Nuñez (Portugalete, 28 años) habla con calma, tranquilo y seguro de sí mismo, después de una noche de sueño irregular por las obligaciones de ... su reciente paternidad. Dice que su hija, de 11 meses, le ha hecho madurar a pasos agigantados. Conversa con EL CORREO en Lezama, donde repasa la actualidad del equipo y reconoce con naturalidad que esperaba jugar más a estas alturas de la temporada. Eso sí, pone por delante la calidad de sus compañeros Vivián, Yeray y Paredes. «Están a un nivel increíble», admite, además de revelar que su gran sueño como futbolista sería «ganar un título» con el club de su vida.
- Lleva más de siete meses de su segunda etapa en el Athletic. ¿Cómo definiría este período?
- Volver a casa era una de las mejores opciones que tenía. No solo por lo futbolístico, sino también en el plano personal y sentimental. Es el club de mi vida, con lo que siempre he soñado. Tener otra oportunidad después de haber salido de aquí... es muy difícil. No podía dejarla escapar. Sabía que iba a haber muchos partidos, una temporada exigente, y venía convencido de que podía ayudar y aportar al equipo.
- ¿Esperaba jugar más?
- Sinceramente, sí. Al final es fútbol, las cosas se dan como se dan. Tenemos una gran plantilla, pero encima los otros tres centrales están a un nivel increíble. Eso es bueno para el equipo y para mí porque me exige estar cada día dando mi mejor versión. Así lo puedo plasmar en el partido que me toque.
- ¿Cómo lleva jugar poco?
- Este año lo llevo muy bien porque me considero una persona más madura, adulta y, dentro de lo que cabe, sé valorar los momentos buenos. Todo el mundo quiere jugar. Los días malos los paso con mi mujer, hija, familia y amigos y eso ya es mucho.
- Se fue del Athletic precisamente por la falta de minutos y los encontró en el Celta, donde jugó todo, y ahora su cuota de protagonismo vuelve a ser baja. ¿Afecta su confianza o no?
- No. Ando bien. En mi anterior etapa en el Athletic empecé muy bien, luego bajé un poco mi nivel, lo volví a recuperar en los años de Garitano -jugaba en la línea de tres con Iñigo y Yeray- y luego con Marcelino perdí la confianza (del míster) y mi nivel. Necesitaba cambiar de aires. Me fastidiaba dejar esto porque he estado aquí desde alevines, quemando todas las etapas hasta llegar al primer equipo.
- ¿Cómo de duro es dejar el Athletic para alguien así?
- Es como vivir toda la vida con tus padres y luego te vas a vivir tú solo. Tienes que amoldarte a una nueva vida, pero sabiendo que no se acaba todo ahí (en el Athletic). Nuestra carrera puede ir para un lado u otro. Por suerte fui a Vigo, donde jugué prácticamente todo. Creo que en dos años jugué 75 partidos y era lo que buscaba. También viví experiencias nuevas, diferentes, como la lucha por la salvación. Descender es muy jodido. Te ayuda de cara al futuro, como por ejemplo volver a estar aquí otra vez.
- Y jugar cuando el equipo le necesita. Lo hizo en un partido tan importante como el de la Roma en San Mamés y también en Sevilla. Estuvo muy bien en ambos. ¿Se siente reforzado?
- Sí. Si tú te has encontrado bien después de tanto tiempo sin jugar y encima el equipo gana, te da un poco de confianza, pero no más de la que tenía. Confiaba en mí. En los partidos anteriores también estuve bien. En los nueve partidos que he jugado he intentado hacer lo mejor posible para el equipo y que el míster confíe en mí.
- ¿Qué diferencia hay entre Unai Nuñez que se fue del Athletic hace dos años y medio y el de ahora? ¿Es mejor jugador?
- Las experiencias, la edad y la madurez te hacen mejorar. Tengo 28 años, soy joven todavía, he mejorado en muchos aspectos y en otros debo seguir mejorando. Pero, sí, noto bastante mejoría.
- ¿Si pudiera volver atrás cambiaría algo?
- No hay vuelta atrás con lo que has hecho anteriormente, pero puedes trabajar tu futuro. Podría cambiar muchas cosas y otras no porque soy lo que soy gracias a las experiencias vividas.
- ¿Ser padre le ha ayudado en ese proceso de madurez?
- Mucho. Antes mirabas por ti y ahora miras todo por ella. Pasas a un segundo plano.
- ¿Qué es lo que tiene este Athletic para que esté tan bien, competitivo y aspirante a casi todo?
- Lo viví el año pasado desde fuera y decía: 'Son un equipazo'. Les conozco, además hubo incorporaciones de chavales que llegaron muy bien. Están cada vez mejor preparados. Es un conjunto de factores... Compañerismo, mucho trabajo y resultados que acompañan. Es algo imparable. Hay que aprovecharlo.
- Tienen la clasificación para la Champions en la mano y la final de la Europa League más cerca. ¿No hay un poco de vértigo?
- ¡No! Ni nos paramos a pensarlo. Intentamos vivir cada partido al máximo sabiendo que no está asegurada la Champions. Hay que ir puntuando para amarrar la plaza. Y en Europa... partido a partido. Ahora toca el Rangers. Debemos quemar todas las etapas para llegar a esa final en casa.
- Se llegó a hablar de la posibilidad de pelear la Liga. ¿Era algo exagerado o lo veía factible?
- Nos tocaba justo enfrentarnos a ellos (Atlético) y matemáticamente... No se comentaba nada, pero personalmente pensaba: 'Si te confundes y ganas estás ahí'. Pero al final son tres súper clubes, económicamente y futbolísticamente diferenciales, con los que hemos peleado de tú a tú.
- Y ganado.
- Sí, pero la competición es muy larga y ahí se puede ver un poco la diferencia. Yo le he dado un par de vueltas -al tema de pelear la Liga- y me decía: '¿Te imaginas?'.
- Cuando vio la gabarra el año pasado y...
- Una envidia increíble. Envidia y una felicidad total por la gente de Bilbao, pero sobre todo por los compañeros que habían llegado hasta ahí sin conseguirlo. Me acordé de los que ya no estaban como Susa (Markel Susaeta), Aduriz, Itu (Ander Iturraspe), y también de los que sí estaban como Iker (Muniain), Raúl (García), Demar (Óscar de Marcos), Leku (Iñigo Lekue), Willi (Iñaki Williams)... Les tenía envidia, pero sana. Habían conseguido lo que todo el mundo buscaba tanto. Lo viví desde Vigo, me metí por todos lados para verlo, desde un ángulo y otro, fue mi familia, mis amigos. Me hubiese gustado estar.
- Este año podría volver a pasar. ¿Lo ha imaginado?
- Me lo imagino pero no quiero para no pegarme luego una gran hostia. Me encantaría. Sería lo más grande que puedes conseguir, un título con el Athletic. Eso tiene mucho más mérito que hacerlo en cualquier otro lado.
- ¿Lo han pasado mal con el tema de la grada de animación?
- Todo el mundo sabe que con los ambientes como el día de la Roma es más fácil para los jugadores vivir el partido. No es plato de buen gusto ver a la gente silbándose unos a los otros. El Athletic es una familia. Jugadores y aficionados tenemos que ir de la mano, juntos. Es un tema en el que no puedo meterme mucho porque tampoco sé al cien por cien lo que pasa.
- Es feo y les afecta.
- Sí. Es más bonito vivir el fútbol de la manera en la que se ha vivido desde que se inauguró la grada de animación. El mejor ejemplo es el partido de la Roma. El ambiente fue espectacular.
- ¿Cuál es su plan de vida? ¿Qué opciones hay encima de la mesa después de la cesión?
- Quiero acabar la temporada y hacer todo lo posible por el Athletic. Luego me voy de boda -se casa son su pareja- y el 1 de julio tengo preparada la mudanza para ir a Vigo.
- Tiene contrato hasta 2029.
- Eso es. Pertenezco al Celta y tengo que respetar mi contrato.
- ¿No hay ninguna posibilidad de que se quede?
- Bueno, hay alguna, pero ahora estoy centrado en el trabajo diario y en que los resultados sean los mejores posibles.
- A sus 28 años, ¿cuál es su gran sueño como futbolista?
- Ganar un título con el Athletic.
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