El defecto que más castiga al Athletic

Si una evidencia dejan los datos es la de que el Athletic es uno de los equipos de la Liga que ataca con más constancia y, sin embargo, también de los que menos rentabilidad saca a sus esfuerzos ofensivos. En fin, que esa sensación ya casi enquistada que tienen tantas veces sus aficionados durante los partidos, la de que su equipo trabaja mucho y produce poco, está más que justificada.

Veamos. El Athletic sólo lleva siete goles, ni siquiera uno por partido. Esta cifra le sitúa por debajo de mitad de la tabla, empatado con cuatro equipos y sólo por encima de seis. Y, sin embargo, es el equipo que más córners saca (57), el segundo en centros al área (175, sólo superado por Osasuna, que lleva 196) y el quinto en recuperaciones de balón. Por otro lado, y aunque la estadística corresponde a la pasada temporada, no hay que olvidar que, según el estudio publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health, el Athletic es el equipo de la Liga que más kilómetros recorre a alta intensidad -a más de 24 kilómetros por hora- durante sus partidos. Un total de 59 kilómetros. En Europa sólo le supera el Leeds de Bielsa.

El escaso rédito que los rojiblancos sacan a sus grandes esfuerzos se demuestra con varias estadísticas preocupantes. El Athletic es el décimo equipo en disparos a puerta y en centros buenos, el tercero que más pases falla, también el tercero en pases errados en el campo rival y el decimoquinto en precisión en envíos largos. Evidentemente, ahí está el gran margen de mejora del equipo y, por supuesto, también la gran dificultad a la que se enfrenta Marcelino. Y es que ser preciso con el balón, ya sea en los pases o en los remates, es una virtud que tiene mucho más que ver con la naturaleza de los jugadores, con su talento, que con un posible aprendizaje a base de mucho trabajo.

Se habla mucho, y con razón, del golpe que supuso para el Athletic la pérdida de Aritz Aduriz. Nadie puede discutirlo. El donostiarra fue el factor diferencial del Athletic durante al menos seis temporadas y no ha habido manera de minimizar los efectos nocivos de su marcha. De lo que se habla menos, y quizá convendría hacerlo un poco más, es de la falta de buenos centradores. Se trata de un déficit que se ha agudizado en los últimos años y que no se corresponde, desde luego, con la tradición del equipo. Si el Athletic ha destacado históricamente por deslumbrar con un tipo de jugador concreto, ha sido con los centradores deslumbrantes; especialmente los grandes zurdos de leyenda que todos los aficionados añoran.

El trato al balón, en fin, debe mejorar. Ésa es la clave y las estadísticas del equipo así lo demuestran. Por supuesto, no es cuestión de que el Athletic se ponga a jugar al tiki-taka, como algunos simples dicen cada vez que alguien defiende que hay que tratar mejor la pelota. El equipo de Marcelino no tiene jugadores para ello, por lo que sería absurdo ponerse a jugar contra natura. Se trata de aumentar la precisión, que es como decir la calidad, en los centros al área, en los últimos pases y, por supuesto, en los remates.