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En menos de cuatro años, Dani Vivian ha pasado de jugar como cedido en el Mirandés a ganar la Eurocopa con España y la Copa con el Athletic. El crecimiento del central ha sido exponencial, quien en 2020 aún pateaba los campos de la entonces ... llamada Segunda B y soñaba con asomar algún día a la élite. No tardó en tirar la puerta abajo, con disciplina y trabajo, intenso bajo los focos y discreto fuera del campo. En el 'verde' es incansable en sus labores de destrucción del fútbol rival, una pesadilla para los delanteros porque no les da ni un centímetro del césped. Es una lapa pegada a la espalda del '9', que sufre la persecución constante de un tipo convertido en su sombra.
Al vitoriano le llaman 'teniente' en el vestuario rojiblanco, apelativo con el que se le conoce también en la selección. Verle jugar es asistir a un ejercicio de concentración extrema, disciplina marcial y servicio incondicional a la causa. Forma una pareja sólida con Aitor Paredes, una dupla que sostuvo el centro de la defensa del Athletic durante muchos meses con Yeray lesionado.
Cumplieron con creces el alavés y el vizcaíno, que contarán ahora con el baracaldés para proteger el eje de la zaga en el año de las cuatro competiciones. Vivian suma 103 partidos con el Athletic y tres goles, viene de una Eurocopa para enmarcar y justo antes de Alemania renovó hasta 2032. La mejor manera de jurar fidelidad al club de su vida.
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