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Dani García ya tiene equipo para la próxima temporada. Tras afirmar que una vuelta al Eibar supondría «cerrar el círculo» y «algo muy bonito», el ... centrocampista de Zumarraga se ha decantado por una aventura exótica que, sin embargo, tiene un importante componente sentimental. El enésimo tropiezo del conjunto armero en el play-off de Segunda –lo eliminó el Oviedo en semifinales– le alejó de un hipotético regreso a Ipurua. La otra gran opción que tenía sobre la mesa era el Olympiacos que dirige José Luis Mendilibar, el que le dirigiera en la escuadra guipuzcoana entre 2015 y 2018, tres años donde Dani rindió a un fabuloso nivel que le catapultó a San Mamés.
Tal y como ha podido saber EL CORREO, Atenas será la primera aventura en el extranjero de un tipo cercano, honesto, cumplidor. Un futbolista que ha trabajado siempre a la sombra, sin elevar el tono para que los demás brillaran. Tanto que hasta anunció su marcha sin posibilidad de que San Mamés le despidiera. El club se lo ofreció, pero el guipuzcoano no quiso restar protagonismo a Iker Muniain y Raúl García, los otros dos pesos pesados del vestuario que también abandonan la nave zurigorri. Un gran profesional, en resumen, que ha aceptado sin rechistar su rol desde la llegada de Ernesto Valverde y el aumento de la competencia en la sala de máquinas.
«No me perdonaría que dijesen de mí que soy un mal suplente», deslizó a principios de su última campaña en rojiblanco, la que menos se le ha visto sobre el césped de las seis que ha defendido el escudo del Athletic. En su despedida, el 23 de mayo, abrió su corazón y confesó, sin reproche alguno a Txingurri y la directiva, que «he venido muchos días triste, jodido en el coche» ante su papel en equipo. De hecho, el técnico de Viandar de la Vera contaba con él para el próximo año, un curso en el que se afrontarán cuatro competiciones y conviene tener fondo de armario. Pero Dani García, recién cumplidos los 34 años, se siente con fuerzas de volver a ser importante.
La elección del Olympiacos no es casual. En Atenas le espera Mendilibar, que dirige al campeón de la Conference League, el segundo título europeo consecutivo que levanta el de Zaldibar después de la Europa League con el Sevilla en 2023. 'Mendi' le entregó las llaves del histórico Eibar que se afianzó en Primera hace casi una década. Dani lo jugó todo bajo su mando hasta que su rendimiento 'obligó' a Josu Urrutia a ir a por él en el verano de 2018, la última ventana de fichajes que afrontó su junta antes de la llegada de Aitor Elizegi. Junto al centrocampista llegó su compañero Ander Capa. Los dos debutaron junto a Unai Simón y Yuri el 20 de agosto frente al Leganés a las órdenes de Eduardo Berizzo. Con el técnico argentino el guipuzcoano solo se perdió dos partidos. Tras su tempranero cese llegó Gaizka Garitano, quien le conocía a la perfección. Juntos llevaron al Eibar a la élite en 2014.
Dani se hizo imprescindible y se hizo un fijo en el once también con la llegada de Marcelino en enero de 2021. Formó con Mikel Vesga el llamado tándem de los «terroristas» y compartió medular con Vencedor, Zarraga, Unai López... Las llegadas de Ander Herrera y Ruiz de Galarreta y sobre todo de Beñat Prados le han condenado a completar el curso con menos protagonismo de su aventura rojiblanca. Apenas 19 partidos, siete como titular, que elevan su nómina hasta los 195 compromisos de rojiblanco, en los que solamente anotó un gol. Tardó en llegar, fue el pasado 6 de octubre en la goleada en La Catedral ante el Almería.
Se marcha en paz y con una fotografía única: la gabarra. Pese a disputar solo dos encuentros, la Copa conquistada en la madrugada del 7 de abril en La Cartuja también es suya. Tanto, que se la ha tatuado en su muslo izquierdo. En el derecho se encuentra la Supercopa que levantó como titular indiscutible en el mismo escenario en 2021, recién llegado el técnico asturiano. Madrid y Barcelona sucumbieron sin público en las gradas para abrochar el primer título de su trayectoria. Por cierto, en los gemelos cuenta con otros dos grabados que definen su personalidad y dureza sobre el campo. En el izquierdo un monigote derriba a otro que conduce el balón. En el derecho le protesta al árbitro por la amonestación. Ahora, recién estrenada su paternidad, emprende una nueva aventura.
Con su fichaje, Mendilibar contará con su prolongación sobre el terreno de juego. Tendrá en sus filas a un jugador veterano con ganas de disfrutar de un posible último baile con alguien a quien conoce a la perfección. Sabe exactamente lo que quiere de él, le pedirá que sea muy serio tácticamente, como ha hecho siempre. Para brillar ya están otros. Sensato, Dani García se siente en perfecto estado de revista para afrontar una aventura que puede ser de riesgo, teniendo en cuenta los más sonrojantes comportamientos de las aficiones griegas cuando el viento no sopla a favor. No cambiará el rojiblanco pero sí la exigencia de su nueva hinchada, en estado de éxtasis tras conquistar la Conference en el estadio del eterno rival, el AEK de Atenas. Pero tan pronto el conjunto heleno se encuentra en el olimpo como una mala racha puede hacer saltar las alarmas.
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