El complicado inicio de temporada de Unai Nuñez

La relación entre Nuñez y el club se había enquistado con una renovación que no llegaba. El defensa quería protagonismo, jugar, y hasta pidió públicamente una cesión como condición indispensable para prolongar su vínculo con el Athletic. Al final reculó y aceptó firmar hasta 2025 sin cláusula de rescisión, una muestra de adhesión a unos colores que también recogen los contratos de Muniain, Raúl García, Balenziaga, De Marcos y Unai Simón -Ibai se sumó a este movimiento hasta su salida del equipo-. Ibaigane anunció el nuevo acuerdo el 17 de noviembre de 2020 y dio por superado el bache. Nueve meses después, el portugalujo sigue estancado y mucho deberían cambiar las cosas para que recupere el terreno perdido y se haga con un hueco en la agenda de su técnico.

Con hambre de protagonismo y de fútbol, Nuñez podría aparecer en las quinielas del mercado estival, aunque una teórica salida tendría un encaje complicadísimo. En primer lugar, la lesión de Yeray -nadie se atreve a fijar la fecha de su reaparición- obliga a contar con un tercer central de garantías. Dejar solos a Iñigo y a Vivian es inviable. Por otro lado, desprenderse de un jugador renovado hasta 2025 y sin cláusula abriría un escenario delicado y crearía un precedente. Un cesión tampoco tendría sentido por lo que el defensa debe convencer a Marcelino.

El siguiente compromiso es el sábado contra el Celta. Todo apunta a una nueva titularidad de la pareja Vivian-Iñigo. Sería el tercer partido sin minutos para Nuñez, quien vuelve a estar a la espera de una oportunidad.