Las cinco piezas fundamentales

En el Athletic, las cosas están muy claras en este sentido. Podríamos decir que demasiado claras. Unai Simón, Ruiz de Galarreta, Sancet y los hermanos Williams son las piedras angulares del once de Valverde y lo lógico, salvo que medie una lesión, es que lo sean toda la temporada. Perder a cualquiera de ellos es un gran contratiempo. Analizamos a continuación a este quinteto de cuyo rendimiento va a depender en buena medida que el Athletic alcance sus objetivos esta temporada.

El portero de Murgia está siendo decisivo en este buen arranque de Liga. Fue el mejor contra el Madrid y evitó una goleada. En El Sadar fue decisivo salvando hasta tres grandes ocasiones de Osasuna, una de ellas un mano a mano con Rubén García que evitó el 1-2. Contra el Betis nada pudo hacer en los goles y tuvo que lucirse para evitar que Paredes le marcase en propia puerta. En Son Moix apenas tuvo que intervenir y cuando lo hizo estuvo impecable. Contra el Cádiz y el Alavés, tras pasarse en blanco buena parte del partido, acabó siendo clave en el tramo final y logró mantener su portería a cero. Y en Anoeta cumplió, aunque es cierto que en el tercer gol tuvo un segundo de duda en su salida. Unai Simón, en fin, se hace cada vez más grande. Eso sí, sus posibles ausencias están bien cubiertas por una buena promesa como es Aguirrezabala.

Lo del centrocampista eibarrés ha sido llegar y besar el santo. Para Valverde ha sido una pieza indiscutible desde el primer partido. Ruiz de Galarreta es un futbolista con clase que domina los tiempos del juego y sabe dar fluidez a la circulación de balón. El Athletic lo necesitaba teniendo en cuenta el estado físico de Ander Herrera, que fue fichado para interpretar ese papel y no pudo hacerlo por sus recurrentes lesiones la pasada temporada. 'Galaxy', además, tiene otra virtud que puede pasar más desapercibida pero que resulta muy valiosa para cualquier entrenador: es un futbolista intenso que hace muchos kilómetros, va muy bien a los quites y no se corta al meter la pierna. De hecho, lleva más faltas que Vesga, un jugador que en principio tiene más responsabilidades defensivas. Su lesión en Mendizorroza ha sido un contratiempo. Contra el Getafe no se notó porque Herrera estuvo bien y San Mamés apretó mucho al equipo, pero en Anoeta se le echó de menos ante la poderosa línea medular txuriurdin.

Que el navarro marca la diferencia en este equipo nadie lo duda. Es vital para que el Athletic tenga un buen juego por dentro en ataque. Aporta desequilibrio y llegada. La pasada temporada, de hecho, ofreció sus mejores registros goleadores: 10 en Liga, la mejor cifra del equipo empatado con Iñaki Williams. Con Sancet, además, ocurre algo que es necesario destacar: es el futbolista más difícil de sustituir. Realmente, no tiene recambio. A día de hoy, Muniain está muy lejos de poder serlo. De ahí que sus dos expulsiones, con el partido de sanción que cada una de ellas ha llevado aparejada, no puedan permitirse. Son un error inaceptable en un futbolista imprescindible. Y más cuando sólo se llevan disputadas ocho jornadas. Ya se ha visto lo cara que ha sido la tarjeta roja ante Getafe. Propició el empate del equipo de Bordalás y le impidió estar presente en Anoeta, donde tanto se le necesitaba.

El futbolista más destacado en lo que va de temporada. Lo dice su cifra de goles, la mejor desde que está en el Athletic, sólo comparable a la de su gran racha en la temporada 2015-16, cuando marcó 4 goles entre las jornadas 8 y 11. También suma tres asistencias. Al mayor de los Williams se le nota más maduro y, sin duda, mucho más liberado jugando en la banda y pudiendo entrar al área para el remate teniendo más espacios para los desmarques. Por otro lado, su actitud en el campo está siendo ejemplar y su 'durabilidad', que contrasta con la de su hermano, se mantiene en su máxima expresión. Es el futbolista de campo que más minutos acumula: 707.

Se ha perdido tres partidos por lesión y sólo jugó medio tiempo ante el Real Madrid. Reapareció en Anoeta y fue sustituido en el minuto 63. Lo cierto es que el pequeño de los Williams se ha prodigado poco, mucho menos de lo deseable. Es el duodécimo jugador de la plantilla en minutos de juego, 326, que no llega a la mitad de los disputados. Su sustituto natural, Berenguer, ha jugado 19 minutos más que él. Con eso está dicho todo. Aún así, cada vez que ha saltado al campo, unas veces más y otras menos, Nico ha dado muestras de lo importante que es para este equipo, del profundo desequilibrio que provoca con su juego dentro de las líneas enemigas. Es fundamental que tenga más continuidad, más regularidad a alto nivel. Y desde luego que el tema de su renovación no le despiste.