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IGOR BARCIA
Martes, 4 de diciembre 2018, 12:53
«Quiero ser parte de este sentimiento», declaró Eduardo Berizzo cuando fue presentado el 31 de mayo como nuevo entrenador del Athletic. Era un momento de felicidad para el técnico de Cruz Alta, que llegaba a un club al que siempre había admirado y ... donde su maestro Bielsa había dejado huella. Pero su relación con el club rojiblanco ha finalizado mucho antes de lo que hubiera deseado el 'Toto'. Apenas seis meses desde aquella comparecencia suya en San Mamés junto al entonces presidente Josu Urrutia. Lo que parecía un año de recuperación, de ilusiones, se ha convertido en una pesadilla que se ha llevado por delante a Berizzo.
Definitivamente, el técnico argentino no tiene suerte en diciembre. El pasado curso, fue destituido al frente del Sevilla el día 22 de este mes y esta aventura con el Athletic ha llegado a su fin un 4 de diciembre. Y lo ha hecho después de que su proyecto se haya deshecho como un azucarillo. Todos sus planteamientos, sus ideas de juego, han sido arrolladas por la cruda realidad que ha situado al Athletic en puestos de descenso y unos números no aptos para corazones sensibles. «Es un honor estar aquí y un reto enorme defender los valores comunes», dijo de entrada en su presentación como técnico rojiblanco por una temporada. Y dejó claro que su primera idea era «hacer sentir a la afición. Ojalá el año que viene pueda decir que lo he cumplido». No lo ha logrado. Básicamente porque en los 14 encuentros de Liga solo ha ganado uno, el primero ante el Leganés, y otro en Copa, un 4-0 ante el Huesca que pareció un punto de recuperación y que el Levante se encargó de dejar claro que era algo ficticio.
En aquellas primeras declaraciones, el de Cruz Alta explicó sobre su juego que «quiero un equipo protagonista, que va a por el rival, que manda con el balón, y quiero un sistema defensivo que permita atacar con confianza y seguridad. La idea de juego es lo más importante». Pero sobre la práctica, Berizzo no ha sido capaz de dar con la tecla para conseguir ese equipo resolutivo y fiable que planteaba. Con 23 goles en contra, es el tercer equipo más goleado del campeonato, sólo por detrás de Huesca y Rayo, precisamente los dos últimos clasificados. Y en ataque, con 14, es el cuarto menos goleador. Esa falta de equilibrio es uno de los grandes males de su Athletic, que le ha llevado a establecer un récord negativo en la historia del club, con esa racha de 12 partidos consecutivos sin ganar, 13 si lo ampliamos al campeonato de Liga.
Berizzo se une en su salida del club a Félix Sarriugarte, el último entrenador destituido por un presidente del Athletic con la temporada en curso –Ziganda culminó la pasada campaña completa, pero no arrancó su segundo año pese a tener contrato–, y a José Luis Mendilibar, cesado un año antes con una victoria en nueve encuentros. Los números de Sarriugarte en la 2006-07 señalaban una victoria, cinco empates y seis derrotas tras doce encuentros de Liga, mientras que el argentino cierra su trayectoria con un triunfo, ocho empates y cinco derrotas en 13 partidos del campeonato. Son los tres entrenadores cesados en el Athletic en el siglo XXI, y en el caso del argentino, el primero tras casi ocho años de mandato de Josu Urrutia. De hecho, llega con el de Deusto fuera ya de la presidencia de Ibaigane, aunque sí en la Comisión Gestora que ha tomado la decisión de prescindir de él, y dar el paso a Gaizka Garitano.
En cuanto a Berizzo, el de Cruz Alta cierra un año horrible para él. Tras su gran trayectoria al frente del Celta, ha vivido por partida doble el lado ingrato del fútbol, con dos destituciones consecutivas que frenan la línea alcista que tenía el argentino como entrenador en la Liga española.
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