Cinco claves para entender la pretemporada del Athletic
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El fundamento principal de una pretemporada es preparar el organismo para las exigencias físicas del esfuerzo competitivo. En muchos casos, el punto de partida de esta pretemporada suele ser un periodo de descanso o de baja actividad, con lo que se parte de la base ... de un organismo, en el caso de un profesional, con adaptaciones estructurales, pero sin adaptaciones agudas o dicho de otro modo fuera de forma. En el escenario en el que se encuentra el fútbol actual, afrontando una pretemporada tras un descanso más breve que el habitual, a su vez precedido de un fin de temporada más concentrado que otros años, que seguía a una mini-pretemporada y un parón durante el confinamiento exige por tanto de estrategias y decisiones diferentes a las habituales.
Resulta difícil predecir con exactitud que consecuencias puede tener esta peculiar organización temporal. Afortunadamente, el desentrenamiento es una de las áreas de conocimiento en las que el entrenamiento más ha avanzado, estudiado y demostrado los últimos años. Por tanto resulta importante resaltar que los preparadores físicos de los equipos están sobradamente capacitados conceptual y experimentalmente para abordar la singularidad de este continuo para y arranca. Durante los periodos de parón -al menos de entrenamiento grupal- se ha generalizado el trabajo personalizado e individualizado, con ejercicios específicos para que cada jugador refuerce sus áreas más débiles. Por tanto, las pretemporadas actuales difieren de las anteriores en que los jugadores no pierden totalmente en el periodo de descanso el nivel adquirido en el periodo competitivo previo. Este cambio de paradigma hace que el equipo por ejemplo, comience la temporada a un nivel superior, que la pretemporada pueda ser menos física -dado que los jugadores ya acuden con esa base- y que cada jugador esté menos expuesto a lesiones por no respetar los tiempos de adaptación, que nunca son excesivamente amplios en el fútbol moderno.
El hecho, por tanto de que la pretemporada 2020-21 sea más breve, sugiere que el descanso previo tenga menos carácter de descanso y haya integrado rutinas de mantenimiento con ejercicio para los jugadores como ya hemos mencionado. Quienes hayan adoptado esta estrategia pueden afrontar la pretemporada y la temporada con mayores garantías de rendimiento y con un carácter preventivo de las lesiones de mayores garantías. En otro orden de cosas, en la medida que el trabajo individual venga hecho de casa, la tarea del entrenador puede verse simplificada en ese aspecto, pudiendo centrarse en ejercicios colectivos para el desarrollo de la táctica y la estrategia del equipo, lo que puede redundar en la mejora del rendimiento colectivo.
Una de las razones por la cual los deportistas necesitan descanso es la recuperación orgánica y asimismo la psicológica. Durante mucho tiempo, se ha considerado en los grupos de entrenamiento que no respetar el descanso del deportista en este periodo podría significar un prematuro cansancio, desmotivación o factor de estrés a lo largo de la siguiente temporada. Los estudios actuales demuestran que estos factores no están tan relacionados como teóricamente o de acuerdo con la experiencia podría parecer y que la realización de ejercicio de tipo compensatorio en el periodo de descanso solo tiene consecuencias positivas en el rendimiento posterior. Existe una importante excepción a este tema: el deportista ha de admitir, comprender y aceptar esta situación, dado que la realización de este trabajo sin la motivación y el convencimiento necesario podría ser incluso peor que la no realización de éste.
Aunque suene paradójico, el mayor riesgo de lesión que se evidencia es tener una lesión previa de características similares. En un plano muy teórico, cuando hemos sometido una estructura -por ejemplo una rodilla, o un músculo diana, como el bíceps femoral- a una tensión superior a aquella para la que esta preparada, ésta se rompe. En entrenamiento somete a las estructuras a cargas de trabajo que son progresivamente más exigentes, de manera paulatina, hasta llegar al máximo estrés previsto en un lance competitivo. No cabe duda de que los preparadores físicos son conscientes de que los progresivos incrementos de carga que se dan, en ocasiones, fruto de las urgencias, o de la falta de previsión, son demasiado elevados y la estructura se sobrecarga o se rompe. Dado que la fecha de inicio competitivo y su exigencia no son alterables, y que el tiempo esta acotado, solo se puede intervenir, como hemos descrito en los otros apartados, en el punto inicial del proceso de preparación. Podríamos resumir este apartado diciendo que este año en concreto a la pretemporada se ha de llegar ya preparado de casa.
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