Cerca de 3.500 aficionados arropan a los rojiblancos

Tras la gira mexicana y su paso por Glasgow, los rojiblancos aterrizaron en Sestao con un equipo de 24 jugadores, aunque sin algunas de sus caras más conocidas, algo que echaron en falta algunos de los seguidores más pequeños.

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Bastó ver la bajada del autobús de los hombres que dirige Ernesto Valverde, que llegó hora y cuarto antes del inicio de la contienda. Los que les esperaban en la entrada corearon los nombres de los más conocidos en busca de una foto o autógrafo que no llegó, aunque en el interior del campo sí atendieron alguna solicitud. La imagen contrastó con la de los miembros de la plantilla del Eibar, que para las 17.15 horas estaban en Sestao. Se plantaron en la localidad fabril en coches particulares que aparcaron en un estacionamiento próximo y se acercaron al campo a pie. Atendieron a los niños que les pidieron inmortalizar el momento y el autógrafo correspondiente.

El que sí los dio fue Yuri Berchiche, que acudió con su mujer y sus hijos, y lo presenció de pie la grada, donde también estuvo Unai Gómez y Óscar de Marcos. «Es ilusionante para los niños ver un partido así porque no tiene muchas oportunidades a lo largo de la temporada», destacó Arantza, madre de dos pequeños.

La tarde mejoró conforme se acercaba la hora del inicio de la contienda, y el público pudo disfrutar de su equipo. Sin embargo, se fue a casa con sabor agridulce después de las ocasiones perdidas.