Óscar de Marcos seguirá una temporada más en el Athletic. Será la decimosexta consecutiva del multiusos de Laguardia en el club de su vida, ahora primer capitán, al que llegó en julio de 2009 hecho un flan -«yo vengo al Bilbao Athletic», repetía nervioso en ... el hotel de concentración de Isla Canela- para convertirse en uno de sus pilares con el paso de los años. El lateral y el club han llegado a un acuerdo por el que el futbolista continuará en el vestuario rojiblanco hasta el 30 de junio de 2025. Después de las marchas de Iker Muniain y Raúl García, otros dos muros de carga que soportaban el peso del grupo, la renovación del alavés era imprescindible con el objetivo de no vaciar la caseta de referentes. Perder a estos tres hombres de golpe y porrazo hubiese sido demasiado agresivo para una plantilla necesitada de espejos en los que mirarse y reconocerse. Con 532 partidos en la mochila y un curso con cuatro competiciones por delante, el defensa incluso estaría en disposición de desbancar a Muniain como el segundo hombre con más encuentros en la historia del club.
Nada más acabar el partido, resuelto con solvencia y goles de los homenajeados Raúl García y Muniain, el Athletic anunció a los parroquianos de La Catedral que De Marcos había firmado hasta 2025. La noticia fue acogida con indisimulada alegría porque se quedaba un pilar, un muro de carga. En un acto cargado de simbolismo, el todavía capitán navarro hizo la entrega del brazalete y de una camiseta con la nueva fecha al alavés, quien a partir de ahora será el primero de a bordo. Honor y responsabilidad que en absoluto pesarán a un hombre noble.
Ya en rueda de prensa habló el protagonista, que afirmó haber tenido «dudas» tras conocer que Muniain abandonaba el Athletic: «Son quince años juntos, con la taquilla uno al lado de otro. Cuando hemos tenido algún problema recurriamos el uno al otro. Le dije que si él continuaba, caía en la balanza para seguir yo también. Las dudas entran porque conseguimos esa Copa. Era algo por lo que habíamos peleado y nos hacía sentirnos plenos. Cuando supe que no seguía, otra vez empecé a dudar».
El nuevo capitán del Athletic reconoce que fue una decisión «muy meditada» y de la que su «familia y amigos» formaron parte. «Como me he encontrado deportivamente es lo que me ha empujado a seguir un año. Cada partido que pasaba me encontraba bien. Eso me empujaba a seguir. Quiero ayudar al Athletic y sentía que si no iba para adelante me lo podía echar en cara», aseguró De Marcos tras el partido. El lateral también reconoció que la continuidad de Valverde en el banquillo fue clave_ «Por supuesto que continuase Ernesto era muy importante, pero he tomado esta decisión por un montón de cosas».
De Marcos es una persona que sigue con los pies en el suelo. Ha cambiado poco desde que canjeó el anonimato por la fama y la adoración de la hinchada rojiblanca. Conserva los amigos del pueblo, la familia figura en lo más alto de su lista de prioridades -es padre de tres hijos- y también tiene un marcado carácter solidario que le ha hecho colaborar con varias ONG. Tanto es así que han sido muchos los veranos en los que de joven ha dedicado parte de sus vacaciones a viajar por el mundo y a echar una mano a los más necesitados, además de formar parte del grupo Orsai junto con Villalibre, Lekue, Balenziaga, Dani García y Vesga, banda con la que el año pasado grabó una canción dedicada a niños con cáncer. Durante años, sin que se supiera, iba a hospitales para estar con los más pequeños. Capitán sin brazalete.
El alavés fue fichado hace 15 años como delantero por 360.000 euros. Es lo que pagó Ibaigane al Alavés por un chaval que, en principio, iba a integrarse en la estructura del filial. Solo disputó un partido con el Bilbao Athletic porque le reclamó Joaquín Caparrós y ya no volvió a bajar nunca más. Ha llovido desde entonces. 15 temporadas y 532 partidos figuran en la hoja de servicios del defensa, quien ha ganado una Copa, dos Supercopas, jugado la Champions y un total de ocho finales. Tras seis campañas fuera de Europa, una eternidad, De Marcos regresará al tablero continental con la misión de volver a ilusionar a una afición que le vio disfrutar por fin del título en La Cartuja.
Desgarro en la uretra, y a jugar
De vuelta a sus orígenes rojiblancos, el de Laguardia no acababa de volar con Caparrós y su presencia en el once era irregular e intermitente. El estallido se produjo bajo el mando de Marcelo Bielsa, quien le convirtió en mediapunta y le dio toda la confianza del mundo. En el primer año del argentino jugó 56 partidos y dos finales e hizo gala de un extraordinario despliegue físico. Si el 71% de la superficie de la Tierra está cubierto por el agua, el resto lo ocupaba Óscar de Marcos, quien por aquel entonces abarcaba todos los espacios. Se entregaba al límite y una de las anécdotas que mejor describen su forma de ser y el compromiso que tiene con su profesión y el Athletic se produjo el 17 de diciembre de 2011 contra el Zaragoza.
Aquel día lo recuerda muy bien David López, quien convivió con el de Laguardia durante tres temporadas. «Fue algo chocante y divertido. Óscar entró en el vestuario al descanso y dijo: 'Me molestan los huevos'. Nosotros no sabíamos nada, solo los fisios. Fue tremendo lo que tenía ahí abajo. Marcelo (Bielsa) no sabía ni por dónde meterse. Estaba blanco, a punto de desmayarse. Lo normal hubiese sido llevarle al hospital, pero él se negaba. «Que no, que no, que yo quiero seguir jugando». Lo hizo durante 45 minutos con un «desgarro de uretra distal y tres heridas inciso-contusas en región inguino-escrotal», producto de una salvaje entrada del zaragocista Paredes que ni siquiera fue amarilla. Cuando terminó el encuentro fue a ver a los médicos, que le reconstruyeron la zona y le aplicaron una sutura. Estuvo ingresado durante un par de días.
A nadie le sorprende por lo tanto que haya franqueado con holgura los 500 partidos con la camiseta rojiblanca, cifra que solo superan Iribar (614), Txetxu Rojo (541), Muniain (560), Etxeberria (514), Iraola (510) y Susaeta (507). Ya ha adelantado a estos tres últimos y el siguiente es el de la Txantrea. Solo una lesión importante o un bajón físico impedirían al de Laguardia seguir haciendo historia en el club al que llegó en verano de 2009.
De momento, dispondrá de una temporada más en la que volverá a trabajar como lo hace desde el primer día. Padre de familia y referente para muchos jóvenes en el vestuario y en Lezama, De Marcos escribirá un capítulo más en el libro de historia del Athletic. Será el decimosexto y quién sabe si el último. Solo él decidirá cómo, cuándo y de qué manera. Hasta entonces, el lateral con el 18 en la espalda seguirá haciendo kilómetros por el carril del dos.
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