Cansados, pero con ambición

Con mayor o menor capacidad para los esfuerzos, Osasuna se mantiene como un equipo muy reconocible. En defensa busca llevar el partido al campo rival, con una presión alta, incluso de hombre a hombre. Se siente más cómodo en campo rival, y si consigue ganar esa batalla sus partidos son más plácidos. Pero si el oponente consigue superar esa presión y correr, el equipo sufre, y su defensa da evidentes síntomas de debilidad. En ataque es quizás donde más se ha notado la falta de gasolina. En salida de balón, los medio centros juegan más estáticos, lo que reduce las opciones de combinación y los defensores se ven obligados a buscar balones largos con mayor frecuencia. Es un recurso, eso sí, que los navarros dominan a la perfección, y se puede apreciar el gran trabajo de Arrasate en los constantes desmarques que sus atacantes realizan a la espalda de la última línea y en la compenetración entre el pasador y el jugador que ataca el espacio. En la segunda mitad Ante el Atlético, el técnico de Berriatua optó por un esquema con cinco defensores y al menos durante quince minutos la apuesta le salió bien. Se trata de un sistema que los rojillos han utilizado con menor asiduidad esta temporada, pero que conocen y manejan bien. Quizás fue simplemente una forma de igualar el esquema de Simeone o una apuesta que puede tener continuidad en estos últimos encuentros.

Sergio Herrera (1) recuperó la titularidad en el último partido, en una posición, la de portero, en la que Arrasate ha rotado mucho entre él y Aitor Fernández (25). En el lateral derecho la gran noticia es el regreso de Rubén Peña (15) y Nacho Vidal (2), en una posición que ha sido un quebradero de cabeza para los rojillos. En el centro de la zaga David García (5) se ha erigido como uno de los mejores centrales del campeonato, pero ninguno de sus acompañantes, Aridane (23) o Unai García (4), han estado a la altura. En la izquierda Juan Cruz (13 y Manu Sánchez (20) han alternado.

El medio centro Lucas Torró (6) y los interiores Moi Gómez (16) y Aimar Oroz (22) han jugado muchos minutos esta temporada y el desgaste se ha hecho evidente. También el de Moncayola (7), que esta campaña ha sido el chico para todo de Arrasate, y se ha visto obligado a jugar mucho en varias posiciones. La grave lesión de Brasanac (8) ha privado a Arrasate de un jugador valioso en esa rotación. Esa posición de medio centro suplente la ocupa ahora Pablo Ibáñez (19), el canterano que marcó el decisivo gol ante el Athletic y que ha ido cobrando importancia a medida que la temporada ha avanzado.

La primera vuelta del Chimy Ávila (9), que anotó siete goles, fue esperanzadora, pero el argentino se ha quedado ahí, y no ha anotado en toda la segunda vuelta, un factor que Osasuna ha notado. Ni Budimir (17) ni Kike (18) han llegado tampoco a unas cifras anotadoras de enjundia, aunque su importancia para el juego de su equipo en disputas, y segundas jugadas es capital. En las bandas, Arrasate recupera a Abde (12), que se perdió el último partido y sigue contando con Rubén García (14) y Kike Barja (11).