Buscando huecos

ANÁLISIS ·
Es natural que Elizegi proponga retrasar el partido de Mestalla, aunque no vaya a conseguirlo

Jon Agiriano

Viernes, 18 de febrero 2022, 00:05

Buscar huecos es una actividad esencial en el fútbol. Siempre lo ha sido. Para el jugador, de hecho, quizá sea su primera obligación dentro del terreno de juego. Debe descubrir espacios libres, en unos casos para defenderlos del enemigo y en otros para atacarle por ... ellos. Si nos referimos a los presidentes de los clubes, los huecos hay que buscarlos por lo general en sus agendas abarrotadas. La de Aitor Elizegi arranca con madrugones de monje de clausura y termina en horas de trasnochador caribeño, pero aún así no es nada fácil encontrar huecos en ella. En esta etapa final de su mandato, además, el máximo dirigente rojiblanco se está encontrando con un problema añadido. No sólo tiene que buscar las fechas más propicias para abordar las grandes citas pendientes del club, como las próximas elecciones, la renovación de Marcelino o las dos asambleas extraordinarias que quedan por celebrarse (grada de animación y Estatutos), sino que se ha visto obligado a buscar huecos posibles para los partidos del equipo. Al menos a intentarlo.

Elizegi compareció ayer en rueda de prensa -por cierto, la primera que yo recuerdo en la que a un presidente euskaldun no se le hace una sola pregunta en euskera- y no tardó nada en ser interpelado por la cuestión candente de los horarios y el calendario del equipo, a la que ya se han referido en tono muy crítico tanto Marcelino como varios jugadores. Y con razón. Que el Athletic ha salido perjudicado con la fecha fijada para el duelo de Mestalla es un hecho objetivo. Dispone de 31 horas menos de descanso que su rival, y eso que la Liga ya tuvo que hacer una rectificación para rebajar esa desventaja. Porque, de no haber retrasado de viernes a sábado el partido Mallorca-Valencia, la diferencia hubiese sido de dos días. Un escándalo.

¿Cómo reaccionar ante un perjuicio semejante? Lo cierto es que poco se puede hacer, salvo denunciarlo con contundencia las veces que haga falta. Llevamos años escuchando a los más fieros que el Athletic debería dar un golpe en la mesa en este tema. Todavía recuerdo esa reclamación furiosa en la temporada 2013-14, cuando Tebas regaló a los rojiblancos once partidos en lunes a las diez de la noche. Pero la realidad es que, tal y como está organizado el fútbol español, no hay mucho margen para que un club como el Athletic pueda librarse de las arbitrariedades, jeremiadas y «ocurrencias» -así las calificó ayer Elizegi- de la LFP. La última, realmente disparatada, como hecha exprofeso para hacer daño, rayana en la prevaricación, fue la de fijar las fechas de los partidos de la jornada 26 pocas horas antes de que se disputara el duelo de cuartos de la Copa entre Athletic y Real Madrid; es decir, decidiendo de antemano que, en caso de ganar, los rojiblancos tendrían dos días menos de descanso en la semifinal porque jugarían el domingo en el Camp Nou mientras el Valencia lo haría el viernes en Visit Mallorca Stadium.

No hace falta explicar que las relaciones de Aitor Elizegi con Javier Tebas, y mucho más después de que el Athletic se uniera al Madrid y al Barça en la batalla contra el fondo CVC, son manifiestamente mejorables. Con Rubiales, en cambio, son excelentes. Y como es absurdo imaginar que ambos dirigentes van a llegar a un acuerdo de buena voluntad para encontrar un hueco en el calendario, de forma que el choque de Mestalla se dispute en igualdad de condiciones, sólo queda proponer una alternativa, aunque sea con las mismas esperanzas de éxito de quien lanza al mar una botella con un mensaje en su interior. Es lo que ha hecho Elizegi. Aunque no lo dijo con estas palabras, podemos aclarar su discurso con interrogantes que todos compartimos. ¿Y si se retrasa el partido una semana? ¿Acaso el Atlético-Levante no se jugó en fechas FIFA? ¿Por qué no jugar el 9 de marzo, por ejemplo, y poner los partidos del Athletic y el Valencia de la jornada 27 el mismo día? Eso nos preguntamos todos.