Javier Beltrán
Martes, 29 de noviembre 2022, 11:28
Aunque con apenas cuatro sesiones de por medio, Álex Pallarés quiso proponer sus primeras pinceladas sobre el once del Bilbao Athletic en Tajonar. El nuevo técnico del filial, pese a empezar con derrota agónica (3-2), recuperó a Chasco para el lateral izquierdo, apostó por ... el tándem de centrales formado por Mendibe-Trespalacios, puso a Rego en los mandos y en la segunda parte a Unai Gómez de 6, y a Goti colocado entre líneas. Además de un dato curioso ya empleado con profusión por su antecesor, Bingen Arostegi, que obedece a jugar sin 9 específico fijando a los centrales. Ensayó con Luis Bilbao de falso ariete apoyado por Jon Guruzeta para «tener más movilidad para asociarse», lanzó al final del envite. Encima sacó en la segunda mitad a Cabo insistiendo en esa fórmula. El extécnico de las inferiores de Levante y Villarreal pretende, en cualquier caso y por encima de todo, darle mayor protagonismo al medio del campo, que el juego fluya por sus pies para arrancar las transiciones ofensivas. Un déficit que, junto a la falta de gol, ha penalizado el filial en este arranque de la rocosa Primera Federación.
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Pallarés, una apuesta decidida del director de Lezama, Sergio Navarro, ha transmitido a la plantilla que «jueguen», que sean «ellos mismos» en las charlas mantenidas estos días en Lezama para tratar de enderezar el rumbo en una labor también pedagógica para intentar armonizar la situación. Los cinco partidos sin marcar ni un sólo tanto, al menos, se palió ante Osasuna Promesas con los dos goles de Jon Cabo, el más entonado en Tajonar desde su incorporación al campo, y Unai Vélez haciendo lo más difícil de remontar el encuentro antes de que Mutilva lo chafase sobre la bocina. Pallarés es consciente de la dificultad de la empresa en la que se ha embarcado y de que el equipo se ubica en el sótano de la tabla, con 12 puntos en 13 jornadas. Aunque, eso sí, a tres puntos del puesto 13 que acapara ahora mismo el Atlético Baleares, con 15: «Hemos dado continuidad a algunas cosas que desde mi punto de vista hacían bien, e intentado modificar a nivel ofensivo para llegar más veces al área y generar más ocasiones», relataba el preparador rojiblanco en su plan trazado.
Especificaba Pallarés en Tajonar, en su debut en el banquillo bilbaíno, que había tratado de «acumular más gente por dentro para dar amplitud por fuera, y poder crear esa incertidumbre al lateral rival. Estar más cerca en situaciones de pérdida de balón», relataba. Un principio de intenciones que se debe extender al domingo ante el Cornellá, ahora mismo duodécimo con 16 puntos en una clasificación más que comprimida. Pallarés es consciente de que la joven plantilla del Bilbao Athletic debe resetearse para superar este trance. De haber cosechado ese posible empate ante el filial rojillo hubiera apuntalado moralmente a su joven plantilla. «Tenemos 25 partidos por delante. Si somos capaces de mejorar en las cosas que no hacemos bien y de llevar el partido como en la segunda parte, llegarán las victorias», presagiaba el míster catalán. Esta semana se sigue aclimatado a su nuevo puesto en Lezama, viendo vídeos y analizado las características de su plantel, al que debe acoplarse para ganarse su confianza: «El club me ha acogido muy bien, todo el mundo me ha ayudado», desliza con mucho trabajo por delante para ir imponiendo su método y sacar al Bilbao Athletic del atolladero.
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