Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ni con la euforia de verse como titular pierde la compostura y se eleva desde el suelo para alardear. Daniel Vivian (Vitoria, en julio cumplió 22 años) ha alcanzado en el arranque de temporada una cota que pocos esperaban. Había datos para pensar que regresaba ... al Athletic un central de empaque. Lo jugó casi todo en el Mirandés y sus compañeros le eligieron como capitán pese a ser un cedido de 21 años. Pero los pronósticos les colocaban como cuarto en la clasificación de minutos a jugar, por detrás de la pareja Iñigo Martínez-Yeray y de Unai Nuñez, el primer recambio.
Sin embargo, se ha convertido en un indiscutible por la lesión del baracaldés y porque ha adelantado al portugalujo. Cuando regrese Yeray, Marcelino estará en un brete: ¿quién de los dos jugará? El alavés puede alardear de ser uno de los tres jugadores que han disputado los 270 minutos de Liga junto a Iñigo Martínez y Balenziaga, pero prefiere no hacerlo. «No hay motivo para levantar los pies del suelo. Tengo compañeros en mi posición de mucho nivel. Mi mentalidad es esforzarme y trabajar día a día para que las cosas sigan bien», ha indicado con modestia en Lezama. En la sala de Prensa es como en el campo, nunca pierde los papeles.
Vivian se ha situado a la altura de los más destacados de su edad. Whyscout, la plataforma profesional mundial de datos y análisis utilizada por los clubes, le ha colocado como el cuarto mejor central sub'23 de la Liga, por detrás Kounde (Sevilla, primero), Eric García (Barcelona, segundo) y Araujo (Barcelona, tercero) y delante de Militao (Real Madrid, quinto).
Una gran recompensa para el alavés, que apostó de joven por jugar en Bizkaia y ha llegado a lo más alto. Tras pasar por varios clubes de su ciudad natal, al acabar la categoría cadete pidió probar con el Santutxu. Quería medir su nivel en el fútbol de este territorio. Superó el examen y se incorporó a su juvenil C, dirigido por su excompañero Ibai Gómez. «Uno tiene que tomar ciertas decisiones en la vida aunque eran muy difíciles. Estoy orgulloso de que todo eso saliera bien y esté hoy aquí». Eran tiempos de sacrificio diario en los que sus padres le traían en coche desde Vitoria a entrenar. Ayer también vinieron, pero para verle orgullosos como se ejercitaba con el primer equipo.
A Lezama llegó en 2016 como al Santutxu, a hurtadillas. Se incorporó al juvenil, pero saltó de inmediato al Basconia, en donde se consolidó. De ahí, al Bilbao Athletic y al primer equipo rojiblanco tras una cesión de un año en Miranda. «Allí mejore en todo, sobre todo en experiencia. Me siento muy orgulloso de lo que viví en Miranda».
Concentrado, agresivo y muy decidido para perseguir a su marcador, el central dice que Marcelino pone el acento con él en mejorar su capacidad de defensa en el área y que aporte mayor continuidad a la salida de balón. «En este club hay una exigencia máxima y creo que no puede ser de otra manera».
«Debutar en San Mamés con público fue una ilusión tremenda. Estaban 10.000, pero me dio la impresión de que el campo estaba lleno», evocó. Hoy es un jugador feliz. «No cambiaría nada de lo que he hecho para llegar aquí», ha indicado este estudiante de Contabilidad y Finanzas en Deusto hoy cuando se le ha pedido que mire atrás.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.