Europa se pone muy lejos

La primera impresión del Athletic no pudo ser este jueves más temible. Pero no para el rival, como hubiera sido lo deseable, sino para sí mismo, para sus propios intereses. Por razones difícil de entender, quién sabe si afectados por la ausencia de Raúl García, su veterano sargento experto en la guerra de trincheras, los rojiblancos se mostraron extrañamente blandos y confundidos ante un Sevilla cuya puesta en escena fue justo la contraria.

El partido, en fin, no podía pintar peor para los locales, que en medio de la confusión general, sin saber por dónde hincarle el diente a un rival superior, sólo tuvieron una buena noticia a la que agarrarse. Y es que

Sucedió en el minuto 28. El Athletic, que había perdido a Berchiche por un tirón, empezaba a coger un poco de aire y acababa de tener una oportunidad en un doble tiro de Vesga. Hasta ese momento, los rojiblancos sólo habían inquietado a Bono con una volea alta de Williams en el minuto 9. Y no habían vuelto a rascar bola.

Tras el descanso, el dueño siguió en la misma longitud de onda: un pulso igualado, con

Lopetegui echó más leña al fuego dando entrada a De Jong y Munir, dos delanteros centros.

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