Athletic 2-0 Real Sociedad
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Athletic 2-0 Real Sociedad
El Athletic impone su deseo de victoriaLos derbis se ganan con juego, táctica y corazón, advirtió Unai Simón el viernes en una entrevista con este periódico. Y sus palabras acabaron teniendo un aire profético. Porque el Athletic, efectivamente, se impuso a la Real con toda justicia gracias a que jugó mejor, ... a que Valverde superó tácticamente a Imanol y, desde luego, a que puso mucho más corazón en el empeño de la presión y las disputas. Los rojiblancos, en fin, aprovecharon muy bien la gran oportunidad que se les presentaba para afianzarse en su pelea por Europa; todo lo contrario que la Real, que pudo poner un pie en la Champions tras la sorprendente derrota del Villarreal y la desperdició de mala manera.
Athletic
Unai Simón; Capa (Vivian, 62'), Yeray, Iñigo, Yuri, Vesga, Dani García, Nico Williams (Berenguer, 78'), Sancet (Muniain, 78'), Iñaki Williams (Ander Herrera, 89'), Guruzeta (Raúl Garcia, 62').
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Real Sociedad
Remiro, Gorosabel (Elustondo, 46'), Zubeldia, Le Normand, Aihen, Zubimendi, Brais (Barrene, 46'), Silva (Navarro, 82'), Merino, Oyarzabal (Cho, 61'), Kubo (Sorloth, 61').
Goles: 1-0 M. 33 Iñaki Williams. 2-0 M. 70 Iñaki Williams.
Árbitro Soto Grado. T.A: Capa (39'), Guruzeta (45'), Dani Garcia (47'), Yeray (80'), Vivian (83') / Zubeldia (51'), Le Normand (65').
Tal vez sea un signo de los nuevos tiempos, los de una Real pujante y con vitola europea, por encima del Athletic en la clasificación y, en principio, con objetivos más ambiciosos. O quizá fuera una casualidad. Nos referimos al hecho de que, por momentos, el duelo vasco escenificó este sábado una inversión de los papeles históricos. Durante décadas se asumió que los donostiarras, convencidos de que los derbis eran sus partidos del año, se los tomaban con una actitud más intensa y fiera que los bilbaínos, quienes pecaban muchas veces de una cierta despreocupación aristocrática en los derbis, como si sus grandes batallas fuesen otras, ante enemigos de más enjundia. Pues bien, este sábado sucedió lo contrario. La tropa de Valverde apretó mucho las tuercas desde el principio y la Real estuvo lejos de igualar ese pulso. No lo hizo hasta entrada la segunda parte, ya en desventaja en el marcador, cuando la entrada de Barrenetxea le dio la pimienta que no tenía.
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Hasta entonces, la diferencia la marcó la seguridad de los locales en su propuesta frente a la confusión de los visitantes. El experimento de Imanol de jugar sin nueve fijo, con Oyarzabal, Kubo y Silva arriba en el 4-3-3, más Brais, Merino y Zubimendi por el medio, no funcionó. En realidad, fue un desastre que acabó derritiendo, hasta hacerlo casi intrascendente, el juego txuriurdin. El Athletic apretaba con una determinación que sólo podía combatirse con intensidad y velocidad. Y la Real estuvo lejos de mostrar estas virtudes en toda la primera parte, que los locales dominaron con un fútbol sencillo y efectivo, sólido sin balón y sacando lustre a sus dos mejores armas en ataque: las dos bandas con los Williams. Iñaki acabó siendo el protagonista del derbi con sus dos goles, en el minuto 33 y en el 69, y demostró una vez más que es mucho más rentable jugando por fuera. Así comenzó con Valverde en sus primeras campañas y tiene toda la pinta de que así continuará hasta final de temporada.
La victoria del Athletic fue un premio a su actitud. Se jugaban muchísimo los rojiblancos, a quienes una derrota en un partido tan especial, unido a la eliminación copera, podía haberles convertido en almas en pena de la Santa Compaña el resto del campeonato. Y frente a las críticas tantas veces justas y lógicas hacia estos jugadores por su falta de competitividad en partidos decisivos, este sábado su compromiso fue total, algo que no se le vio a la Real por ningún lado. Todos los jugadores donostiarras fueron perdiendo sus peleas individuales a medida que avanzaba el choque. Brias no la olía. Merino estaba impreciso y, de hecho, propició la primera ocasión del Athletic tras una pérdida que obligó a Remiro a lucirse para detener un disparo de Nico. Oyarzabal fue una sombra de sí mismo, del futbolista desequilibrante que fue ante desde su gravísima lesión. Ni siquiera estuvo cerca de aprovechar que tenía delante a Capa, que llevaba dos años sin ser titular. Si Imanol le aguantó en el campo hasta el minuto 61 fue por sus galones. Silva estuvo irregular y Kubo, sin un lateral que le ayudara –Gorosabel y Aihen bastante tenían con los Williams– acabó cayendo en todas las trampas y celadas de veterano con malas pulgas que le puso Berchiche.
📽️ Esto es San Mamés.
— Athletic Club (@AthleticClub) April 15, 2023
Sufrimos, celebramos, bailamos y ganamos junt@s. #AthleticRealSociedad #AthleticClub 🦁 pic.twitter.com/rVLLZuGikl
La cuestión del gol
El Athletic se adelantó pasada la media hora tras un saque de esquina que se envenenó con una peinada de Vesga. El balón le cayó a Iñaki Williams en la zona del segundo palo y, aunque en primera instancia le pegó mal, tuvo una segunda oportunidad para rematar. Hubo que esperar a que el VAR certificara que el balón no tocó en la mano del delantero rojiblanco para celebrar un gol que recordó al 1-0 ante Osasuna. Córner, peinada de Vesga y definición de Williams. Habrá que seguir practicando la jugada porque no hace falta ni recordar lo importante que es encontrar algún pequeño manantial de goles a un equipo como el Athletic, tantas veces sediento frente a la portería rival.
Algo, por cierto, que le sucede igualmente a la Real. Es cierto que esta temporada sus cifras son normales, no como la pasada, cuando los de Imanol sólo marcaron 40, una cifra que de forma increíble les sirvió para ser sextos. Pero la falta de pegada sigue ahí creándoles problemas y desvelos. Este sábado, por ejemplo, les impidió tener una mínima opción de meterse en el partido, que el Athletic acabó ganando entre olés del público. Oyarzabal desperdició un contragolpe claro en el minuto 50 y, en el 54, ni Barrenetxea ni Kubo pudieron batir a un imperial Unai Simón. Lo peor para la Real, sin embargo, llegó en los últimos minutos, ya con 2-0 en contra tras un gran derechazo de Iñaki Williams que Remiro, un poco agachado, se dejó meter por su palo. Primero Sorlock y luego Barrenetxea, tras una pifia en la salida de Simón, tiraron al limbo dos balones clarísimos, sin mayor dificultad. En fin, que a esta Real en busca de la Champions no le llegó en el derbi ni para hacer el gol de la honrilla.
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