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Iñigo Martínez apura su contrato con el Athletic tras seis temporadas y 177 partidos con la camiseta rojiblanca. Su convulsa llegada a Bilbao se produjo en invierno de 2018, cuando Josu Urrutia pagó la cláusula de 32 millones de euros a la Real Sociedad tras ... la marcha de Aymeric Laporte al City. Desde que debutó en febrero de 2018 con el Athletic, dejó clara su calidad como futbolista, además de su ambición, la que le ha llevado a decantarse por la oferta del Barça.
El de Ondarroa es un futbolista con una fuerte personalidad, capaz de dejar el club de su vida (Real Sociedad) para cruzar la A-8 y comprometerse con el Athletic porque consideraba que su etapa txuriurdin «había terminado». «Cada uno debe tomar su camino y velar por su futuro», argumentó por aquel entonces. «Soy un profesional de fútbol», remató. Es más, calificó como un «orgullo» haberse convertido en el fichaje más caro de la historia de la entidad rojiblanca, que pagó los 32 millones un día después de haber ingresado 65 por Laporte.
Inmune al ruido exterior, el central ha sido fundamental para sus entrenadores en el Athletic, indiscutible hasta que esta temporada las lesiones le han impedido tener continuidad y aportar su experiencia en el tramo decisivo del curso. De hecho, Iñigo no ha podido despedirse de la que ha sido su afición estos años desde el césped. Ahora, emprende una nueva etapa en el que será su cuarto club, después de aquellos comienzos en el Aurrera de Ondarroa.
Mucho ha llovido desde que Iñigo Martínez salió de su pueblo en dirección a Zubieta. El que fuera su entrenador en infantiles y cadetes, Imanol Osa, recordaba a este periódico que aquel chaval «no pasaba de ser un jugador con mucha casta, que jugaba de pivote, se enfadaba cuando le ponía de central, y que llegaba a la portería rival con facilidad, especialmente en las jugadas a balón parado. No era el que más destacaba del equipo sino Rubén Gabilondo, otro chaval del pueblo. Los dos acabaron recalando en la Real pero Iñigo fue el que hizo el camino más largo».
Viaje a San Sebastián
Tras ser rechazado por los técnicos del Athletic, fue reclutado por la Real con 15 años. Durante la campaña en el cadete txiki Iba a San Sebastián a entrenar un día a la semana mientras jugaba en el Aurrera. Dio el salto ya en la Liga Vasca cadete. «Al principio le llevaban los aitas y luego ya lo hacía en el taxi que le ponía la Real», rememoraba Osa.
En el club donostiarra escaló hasta el primer equipo, donde debutó en El Molinón el 27 de agosto de 2011 por decisión de Philippe Montanier. El técnico francés fue su valedor y con él Iñigo creció hasta convertirse en indiscutible y en internacional. Pero tras 239 partidos con la camiseta txuriurdin, aceptó la apuesta que realizó el Athletic por él. Pronto se convirtió en uno de los futbolistas queridos por San Mamés gracias a su exigencia y ese gen competitivo que mantiene a sus 32 años, cuando está a punto de cumplir otro de sus sueños, jugar en el Barça y pelear por todos los títulos.
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