Cuando sólo se ataca en el descuento

Los de Marcelino decidieron regalar los noventa minutos reglamentarios. Sin filo arriba, cometieron además un imperdonable error en la salida del balón que les costó el 1-0 cuando tenían controlado al Granada. El arranque fue tan pobre que lo más llamativo de la reanudación fue que Marcelino no decretará ningún cambio. La cosa pedía entre cuatro y cinco.

Pero el juego de la segunda echó por tierra este planteamiento tremendista. Se hicieron los cinco cambios y no se notaron nada. También se regaló la segunda parte. Hubo que esperar hasta el descuento para encontrarse con el primer remate rojiblanco a puerta, un poste de Raúl García. Para más inri, antes de eso el momento en el que el Athletic estuvo más cerca del gol fue un apurado despeje de Duarte agarró con apuros Maximiano, ese portero con nombre de archiduque austrohúngaro.

Restan dos partidos y esto vuelve a tener la peor pinta. Al Athletic sólo le queda esperar un regalo del destino en forma de derrota del Villarreal mañana en Vallecas. Si así sucede, el sueño europeo se estirará. Un empate mantendría una pequeña llama de esperanza. Un triunfo amarillo sería el adiós prácticamente definitivo. Pero con partidos como el de anoche es complicado que los hinchas tengan cuerpo para pensar en las cuentas europeas. Uno de los peores partidos del curso en el peor momento. Este tipo de duelos, lo único que generan son ganas de echar el telón a la temporada. Lo de los finales de curso tristes provocan hartazgo.