Tres meses después de salir del Athletic, Kenan Kodro ha hecho las paces con el fútbol. «Soy feliz», dice desde Budapest en una conversación con EL CORREO. El delantero vive un idilio con el gol en el MOL Fehervar, el antiguo Videoton, donde por fin ... se ha encontrado consigo mismo y no para de marcar. Seis tantos en ocho partidos figuran en su hoja de servicios, en la que también ha anotado su vuelta a la selección de Bosnia-Herzegovina.
- En Hungría han encajado todas las piezas. ¿Por qué?
- Al principio me resultó difícil tomar una decisión. Toda mi vida está allí, en Bilbao y San Sebastián. Mi familia, amigos, novia. Además, dejaba la Liga para ir a un campeonato menor. Pero decidí hacerlo y trasladarme a Hungría. Hice un par de entrenamientos y debuté con un doblete. ¡Todo cambió de repente! Empecé a sentirme bien. Apareció una energía dentro de mí que no tenía en Bilbao. Y no la tenía porque no me dieron continuidad, una oportunidad. Aquí juego y me siento liberado. La tensión ha desaparecido dentro de mí. En el Athletic sabía que si entraba y no marcaba o no daba una asistencia iba a estar fuera cinco partidos.
- Una carga pesada.
- La peor. En el Athletic no tenía confianza. Aquí he renacido. La gente me mira diferente, me aprecia. ¡Soy importante para ellos! Y cuando te sientes así, las cosas salen. Soy un jugador completamente diferente al que era en Bilbao. Ahora me gustaría verme en el Athletic, en este momento.
- Ha hecho seis goles en ocho partidos, cinco en la liga y uno en la Copa. La afición corea su nombre. ¿Echaba de menos sentir la energía positiva del fútbol?
- Lo necesitaba. En el fútbol hay un problema: en todos los equipos hay más de 20 jugadores y solo pueden jugar 11. Dentro de mí sentía que podía aportar y ayudar al Athletic, que podía ser peligroso y hacer goles. Pero no tuve continuidad. Había un entrenador al que no le gustaba. Así es el fútbol: a alguien le gustas y a alguien no. Pero ahora estoy otra vez lleno de energía. ¡No sé dónde está mi límite!
-
En el Athletic
Estuvo dos años y medio. Jugó 27 partidos en todas las competiciones para un total de 568 minutos. Marcó cuatro goles, uno cada 142 minutos.
-
En el MOL Fehervar.
Lleva ocho partidos y ha marcado seis goles entre Liga (5) y Copa (1). Ha vuelto a la selección.
- ¿El único problema en el Athletic fue la falta de continuidad?
- El único. Si no tienes continuidad, no tienes nada. Mentalmente es difícil. Cada vez que jugaba y marcaba, desaparecía. Estaba en la grada, en el banquillo o tenía dos minutos. Así es difícil rendir. Aquí tengo continuidad y meto goles. Una cosa lleva a la otra. En determinados momentos en Bilbao no tuve continuidad cuando, por ejemplo, hice goles contra Osasuna y Atlético. En el Bernabéu y en el Pizjuán me anularon dos por fueras de juego milimétricos. También marqué contra el Huesca de penalti.
«El Athletic me dio de comer»
- ¿Hasta qué punto lo pasó mal?
- Tuve momentos malos. En mi cabeza libraba mi propia batalla. El que no lo ha vivido nunca tampoco puede entenderlo. Todos queremos jugar, pero creo que no se fue del todo justo conmigo en ciertos momentos. Era un delantero diferente de todos los que tenía el Athletic. Podía dar otras alternativas de juego. Estoy contento por mi reacción a lo que me estaba pasando: no me hundí.
- ¿Nunca?
- No. Era uno de los primeros en ir a entrenar. Me quedaba después de los entrenamientos y pensaba que podía cambiar mi situación. En el fútbol solo existe una cosa: el trabajo. Y la espera. Tienes que saber esperar.
- ¿Dónde encontró la fortaleza para no venirse abajo?
- Es un trabajo individual. Hay que tener ganas y esperanza, confiar en que todo va a cambiar. Nunca perdí la ilusión de ir a Lezama porque adoro el fútbol. Estuve en una situación difícil, pero no perdí la esperanza de jugar en el Athletic.
Nueva vida en hungría
Ahora estoy otra vez lleno de energía. ¡No sé dónde está mi límite!»
- ¿Llegó a dudar de sí mismo?
- Sí. En esos momentos, la cabeza es fundamental. Trabajé con un psicólogo, un 'coach', Julen Ortiz. Y sigo con él. Llevamos año y medio. Con su apoyo veo la vida de otra manera. Todos los días iba a Lezama ilusionado y eso que mi situación deportiva era una mierda. Pero tenía una visión positiva de las cosas. Ahora recojo los frutos de todo ese trabajo.
- En el MOL Fehervar, el antiguo Videoton. Ha visto la luz.
- Tal cual. Estuve lesionado dos meses y medio - se rompió en Valladolid -. Me operé. Entrenaba en solitario y apareció el Videoton. Creyeron en mí. Llegué y besé al santo. Hice dos goles en mi debut y vieron que podían confiar en mí. Me siento bien.
- Tan bien que después de mucho tiempo ha vuelto a la selección de Bosnia-Herzegovina.
- Estoy feliz. Cuando juegas y metes goles, la esperanza revive. Recibí la llamada tras dos años y medio. Vuelves a sentirte importante. Para mí es siempre un placer jugar para Bosnia-Herzegovina. Está bien volver y sentir lo que se siente. Estaba en el Athletic y no iba, y ahora voy como jugador del Videoton. Di un paso atrás para dar tres adelante.
- Le quedaba un año de contrato con el Athletic y decidió salir.
- Quería quedarme en el Athletic porque era mi casa, pero no quería aprovecharme de nadie. El dinero es importante porque te asegura el futuro, pero lo único que quería era jugar al fútbol. Quería sentir la alegría del gol, celebrarlo, enfadarme cuando fallo, tirar penaltis, pelear en el campo. Tenía que buscar mi felicidad. Todo va bien.
- Pese a todo, ¿sigue llevando el Athletic en el corazón?
- Viví momentos buenos y malos, pero jamás podría estar enfadado con el Athletic. Me dio la oportunidad de regresar a la Liga. En la vida hay que estar agradecido y yo lo estoy. Estoy decepcionado con alguna gente con la que trabajaba, pero nunca con el club. Veo los partidos del Athletic. Soy feliz si les va bien. El Athletic me dio de comer.
- ¿La puerta rojiblanca se ha cerrado para siempre?
- Nunca se sabe lo que puede pasar. He encontrado la felicidad en Hungría, donde puedo demostrar la clase de jugador que soy. Estoy en mi mejor momento. Vienen los mejores años para mí. ¿El Athletic? Quién sabe. Si vuelvo será el destino; si no, también.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.