El Athletic, de nuevo por el mundo

En la primera ocasión en la que el Athletic abandonó el Viejo Continente para disputar un encuentro el calendario marcaba 1935. El destino, México. Eran otros tiempos. En lugar de una semana como en esta ocasión, el equipo entrenado por Patricio Caicedo aprovechó al máximo el tiempo y vivió allí cinco semanas, aunque el viaje fue mucho más costoso. El equipo zarpó en la nave 'Iberia' desde Santander a Veracruz, con escala en La Habana, en un viaje que duró tres semanas. Y el regreso se produjo a mediados de septiembre. Cerró su gira contra el Necaxa, el rival del jueves, que entonces era campeón del país y le endosó un contundente 4-1. Todos los duelos de la escuadra fueron en México DF y la vuelta a Bizkaia resultó muy curiosa también.

¿Por qué? Fue de nuevo vía Santander, donde les dejó el 'Orinoco'. En la ciudad cántabra esperaron la directiva, un grupo de aficionados y un autobús que paró por todos los municipios en los que residían los rojiblancos: Santurtzi, Sestao, Barakaldo. Eso sí, Bata, goleador, se quedó en Santander con su madre. El Athletic se trajo en sus maletas el cariño de un país: «Ningún equipo extranjero ha recibido del pueblo mejicano semejante demostración de simpatía y admiración», decía la prensa. La segunda visita a México se produjo en 1976 y se abrió con el «naufragio» (3-0) frente a la selección local y un Iribar que viajó pero no jugó: tenía la mano enyesada.

Años antes, el Athletic se había desplazado a Estados Unidos, en concreto a Chicago. Se enfrentó al Estrella Roja, su verdugo en la entonces UEFA. Y se vengó 1-3 con doblete de Arraiz y un tanto de Uriarte, los tres en el tramo final. Lo más curioso sucedió en el regreso. El cuadro rojiblanco de Piru Gainza viajó 'directamente' -es un decir- desde EEUU a Valencia, donde se disputaba el siguiente duelo de la Liga. ¿Qué ocurrió? Los bilbaínos fueron de Chicago a Nueva York. Luego a Londres. A continuación a Madrid, comieron en el hotel Nacional, y de allí regresaron a Barajas para irse a Valencia. Pues bien, Txetxu Rojo no hizo el viaje completo con sus compañeros. Se quedó atascado en los servicios del aeropuerto inglés y tuvo que regresar en el siguiente avión.

Ese mismo año el Athletic acudió a Caracas a jugar un torneo, la Copa Cuatricentario de Caracas, que se denominó la 'Pequeña Copa del Mundo'. Dos semanas y media antes, la capital venezolana vivió un terremoto que dejó 236 muertos. Allí acudió en agosto el equipo rojiblanco, que se enfrentó al Académica de Coimbra de Portugal y al Platense (Argentina). Ganó la competición pero el segundo partido, frente a los 'calamares', terminó en tangana. Así lo contó EL CORREO: «El encuentro, a los 30 minutos del segundo tiempo, fue paralizado por una bronca que se suscitó entre el jugador Miranda y Larrauri, que se liaron a puñetazos. Durante cuatro minutos, aproximadamente, jugadores bilbaínos y directivos de ambos equipos y agentes de policías hacían su entrada al campo para poner fin a la batalla campal».

Marruecos, visitado en tres ocasiones (1945, 2008 y 2012) -más allá de duelos jugados en Tetuán, Melilla y Ceuta- también dejó algunas anécdotas. Sobre todo el primer viaje. Por ejemplo, antes del primer encuentro en Larache se produjo una recepción con el coronel Loreto y el bajá Mohamed Raisuni con la participación de la banda del Tercio, que les animó de camino al hotel.

También hubo tiempo para una visita a Alcazarquivir, sede del Cuarto Grupo de Regulares de Larache. 5.000 legionarios desfilaron delante de los vizcaínos... Días inolvidables, como recordó Rafa Iriondo para este periódico en 2008 antes de otro viaje al país norteafricano. «Nos trataron muy bien. Desde el primer momento todo fueron atenciones». Y eso que fueron casi tres días de viaje -salieron el miércoles 6 de septiembre-, en autobús hasta Algeciras y luego en barco. Pero allí fueron tratados como héroes. «Huéspedes de honor». Igual que los mexicanos que esperan disfrutar con la visita del Athletic.