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robert basic
Jueves, 23 de noviembre 2017, 01:31
bilbao. Después de salvar su primera bola de partido ante el Östersunds y ver cómo caía el Zorya en Alemania, el Athletic afronta el partido de esta noche ante el Hertha con la convicción de que aún le queda mucho por decir en el escenario ... europeo. Su fútbol es el que es y presenta numerosas lagunas, algo evidente y reconocido por la propia plantilla, pero los rojiblancos están ante una magnífica oportunidad de regalarse una victoria balsámica que además de engordar su casillero de puntos alimentaría su maltrecha confianza. Es más, derribar el muro berlinés en San Mamés permitiría a los hombres de José Ángel Ziganda depender de sí mismos para superar la fase de grupos e incluso aspirar a la primera plaza, algo impensable hace solo unas semanas y que confirma la extrema y a la vez inesperada igualdad de la liguilla. Ningún resultado será definitivo, ni siquiera una derrota, pero no hace falta decir lo que implicaría un resbalón de esta naturaleza para el frágil estado de ánimo de un equipo que se viene abajo con una leve brizna de viento. No solo eso, sino que llegaría a Lviv pendiente de los demás, condenado a esperar un resultado favorable en un campo ajeno.
El Athletic sabe que la victoria es un imperativo y deberá perseguirla desde el pitido inicial, sin cejar en su empeño de acompañarla de un juego decente que, al fin y al cabo, es lo que aproxima a un equipo al triunfo. Ninguno de los dos rivales llega en su mejor momento y tanto los bilbaínos como los berlineses quieren convertir el choque en un trampolín que les dé un impulso anímico y también futbolistico, imprescindible si aspiran a ocupar una de las dos plazas que garantizan la presencia en las eliminatorias. Todo el mundo daba por hecho que accederían sin problemas a los dieciseisavos de final y que Östersunds y Zorya serían meros observadores en un grupo dominado de prinicipio a fin por los dos «favoritos». Pero la lógica no se impuso y las predicciones fallaron. ¿Por qué? «Hemos hecho las cosas mal y ahora no hay margen de error», lo describió con su habitual sencillez Iago Herrerín.
El Hertha será el séptimo rival alemán al que se medirá el Athletic en toda su historia, después del Eintracht Braunschweig, Eintracht Frankfurt, Magdeburgo, Augsburgo, Schalke 04 y Werder Bremen. Pues bien, solo este último ha conseguido ganar en San Mamés. El resto de los compromisos se resolvieron con tres victorias bilbaínas y dos empates. Los hombres de Ziganda asumen que ha llegado la hora de pegar un golpe encima de la mesa y de acabar de una vez por todas con la indefinición que rodea su fútbol. Saben que urge cambiar de rumbo antes de que los objetivos fijados en verano se difuminen y se conviertan en prácticamente inalcazables, un lujo que ni el vestuario ni el técnico pueden permitirse.
Solo quedan dos jornadas para cerrar la fase de grupos y la clasificación no puede estar más apretada. Entre el líder (Östersunds) y el último (Hertha) solo hay tres puntos de diferencia por lo que todos los escenarios son factibles y sujetos a variaciones. Tras un comienzo decepcionante y el golpe de fortuna que le permitió salir con vida de Suecia, el Athletic necesita sumar hoy los tres puntos y viajar a Lviv siendo dueño de su destino. También habrá que ver lo que ocurre en el otro partido, pero pase lo que pase un triunfo daría a los rojiblancos medio billete para las eliminatorias. Los hombres de Ziganda saltarán hoy al céspes de San Mamés con solo dos victorias cosechadas en los últimos 15 encuentros, mientras que los germanos lo harán con tres. Dos dinámicas muy parecidas entrarán en colisión en San Mamés y medirán la capacidad de reacción de sus protagonistas, que definen el encuentro como una «final».
‘Cuco’ anunció ayer que introduciría varios cambios en el once más allá de la titularidad segura de Iago Herrerín y Etxeita. Gente como Bóveda, Mikel Rico y Susaeta, entre otros, podrían tener su oportunidad, al igual que De Marcos, quien podría disfrutar de unos minutos después de más de tres meses de lesión. La inclusión del alavés en la convocatoria es la principal novedad en una lista de 18 hombres en la que solo Saborit y Kike Sola son bajas por decisión técnica.
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