El Athletic se marca como objetivo prioritario el fichaje del delantero del Braga Álvaro Djaló

El conjunto portugués le renovó el pasado mes de octubre hasta 2027. Pese a un significativo aumento de ficha, la cláusula de rescisión se mantuvo en 20 millones. Es un mensaje inequívoco de que desean hacer caja con él. Los medios consultados indican que el Sporting de Braga daría por bueno cobrar en torno a 15 millones de euros. Sin embargo, todas las fuentes consultadas mantienen que la operación está aún en fase embrionaria que se debería de acelerar en las próximas fechas. Destacan también que el reciente cambio de agente por parte del futbolista ha motivado que los contactos se encuentren en stand by.

La directiva que preside Jon Uriarte da por hecho que el equipo regresará a Europa después de seis campañas, bien a la Champions -con tropiezos como el del lunes se presume complicado- o a la Europa League, con lo que se ingresará un buen dinero en las arcas rojiblancas. Ese escenario económico y la necesidad de reforzar el plantel para afrontar tres competiciones han animado a ir a por el extremo del Braga, primo de Adu Ares.

El club entiende que dentro de lo que le ofrece el mercado, Djaló es la mejor alternativa. Los jugadores de la Real son inaccesibles y los de Osasuna muy caros. Desde la perspectiva del jugador, por su parte, el Athletic es probablemente el mejor proyecto deportivo sobre su mesa. Mikel González, el director de fútbol rojiblanco, le ha seguido de cerca. Los técnicos entienden que es un futbolista que puede jugar en cualquiera de las dos bandas y que también tiene capacidad para aportar dentro. Hay incluso quien le ve en Lezama preparado para moverse como falso nueve y dar así oxígeno a Guruzeta.

Esta campaña en el Braga ha jugado en los dos costados, como mediocentro ofensivo y como mediapunta. Djaló no sólo ofrece desborde. También aporta gol. Este curso lleva trece dianas, más que ningún jugador del Athletic. Es el segundo máximo artillero del Braga, sólo superado por Simón Banza, el delantero centro, que ha firmado 14. El extremo ha participado también como asistente en otros tres goles. Además de reforzar de forma considerable la línea de ataque, el club rojiblanco se cubriría las espaldas por si un poderoso equipo deposita los 55 millones de cláusula de Nico Williams y se lo lleva, una amenaza que sobrevuela el club en todo momento y que a Ibaigane no le queda más remedio que asumir con resignación. Djaló es una de las revelaciones del fútbol portugués, pero no fue detectado por el radar del Athletic cuando militó dos años como juvenil en el Begoña, su segundo y último club en Bizkaia tras el San Miguel de Basauri.

Con 17 años decidió buscarse la vida y se marchó a Portugal para hacer las pruebas en diferentes clubes. En el Benfica lo descartaron por su altura y, a pesar de lograr un acuerdo verbal con el Sporting de Lisboa, su fichaje no se concretó. Regresó a Bilbao y semanas después recibió la llamada del Braga. Superó la prueba y se quedó en el equipo luso, donde ha ido paso a paso superando etapas hasta llegar al primer equipo.

En la Semana Santa de 2017, su segunda y última temporada en el equipo bilbaíno, Djaló se fue a Portugal a hacer una prueba. «Me dijo que se iba a cuidar a su abuela, pero pasaron las dos semanas del parón y no regresaba. Vimos en Instagram que estaba haciendo pruebas en el Benfica. Nos pareció rarísimo», comentó a este periódico Jorge Ors, entrenador durante sus dos años en el Begoña.

Aquello le pareció extraño. «Un jugador con ficha con nosotros haciendo pruebas en mitad de la campaña con otro club. ¿Es legal?», se preguntó. Se dirigió al presidente del Begoña. Quería resolver esa duda y de paso alertar a Lezama. Según los convenios de colaboración de Ibaigane con sus clubes vizcaínos, estos tienen que avisar cuando se producen situaciones de este tipo. Es lo que hizo el club del barrio bilbaíno.

«Se lo conté a Miguel Ángel Castro (entonces presidente, fallecido). Me dijo que iba a avisar al Athletic». Unos días después se interesó por el caso. «Le pregunté y me contestó que en el Athletic le dijeron que no le conocían». La entidad rojiblanca, entonces presidida por Josu Urrutia, con José María Amorrortu al frente de Lezama, se quedó cruzada de brazos.