El Athletic inicia la defensa de su trono

Porque su condición de participante en la Supercopa ha ahorrado al Athletic la disputa de las dos primeras eliminatorias -el año pasado arrancó en el campo del Rubí, equipo de la sexta división del fútbol nacional- y ha permitido aligerar un calendario más apretado que unos grandes almacenes en Navidad. De ahí que el camino hacia una nueva final sea mucho más corto, además de contar con la ventaja de emparejamiento con equipos de categorías inferiores. Así se produjo el cruce con la UD Logroñés, encantada de recibir a los bilbaínos porque ha vendido entradas como churros. Esta ronda copera permitirá al conjunto de Logroño hacer su particular agosto en enero, justo un día antes de la llegada de los Reyes. Eso sí, los hombres de Ernesto Valverde no deben hacer regalos sino afrontar el choque con todas las garantías del mundo para evitar sorpresas desagradables.

No hay duda de que el partido está condicionado por el duelo del miércoles ante el Barcelona en la Supercopa. De hecho, tanto el Athletic como el Ayuntamiento de Logroño y la propia UD Logroñés hicieron frente común para adelantar el partido un día, programado en un primer momento para mañana. La proximidad de la 'Final Four' de Arabia Saudí y la cabalgata real con llegada a Las Gaunas permitieron mover la eliminatoria, después de la cual los rojiblancos se desplazarán a Yeda. Así que Valverde compondrá un once en el que mezclará titulares con los menos habituales, una manera de garantizar que el equipo siga siendo reconocible. Será interesante comprobar quién será el portero de la Copa, Unai Simón o Julen Agirrezabala, condición que en las ediciones anteriores había recaído en el meta guipuzcoano.

Los bilbaínos llegan en un gran momento de forma a la apertura del curso copero. Cuartos en la Liga y segundos en la Europa League, competición en la que cultivan ambiciones nobles, el compromiso frente a los riojanos no debería plantear excesivas dificultades. No por la guerra que darán los locales, que será mucha dentro de sus posibilidades, sino por el estado de gracia en el que se encuentra el equipo. Se cree capaz de todo, hasta de mover montañas. Solo así se explica la racha de los 14 partidos sin perder del Athletic, traducida en diez victorias y cuatro empates. Los muchachos de Txingurri no pierden desde el 6 de octubre del año pasado, cuando cayeron en aquella locura de Montilivi con un gol de Stuani de penalti en el minuto 100. Todo ello después de que los bilbaínos fallaran antes tres penas máximas, una 'hazaña' memorable. O dicho de otra manera: la derrota en Girona es la única en casi cuatro meses.

Los rojiblancos estarán en Las Gaunas por primera vez desde marzo de 1997, cuando se impusieron con claridad al extinto Logroñés por 1-4. Los dobletes de Ziganda y Urzaiz bastaron para tumbar a los riojanos. Ahora regresan en la Copa, en perfecto estado de revista, con algunas bajas pero comprometidos con el reto de convertirse en el segundo club en enlazar dos títulos en más de 30 años. Solo ha logrado repetir el Barcelona, además varias veces, en 1998, 2016, 2017 y 2018, por lo que los bilbaínos quieren explorar la posibilidad de una hazaña y agitar de nuevo las aguas de la ría. Todo empieza por hacer los deberes en Logroño, sacar el billete para octavos -se jugarían en principio el 15 de enero- y dejar en cuatro los obstáculos hasta La Cartuja.

Conviene recordar que la UD Logroñés va bastante bien en su liga. Es la cuarta clasificada, en los puestos de play-off de ascenso, pero a ocho puntos del líder Arenas. Lleva cuatro encuentros sin perder -dos triunfos y otras tantas derrotas- y aguarda la vista del Athletic con ganas de dar la campanada. Tanto es así que en el vestuario se autodenominan 'el matagigante de la Copa'. No en vano se han 'cargado' al Eibar y luego al Girona. Debe servir de aviso a los rojiblancos, que ya saben cómo se las gastan los riojanos en su casa.