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Jon Agiriano
Sábado, 25 de mayo 2024, 00:40
Si uno busca un poco, puede encontrar razones para interesarse por el partido entre el Rayo y el Athletic, que en lo que a la clasificación se refiere, como es bien sabido, no tiene mayor aliciente. Dejando a un lado el gran foco de interés ... del que llevamos hablando dos semanas, que es la lucha de Unai Simón por el trofeo de Zamora, en dura pugna con Ter Stegen y Remiro, hay otro foco más pequeño en Vallecas: si los rojiblancos serán capaces de despedir por fin la Liga con una victoria y no, como empieza a ser costumbre, con una chapuza y un serio disgusto.
Rayo Vallecano Dimitrievski; Balliu, Lejeune, Aridane, Espino; Ciss, Trejo, Unai López; Isi, Álvaro García y Falcao.
Athletic Unai Simón; De Marcos, Vivian, Yeray, Yuri; Prados, Ruiz de Galarreta, Unai Gómez; Nico Williams, Villalibre y Berenguer.
Árbitro y hora Munuera Montero. 18.30 horas.
Se trata de una sencilla cuestión de memoria. El Athletic lleva siete temporadas terminando el campeonato con un borrón, alguno de ellos de los grandes. La jornada 38 viene siendo una cruz desde 2016, cuando los rojiblancos ganaron 3-1 al Sevilla y consolidaron su quinta posición que les daba acceso a Europa. A partir de entonces, un agujero negro: seis derrotas consecutivas (3-1 en el Vicente Calderón en la campaña 2016-17; 0-1 con el Espanyol en San Mamés en la 2017-18; 2-0 en el Sánchez Pizjuán en la 2018-19; un terrible 4-0 en Granada en la 2019-20; 2-0 en Elche en la 2020-21 y 1-0 en Sevilla al año siguiente. Y la pasada campaña, el empate a uno en el Bernabéu.
¿Cambiará por fin esta inercia funesta, que al menos en dos ocasiones ha dejado al equipo fuera de Europa? ¿Podrá despedir el Athletic esta temporada inolvidable dejando un buen sabor de boca en Vallecas? Habrá que verlo. Lo cierto es que, si por algo se ha caracterizado el equipo de Valverde esta temporada, ha sido por superar barreras y romper esquemas y viejos maleficios. Ha ganado en el Sánchez Pizjuán, hasta tres veces seguidas al Atlético de Madrid, ha convertido San Mamés en un fortín cuando era un coladero, ha ganado una final de Copa cuarenta años después... Existen razones objetivas para imaginar por fin un triunfo en la jornada 38.
Esa satisfacción tiene que ver con una debilidad personal. Soy de esos aficionados que dan mucho valor a las victorias en partidos intrascendentes. Me explico. Por supuesto que las victorias de más valor, las que más felices nos hacen, son aquellas que tienen un gran significado o se logran tras completar una aventura apasionante. Ahora bien, algunos también disfrutamos con esos triunfos olvidables que los equipos grandes logran casi sin querer, sin esforzarse demasiado, por la pura inercia de su juego y de su mentalidad alérgica a la derrota, sencillamente porque son mejores y ganar forma parte de su naturaleza.
En fin, que esta tarde imagino un partido bonito, abierto y limpio, en el que el Athletic despida esta inolvidable temporada ganando no por nada especial sino porque se ha convertido en un grande.
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