Un Athletic ganador que viaja a toda velocidad

Este año, Ernesto Valverde ha dado con la tecla para convertir al rojiblanco en un equipo ganador, que compite en todos los escenarios y donde no sólo los números confirman el cambio de tendencia. Son las sensaciones que ofrecen todos los jugadores las que presentan a un nuevo Athletic, donde cada uno aporta y suma a la causa, donde ya no hay unidades A y B y donde cualquier baja, por importante que sea, se suple de forma que el rendimiento sigue siendo el mismo. Salvo el empate a cero en el Nuevo Mirandilla frente al Cádiz, donde el Athletic notó más que las ausencias el cansancio de la Copa, el equipo apenas se ha resentido pese a ese esfuerzo que ha tenido que hacer en enero y principios de febrero para seguir siendo competitivo en Liga y Copa.

Hay un dato que revela el nivel de este Athletic que ha edificado Ernesto Valverde esta temporada. Desde que se jugó la primera eliminatoria de Copa, allá por el 1 de diciembre en el campo del Rubí, los rojiblancos han disputado 18 encuentros. 14 los han solventado con victoria, han empatado tres y en todo este tramo solo han perdido uno, el de Mestalla frente al Valencia por la mínima. Han marcado 39 goles y en estos dos meses y medio, han ganado dos veces al Atlético de Madrid, además de al Barcelona, a la Real Sociedad o al Las Palmas y empatar en el campo del Girona.

Y este rendimiento no se ha sostenido como sucedía en épocas pasadas apostando por los titulares hasta exprimirlos. Si echamos la vista atrás aparece la ausencia de Iñaki Williams durante un mes por su convocatoria por Ghana para jugar la Copa África. Se fue siendo el máximo goleador junto a Guruzeta pero el equipo, pese a echar de menos su capacidad de desborde por la banda derecha, supo recomponerse con Berenguer como titular para seguir sacando adelante los resultados. También se lesionó Ruiz de Galarreta, el hombre que alumbra el juego del Athletic, pero el técnico apostó por un Beñat Prados que ha ofrecido un rendimiento extraordinario jugando como si fuera un veterano curtido en mil batallas en Primera cuando todavía no ha alcanzado siquiera los mil minutos de juego (Lleva 832 entre Liga y Copa).

Villalibre se convirtió en el máximo goleador de la Copa con seis tantos y Herrera se ha reivindicado tras una temporada para olvidar por las lesiones y ha mantenido el centro del campo cuando Vesga tuvo que parar por problemas físicos, y Lekue está haciendo probablemente su año más completo, tirando de experiencia para cubrir las ausencias de Yuri y De Marcos en ambos laterales. Y qué decir de la defensa. Con la marcha de Iñigo Martínez al Barcelona y la lesión de Yeray parecía el fin del mundo, pero el Athletic es el tercer equipo menos goleado de la Liga con 21 goles encajados en 23 encuentros. Vivian y Paredes han pasado de ser el octavo y el decimoséptimo jugador en minutos de Liga en la temporada 2022-23 a ser el segundo y el tercero tras Unai Simón y el rendimiento está siendo brillante, lo mismo que Guruzeta, 13º el pasado año en minutos y este 5º, además de ser el referente goleador y un fijo para Valverde por su entrega.

Sin duda, el entrenador es el gran culpable de este cambio, de esta evolución. Valverde ha conseguido que todos sus futbolistas se sientan protagonistas y partícipes de una idea de juego que está más que clara, y en la que la máxima entrega de cada uno de ellos es fundamental para que el rendimiento del Athletic no decaiga. Los antes llamados secundarios saben que cuando juegan se incorporan a una maquinaria bien engrasada que genera unos automatismos muy claros y una gran ambición colectiva. No estar a la altura de la exigencia que se le plantea les dejaría en evidencia y eso no ha sucedido hasta el momento.

Y un elemento más a la suma. La competencia ha crecido esta temporada y nadie quiere bajarse del barco. En este punto es fundamental la llegada de jóvenes con hambre de fútbol y minutos, que destacan por su desparpajo. Empezando por Paredes, que se ha hecho con la titularidad en la defensa y continuando por Beñat Prados, cada vez más fijo en el centro del campo. Pero Valverde ha tirado de Unai Gómez y Jauregizar como alternativas para cambiar el curso de los partidos, y tampoco ha dudado en dar minutos a Adu Ares. Y en la Copa, Julen Agirrezabala es fijo en la portería, donde tiene que hacer olvidar nada menos que al portero titular de la selección.

Con todos estos mimbres, Ernesto Valverde ha encontrado a un equipo fresco y atrevido pese al esfuerzo que realiza en cada partido. Que no duda en su misión y, claro está, cada vez más convencido de lo que hace porque los históricos resultados de este curso dan la razón.