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Athletic 3-0 Atlético

Athletic y San Mamés son sinónimo de espectáculo

Los rojiblancos machacan al Atlético con una nueva exhibición de poderío y el 6 de abril buscarán en La Cartuja un título de Copa que se les niega desde hace cuarenta años

Viernes, 1 de marzo 2024, 00:00

Athletic y San Mamés son sinónimo de espectáculo, uno de los más sugerentes que pueden verse en el fútbol europeo. Nada parecer poder detener a los rojiblancos en este momento pletórico. El equipo de Valverde se siente capaz de todo y ayer noche sacó el ... billete para la final de Copa con una nueva demostración de poderío. El Atlético sólo duró doce minutos, hasta que los hermanos Williams activaron su conexión letal e Iñaki marcó el 1-0. A partir de ahí, el Athletic sometió sin piedad a un rival que acabó sintiéndose inferior y en el arranque de la segunda parte sólo le faltó sacar la bandera blanca. No hace falta decir que, en los últimos doce años, el equipo de Simeone sólo ha tenido esa sensación penosa en contadísimas ocasiones y siempre ante rivales de primera fila europea.

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El mérito del Athletic, en fin, es indiscutible. El equipo juega con una convicción absoluta y no sólo ha conseguido activar un frente de ataque letal sino que ha encontrado una pareja de medios centros con la que se puede ir de expedición al mismo infierno. Quién nos hubiera dicho hace un año que Ruiz de Galarreta y Beñat Prados serían los líderes de la sala de máquinas que conduciría al Athletic a la final de la Copa eliminando al Barça y al Atlético. Lo de Galaxy podía sospecharlo alguien, pero el nivel que ha alcanzado el navarro, que a principio de temporada apareció jugando unos minutillos de lateral, es extraordinario.

La paliza que se pegó este jueves, la constancia e intensidad que es capaz de ofrecer, el 'rakarraka al que somete a sus rivales, es impresionante. Como por cierto, es impresionante el nivel de concentración de Vivian y Paredes, ejemplos canónicos de defensas pesimistas, que no se fían ni de su sombra, como le gustan a Ancelotti. Correa y Morata lo pasaron fatal con ellos y se pasaron el partido echando de menos a Griezmann con melancolía. Hasta a Simeone se le puso un gesto mustio, angustiado, el que podía tener como de Holden Caulfield cuando se preguntaba a dónde van los patos de Central Park cuando se hiela el lago en invierno. Porque lo cierto es que el Athletic está tan inspirado que le baja la moral a cualquier enemigo. De hecho, hasta Julen Agirrezabala, ya con 3-0 , se reivindicó con dos paradones.

El martillo de Thor

La gran fiesta que fue el partido comenzó con unos minutos de tanteo durante los cuales el Atlético pareció sentirse cómodo, a gusto con el plan que había ideado Simeone. Dibujaron incluso un par de llegadas bien elaboradas, aunque terminaron en nada. El Athletic, por su parte, buscaba un equilibrio eficaz que no le hiciera asumir riesgos pero que tampoco le cortara las alas en ataque. Estaba el duelo, en fin, en una situación de 'stand by', como de puntos suspensivos, a la espera por ambas partes de que algo importante sucediera. Y sucedió en el minuto 12. Nico se fue por la banda izquierda y puso un centro largo al área. Era la primera aproximación peligrosa de la tropa de Valverde. Atento en la zona del segundo palo, su hermano Iñaki vio cómo le llegaba el balón, se perfiló y empalmó una espléndida volea con la espinilla. Oblak vio pasar la pelota como una bala de cañón.

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Las gradas de San Mamés, donde por cierto hubo un par de sustos que provocaron sendos parones, estallaron con un sentimiento compartido de jubilo, satisfacción y orgullo. También con un punto de incredulidad. A algunos les vinieron a la cabeza los dos goles de Berchiche al Mallorca, que para eso será el rival en la final de Copa. Aquellos dos remates letales y afortunados provocaron entonces hasta la risa de asombro de algunos jugadores y del delegado del equipo. Natural. Y es que la pegada que está mostrando el Athletic esta temporada en San Mamés es asombrosa. Tanto que hace reír. No se recuerda una semejante en la era moderna.

Lo de los rojiblancos no es un mazo. Es el martillo de Thor. En el resto de la primera parte crearon otras dos buenas ocasiones, ambas aprovechando la conexión de los hermanos Williams, que el Atlético no pudo desactivar de ninguna manera. Hermoso, de hecho, sufrió una auténtica sesión de tortura que le afectó incluso a la hora de los pases, la mayoría defectuosos. Pues bien, esas dos ocasiones terminaron en un remate que se le escapó a Nico por muy poco en el minuto 26 y en el 2-0, marcado por el pequeño de los dos hermanos tras una asistencia perfecta del mayor, en el minuto 41.

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El Atlético salió rendido en la reanudación, rendido de pura resignación. Y el Athletic, inconformista, propulsado por su espíritu comanche lo aprovechó para hacer sangre. Nico, Sancet y Guruzeta tuvieron el 3-0, que el donostiarra acabó firmando a la hora de juego. El resto ya fue media hora de jolgorio. El 6 de abril, en el estadio de La Cartuja, a una hora todavía por decidir, entre las nueve y las diez de la noche, el Athletic intentará proclamarse campeón de Copa cuarenta años después. Hablamos de un tiempo muy largo, un periodo casi cósmico, propio de avistamientos de cometas y asteroides. Estaremos, por tanto, obligados a mirar el cielo.

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