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Andoni Ayarza: «Lezama tiene mucha salud, al igual que el futuro del Athletic»

«Nuestra factoría tiene mucha salud y un futuro asegurado»

50 años de Lezama | Andoni Ayarza, director deportivo adjunto, scouting y captación ·

«Nuestras soluciones están en casa, pero no son inmediatas. Hay que tener confianza, los resultados llegarán»

Martes, 26 de enero 2021

Andoni Ayarza acaba de cumplir dos años en Lezama, justo cuando la fábrica de talentos rojiblanca celebra medio siglo de vida. El director deportivo adjunto del Athletic, con responsabilidades en el scouting y la captación, alaba la salud de la cantera bilbaína y asegura que su futuro «está garantizado». Pone en valor el trabajo que se hace en una institución «referencia» a nivel nacional e internacional. Revela que cerca de 200 clubes visitan anualmente Lezama, donde ahora mismo se forman 350 niños y niñas en 14 equipos masculinos y cinco femeninos.

– Con 50 años recién cumplidos, ¿cómo definiría el estado de salud de Lezama. ¿Cómo está el paciente?

– No hablaría de paciente, sino de una persona sana. Lezama tiene mucha salud, al igual que el futuro del Athletic. Las raíces del Athletic están en Lezama y su futuro está garantizado porque en el fútbol base hay muchísimos jugadores con calidad y proyección. En enero se cumplen dos años desde que entramos en Lezama y la valoración que hacemos es excepcional. Nos toca vivir una época complicada, pero incluso si vamos a los resultados deportivos lo vemos reflejado en la campaña 2019-2020. El Bilbao Athletic y el Basconia jugaron el play-off de ascenso y tanto los juveniles como los cadetes quedaron arriba. Significa que las raíces, Lezama, que es lo que nos da de comer, siguen teniendo una salud extraordinaria.

– Entró por primera vez en Lezama a finales de los setenta. ¿Cómo recuerda su primer día?

– Entré en 1978-1979, en infantiles. Pero mi primer recuerdo es el del año anterior, cuando jugaba en un equipo de Derio llamado Aldekone. Lo fundamos nosotros mismos. Vinimos a jugar el Torneo de Lezama en Semana Santa. Éramos de diferentes generaciones. Nos movíamos en una horquilla de tres o cuatro años. No me dejaron jugar por edad, cuando ya tenía la camiseta. Me dijeron que era demasiado joven. Fue mi mayor disgusto de niño. El año siguiente regresé al mismo torneo con mi colegio, me vieron y me reclutaron.

– ¿Cómo era aquel Lezama?

– Me parecía precioso. El de ahora ha mejorado mucho, pero aquel me parecía idílico porque empezaba a vivir un sueño. ¿Pensaba en llegar al primer equipo? No. Solo quería disfrutar del día a día. Y eso es lo que trasladamos ahora a los padres: que sus hijos vivan el día a día al máximo, que no pierdan la ilusión. Si no disfrutan, no merece la pena que estén en Lezama.

– ¿Lo más duro de su trabajo es dar bajas a los chavales?

– Sí, sin duda. Con los profesionales existen contratos. Se renuevan, se acaban o se rescinden. Lo entendemos todos. Pero hablar con una familia para decirle que su hijo no va a seguir supone cortar una ilusión. Un chaval entra a Lezama y quiere estar muchísimos años, llegar al primer equipo. Es un sueño compartido por todos, por nosotros y las familias y nosotros. Queremos que lleguen, que debuten en el primer equipo y que se consoliden. Pero no siempre se cumple.

– De hecho, se cumple pocas veces.

– Así es. Es un momento difícil. Les despiertas de su sueño. Les decimos que muchas veces el camino de llegar arriba tiene curvas. Puedes salir y volver dos años después porque estás progresando, has madurado.

«Nuestro camino»

– Cuando escucha hablar de Lezama como un referente en la formación de jugadores, ¿qué piensa?

– Nuestra filosofía nos hace singulares. He ido mucho con el Bilbao Athletic a Inglaterra y he visto bastantes instalaciones. Tenemos formas de trabajar diferentes. No somos mejores ni peores que nadie, cada uno elige su camino. Nosotros tenemos el nuestro, y nos gusta. Tiene unas limitaciones, pero esas limitaciones autoimpuestas son una gran fortaleza. Nuestra forma de trabajar es diferente. Tenemos que tener paciencia. Si necesitamos un delantero centro, jamás lo buscaremos fuera. Nuestras soluciones están en casa, pero no son inmediatas. Debemos ser conscientes de que en momentos de relevo generación como el actual –entre el año pasado y este han debutado siete jugadores del Bilbao Athletic– toca estar serenos y tranquilos, con confianza. Los resultados llegarán.

«Si necesitamos un delantero centro, jamás lo buscaremos fuera. Nuestras soluciones están en casa, pero no son inmediatas»

– Hay muchos clubes que apuestan por la cantera, por el desarrollo de las instalaciones y la infraestructura. ¿Cómo está Lezama en ese sentido? ¿Va a la misma velocidad, va más rápido o se está quedando atrás?

– Somos un referente. Tenemos visitas y conformamos grupos de trabajo con Salzburgo, Inter, Southampton... Ellos miran con admiración el trabajo que se realiza en Lezama. Y más si nos ceñimos a nuestro ámbito de actuación, en el que ahora convivimos muchos equipos en la élite. Aun así, seguimos siendo un club de alto nivel competitivo. Eso habla bien de lo que quisimos reorganizar cuando entramos: las líneas estratégicas como la selección, detección y captación de todos los jugadores.

– No se puede fallar.

– No se nos pueden escapar. El trabajo es excelente.

– ¿Cuántos clubes visitan Lezama en un año para ver cómo se trabaja en el Athletic?

– Muchísimos. No puedo dar el dato exacto, pero entre clubes de Bizkaia, nacionales e internacionales hablamos de unas 200 visitas anuales. No solo nos vienen a ver, sino también a compartir. Así mejoramos todos.

– Lezama es un modelo en el que se fijan muchos, ¿pero en quién se fija Lezama? ¿Tiene un espejo?

– En cuanto al modelo de cantera, no. Cuando entramos teníamos claras las líneas estratégicas, que están unidas al perfil del futbolista que queremos ir modelando. Tenemos muy claro cómo queremos que juegue el primer equipo, las señas de identidad que debe tener. Hablamos de intensidad, agresividad, jugar en campo rival, presionar tras pérdida, ser verticales... A la hora de captar a chavales –usamos la herramienta Datac– existen tres niveles de observación en los que buscamos un perfil concreto de jugador en función de la demarcación que ocupa.

– ¿Cuántos chavales monitorizan?

– Tenemos más de 3.000 observaciones en la temporada 2019-2020. Más de 3.000 registros de los cuales salieron las 46 incorporaciones realizadas. Y hablamos de una temporada que se cortó en marzo por la pandemia. Debemos tener esa información no solo para nosotros, que ocupamos este cargo coyunturalmente, sino también para los que vendrán después.

«Soy uno de los privilegiados que pudo ir en la gabarra»

– ¿Cuál ha sido el mejor momento de estos 50 años de vida de Lezama?

– A nivel personal, el momento más bonito que he vivido fue en la temporada 1983-1984. No solo por el doblete del primer equipo, sino porque nosotros como cantera, con el juvenil de división de honor, ganamos la liga y la Copa.

– También hicieron el doblete.

– Pasó a un segundo plano porque, lógicamente, el primer equipo acaparaba toda la atención. Aquel año ganamos la Liga y también la Copa al Real Madrid Castilla en La Romareda por 2-1. Metí los dos goles. Tuvimos un premio por el doblete: ir en la gabarra. Soy uno de los privilegiados que pudo ir en la gabarra. Fue nuestra prima. «Un vivero de chavales»

– ¿Lezama debería ser un ente autónomo, inmune a los procesos electorales y directivas?

– Es difícil que yo hable de eso estando dentro. Tenemos un órgano soberano: la asamblea de los socios compromisarios. También contamos ahora con una comisión para la reforma de los estatutos. El club dispone de herramientas para avanzar y mejorar en beneficio del Athletic.

– ¿Entonces hacia dónde debe avanzar Lezama?

– Hacia lo que se considere mejor. Es algo que debe organizarse desde dentro. Pero las herramientas de ahora nos dicen que entra una junta directiva, que tiene cuatro años y que al final de esos cuatro años se verá si sigue o si entra otra. Y si entra otra y tiene una visión diferente sobre Lezama está en su derecho de ejecutarla.

– ¿No cree que penaliza la estabilidad?

– Por eso cuando entramos nosotros teníamos claro que nuestro plan de trabajo era de tres años y medio. Al margen de si seguimos o si vienen otras personas, Lezama que se van a encontrar será fortalecido y tendrá cimientos sólidos. El fútbol base debe ser un vivero de chavales con opciones de llegar al primer equipo. Deben ser ganadores y competitivos.

– ¿Qué se puede hacer para evitar que los chavales con más talento dejen Lezama por otros proyectos?

– Tenemos una fortaleza grande. El futbolista que nace en Lezama quiere jugar en el Athletic. Luego el club debe organizarse bien y asegurarse contractualmente de que los mejores futbolistas sigan con nosotros. Creo que el jugador sigue pensando en que el proyecto Athletic es muy seductor. Y tiene que serlo más. Hay que hacerles ver que conseguir títulos es posible. Hablo del Athletic en los siguientes términos, que no son incompatibles: Sentir y competir, tradición y ambición. Tienen que ir de la mano.

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