Ander Herrera se queda un año más en el Athletic

Herrera, que concluye su relación con el Athletic el 30 de junio, ha demorado su respuesta porque ha meditado la posibilidad de incorporarse al Zaragoza, el club que le vio crecer como futbolista. Tal y como adelantó este periódico, Txingurri quería seguir contando con el jugador, del que valora, sobre todo, la experiencia que posee para el regreso a Europa del equipo. El acuerdo final para continuar un año más en Bilbao se ha firmado «hace unos días», según fuentes de toda solvencia, y ambas partes buscan ahora el momento de anunciarlo, aunque es probable que sea a lo largo del día de hoy o de mañana.

El Zaragoza ha intentado que regresara al club en el que se formó y en el que el propio Herrera ha manifestado en numerosas ocasiones que desea retirarse. Durante la pasada semana se especuló con que iba a aceptar jugar la próxima campaña en La Romareda. Fue un intento muy serio el que hizo la entidad maña para fichar al rojiblanco. De hecho, como desveló EL CORREO, Herrera y su padre comieron con el técnico del equipo zaragozano, Víctor Fernández, en el restaurante 'Jena', en el barrio de Montecanal, al sur de la capital aragonesa. En ese encuentro, el jugador escuchó las líneas maestras del nuevo plan para devolver al conjunto maño a Primera División y expuso sus condiciones para regresar a su casa, entre las que no figuraban como prioritarias las económicas. Quería garantías de que se iba a encontrar con un proyecto deportivo de envergadura para regresar a la élite la próxima temporada. La propuesta no le convenció. En todo caso, tampoco le colocaron una oferta sobre la mesa.

Será su tercera campaña como rojiblanco en esta su segunda etapa en la capital vizcaína. Entre medias ocho años en equipos del máximo nivel continental como el Manchester United (5) y el PSG (3). Con los diablos rojos logró cuatro títulos y en 2017 fue catalogado incluso por la afición de los 'Red Devils' como mejor jugador de la temporada. Su paso por el conjunto galo -recaló en la Ciudad de la Luz en 2019-, por contra, no fue sencillo, pese a conquistar siete títulos. Precisamente, aprovechando esa complicada situación en la capital francesa -entrenaba al margen del equipo junto a varios compañeros más-, la directiva que preside Jon Uriarte se movió con sigilo el verano de 2022 para recuperarle y satisfacer así a un Ernesto Valverde que le consideraba la figura ideal para el fútbol de rock and roll que tenía en mente.

Pero desembarcó en Bilbao y no ha conseguido recuperar su mejor versión. El primer curso, lastrado por reiterados problemas musculares, sólo disputó 698 minutos en Liga repartidos en 17 partidos -nueve como titular y ocho saliendo desde el banquillo-. En Copa participó en las eliminatorias ante el Alzira en la primera ronda, así como contra el Españyol y el Valencia en octavos y cuartos, respectivamente. Herrera afrontaba la temporada recién acabada con la intención de reivindicarse, pero tampoco ha tenido el protagonismo que le hubiera gustado sobre el césped.

La llegada de Iñigo Ruiz de Galarreta en verano, un fijo en los planes de Valverde en la medular, así como la aparición también de un Beñat Prados solvente y resolutivo le han relegado a un segundo plano, al igual que ha sucedido con Mikel Vesga.

Es en la próxima campaña donde Valverde confía en ver la mejor versión de Herrera. Los rojiblancos afrontarán cuatro competiciones entre Liga, Copa, Supercopa y Europa League y será en esos momentos cuando Herrera tenga que aportar su veteranía en la competición internacional.

Unos galones que la tropa de Valverde ha perdido en cierto modo con la marcha de Iker Muniain -aún sin equipo-, Raúl García -ha dejado el fútbol-, y Dani García -la semana pasada insinuó que Eibar sería una alternativa ilusionante para «cerrar el círculo» si los armeros ascienden a Primera-. De Marcos y el propio Herrerá deben tomar el relevo y hacer de su experiencia un valor añadido para un grupo joven pero de una enorme proyección.