Cuenta Amaia Basáñez que ella salió de Bilbao hace 36 años, pero que Bilbao nunca ha salido de ella. «Y mucho menos el Athletic», añade esta instructora de fitness afincada en Manchester (Reino Unido). «En mi casa el fútbol siempre ha estado muy presente. Recuerdo ... que mis padres siempre se iban a Madrid cuando todavía era la Copa del Generalísimo. Y tanto mi hermano mayor como el pequeño han jugado en el Bilbao Athletic, así que imagínate la ilusión que me hace este partido. Voy a llorar desde el minuto uno», confiesa Amaia, que siempre imparte sus clases de aquagym vestida con la camiseta rojiblanca que el Bilbao Basket hizo para la anterior final.
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Además de en el corazón, esta athleticzale «de toda la vida» lleva a los leones tatuados en la pierna. Y no es el único símbolo de bilbainismo que se ha grabado en la piel. También lleva un dibujo de la baldosa de Bilbao en el dorso de la muñeca. «Bueno, y si entras en mi casa de Manchester alucinas, parece que estás en pleno centro de la capital vizcaína. Tengo de todo. La cristalería de Athletic, bufandas, pañuelos, camisetas firmadas, cuadros, gorros, fotos... Hasta la perra tiene el collar y un buff rojiblanco».
Amaia ha conseguido que hasta el marido de su hija, que jugó en las categorías inferiores del Manchester United durante varias temporadas, se haga del equipo que dirige Ernesto Valverde. «Cuando le explicamos que en el Athletic no juegan extranjeros, decidió cambiarse el nombre para grabarlo en la camiseta. En lugar de Joseph se ha puesto Joseba», recuerda Amaia con una carcajada. Una camiseta que, por cierto, también tiene su historia. «Cuando el Athletic vino a jugar contra el Manchester United hicimos amistad con un grupo de vizcaínos que vino a ver el partido y que se encontraban un poco perdidos por la ciudad. Mi hija y yo les ayudamos a llegar al estadio y nos hicimos amigos. Así que en uno de mis viajes a Bilbao uno de ellos me presentó a Iribar y me firmó la camiseta que después le regalamos a Joseph», explica todavía emocionada.
Amaia verá la final en casa de su amigo Martin con toda su familia y otros amigos vizcaínos como Xabier, que también comparte su pasión por los leones. «En mi urbanización todo el mundo sabe de donde soy porque les 'obligo' a celebrar los triunfos del Athletic y hasta la Aste Nagusia. Reparto pañuelos y bufandas y hago tortilla y pastel vasco para todos, así que están encantados».
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La única pena que tiene Amaia es que volará a la capital vizcaína el próximo 12 de abril, «justo un día después de la gabarra. Si finalmente ganamos al Mallorca, me da mucha pena perdérmela, aunque yo soy de las afortunadas que la ha visto pasar varias veces por la ría».
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