Almería 0-0 Athletic
Un partido impropio de este AthleticJornada 24 ·
Decepción. Los rojiblancos volvieron a sufrir el desgaste de la Copa y no pudieron hacerlo peor ante un voluntarioso Almería que jugó con diez casi toda la segunda parteSecciones
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Almería 0-0 Athletic
Un partido impropio de este AthleticJornada 24 ·
Decepción. Los rojiblancos volvieron a sufrir el desgaste de la Copa y no pudieron hacerlo peor ante un voluntarioso Almería que jugó con diez casi toda la segunda parteEn un partido impropio de su trayectoria esta temporada, el Athletic se dejó dos puntos de oro en el Power Horse Stadium, donde firmó una actuación paupérrima (0-0) y no fue ni siquiera capaz de aprovechar ante el colista su superioridad numérica durante casi ... toda la segunda parte. Está claro que el trajín de la Copa está pasando factura a los rojiblancos fuera de casa, donde son más débiles. Derrota en Valencia y empates a cero ante el Cádiz y el Almería, dos de los grandes coladeros de la Liga. Los de Garitano, por ejemplo, son el equipo que más goles ha encajado esta temporada (51). Pues bien, fue tal la inutilidad del Athletic que jugando contra diez desde el minuto 52 tras la expulsión de Ramazani no es que no marcase, sino que sólo creó una ocasión realmente clara, un cabezazo de Raúl García al poste en el minuto 87.
Almería
Maximiano, Radovanovic, Edgar, Pubill, Centelles (Langa m.65), Robertone, Lopy (Melero m.47), Arribas (Embarba m.65), Ramazani, Baba, Lozano (Marezi m.65)
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Athletic
Unai Simón, De Marcos, Yeray, Paredes, Yuri, Unai Gómez (Muniain m.45), Galarreta (Sancet m.65), Berenguer (Adu Ares m.73), Vesga (Ander Herrera m.65), Iñaki Williams, Villalibre (Raúl García m.45)
Árbitro: García Verdura (madrileño). Amonestó a Pubill, Melero y Sancet. Expulsó con doble amarilla a Ramazani.
Incidencias: 12.863 espectadores en el Power Horse Stadium.
Llevamos escribiendo toda la temporada que al Athletic le sale todo bien, que lo suyo está siendo una ley de Murphy pero a la inversa. Esta vez, sin embargo, se produjo como un regreso a los tiempos tenebrosos en los que casi todo parecía salirle mal. El juego fue malo con avaricia, la falta de lucidez irritante, sobre todo en el tramo final, Valverde no acertó con el once y tuvo que quitar a Villalibre y Unai Gómez en el descanso, sus cambios en la segunda parte dando entrada a Raúl García, Muniain, Herrera, Sancet y Adu Ares no surtieron ningún efecto... Lo cierto es que fue un partido penoso y una auténtica lástima por lo que suponían los tres puntos. Con decir que lo único bueno fue que Marezi rematase al larguero un mano a mano con Unai Simón en el minuto 90 y el Athletic evitara el bochorno de una derrota contra el colista en inferioridad está dicho todo.
La primera imagen del Athletic, curiosamente, fue esperanzadora, con el equipo presionando muy arriba y poniendo en dificultades a un Almería que lleva toda la temporada sufriendo un dolor crónico en defensa. Esas buenas sensaciones, sin embargo, duraron poco, ya que el partido no tardó nada en entrar en una especie de agujero negro de imprecisiones y descontrol. El equipo de Valverde no era capaz de mover el balón con criterio. Vesga no estaba fino y acumulaba pérdidas, algunas de ellas realmente extrañas. Galarreta tampoco aportaba luz, salvo en un par de arrancadas rompiendo líneas y a Unai Gómez se le veía algo perdido, sin esa ferocidad y verticalidad a la que acostumbra cuando sale desde el banquillo. No hace falta decir que el equipo notaba las ausencias de Sancet y Nico Williams, ya que Berenguer se limitó a meter un par de centros, pero no fue en absoluto ese factor permanente de desastibilización que suele ser el pequeño de los Williams.
El caso es que el partido se fue igualando en un ir y venir tan voluntarioso por ambas partes como inocuo. Los locales también tenían graves problemas de elaboración y, como tantas otras veces, vivían de las ocurrencias de Ramazani, un futbolista con tanta talento como tendencia a las elecciones erróneas. Algunas de ellas, directamente letales como la segunda tarjeta que se ganó en el minuto 52 cuando, ya con una amarilla por un agarrón a De Marcos en la primera parte, volvió a hacer otro muy similar y tuvo que irse a la calle para desesperación de Garitano.
Durante más de media hora, Maximiano y Unai Simón fueron unos espectadores más en el Power Horse Stadium. Cómo sería la cosa que los comentaristas del partido, gente obligada a ver rebosantes los vasos medio llenos, reconocían que las defensas se estaban imponiendo a los ataques, afirmación que sólo utilizan en los grandes muermos.
Sin una causa concreta, por una de esas simples inercias que se producen en el fútbol, el partido se agitó con un cierto oleaje pasada la media hora. En el minuto 34, tras recibir un buen pase de Iñaki Williams, Villalibre puso en apuros a Maximiano con un derechazo. Era la primera acción de peligro del delantero de Gernika, cuyo rendimiento no debió agradar a Valverde porque le sustituyó en el descanso por Raúl García. Y lo mismo se puede decir de Unai Gómez, cuyo puesto pasó a ocupar Muniain. En fin dos veteranos que apenas cuentan esta temporada para dar aire ofensivo a un Athletic que casi celebró el 0-1 en el minuto 39 en un cabezazo de Paredes en un córner que obligó al portero local a firmar la parada de la noche. Y hablando de cabezazos y oportunidades, lo cierto es que el Almería también tuvo uno claro al filo del descanso pero el Choco Lozano lo dirigió fatal, a las manos de Simón.
La segunda parte parecía que podía ser competida. El Almería, en concreto Ramazani como decíamos, se empeñó en que no, en que fuese un monólogo de un Athletic en superioridad. Justo después de terminar mal un contragolpe que nació en una grave pérdida de Muniain, el jugador belga se autoexpulsó. Quedaban 38 minutos más el descuento, tiempo de sobra para que los rojiblancos sentenciaran el partido. Sería injusto no valorar el trabajo defensivo de los pupilos de Garitano. Otro gallo les cantaría en la clasificación de proteger su portería así. Ahora bien, la falta de ideas y precisión en ataque del Athletic fue desoladora. Un buen pase de de Muniain que De Marcos ni remató ni prolongó con su cabeza, el testarazo ya citado de Raúl García y pare usted de contar. Lamentable. Sólo faltó que Marezi aprovechase su ocasión. No es que hubiera sido justo, pero al menos hubiera premiado el gran sacrificio de su equipo.
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