La afición del Athletic desafía a la lluvia en Lezama: comunión total con la plantilla antes del decisivo choque ante la Roma

Entonaron el himno y otros cánticos habituales de San Mamés. Y se llevaron como recompensa el cariño de los jugadores ya dentro de Lezama. Ocuparon las gradas del campo de entrenamiento y la convirtieron en una más de San Mamés mientras toda la plantilla les correspondía desde el centro del campo. También hubo un guiño al lesionado Dani Vivián a gritos de «teniente». Una imagen de comunión total.

La convocatoria anónima que ha circulado por redes sociales invitaba a acudir este miércoles a las seis de la tarde a las instalaciones del club para dar «un último aliento» a los futbolistas que intentarán remontar el 2-1 sobre la bocina que les hizo caer en el Olímpico. Uno de los primeros en hacerse eco del cartel era la cuenta de Athletic Xtra en 'X', antes Twitter, de una iniciativa que ha creado el usuario @Zepelin1991. «Dejemos las diferencias a un lado. ¡El equipo nos necesita, la afición debe estar más unida que nunca. Por eso, creemos que dar un último aliento a los jugadores es vital para el partido de este jueves», pedía en referencia a las tiranteces de estas últimas semanas entre el grupo de animación Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH) y la junta directiva presidida por Jon Uriarte.

Es una antesala para lo que se vivirá en el corazón de Bilbao este jueves, ya con la gran cita a la vuelta de la esquina. El Athletic se concentrará en el Carlton, como es habitual. La peña 7 de abril Aitor Paredes ha convocado a la afición a partir de las 16.30 horas a las puertas de este lujoso alojamiento de la plaza Moyua. La idea es posteriormente acompañar al autobús del equipo en su camino hacia San Mamés «con un gran bufandeo». Un llamamiento que posteriormente hizo el grupo Iñigo Cabacas Herri Harmaila (ICHH), el grupo que ha convocado la huelga de animación, pero a las 16.45 horas.

Precisamente, ICHH ha anunciado que liderará la animación desde el bloque 108 tras varias semanas sin hacerlo. Tras negarse a fimar el decálogo de condiciones que proponía la junta directiva de Jon Uriarte para una animación «sin insultos», pedían como condición para reactivar su actividad ante la Roma «introducir nuestros elementos de animación (dos megáfonos, dos bombos y 3 banderones ignífugos)». El club aceptó el uso de tales elementos, salvo los megáfonos, ya que es necesario grabar lo que se dice desde su propio micrófono de cara a «la defensa ante posibles expedientes sancionadores». Y recordó que uno de los siete dinamizadores no puede desempeñar esa función al contar con al menos una denuncia por hechos acaecidos en el estadio.

La jornada se desarrollará con un fuerte dispositivo de seguridad por parte de la Ertzaintza para evitar peleas entre radicales de ambos equipos. Se espera la presencia de alrededor de 400 ultras procedentes de Roma, cuya afición (más de 2.000 en total) se concentrará en los alrededores del Guggenheim antes de ser escoltada a San Mamés. El Ayuntamiento ha solicitado a los locales de hostelería del entorno retirar sus terrazas para evitar que el mobiliario pueda ser utilizado en posibles peleas.

Será a partir de las 16.00 horas cuando comiencen a movilizar a los italianos al estadio, al que podrán acceder a partir de las 16.45 horas. Es obligatorio para la afición de la Roma acudir de esta manera a La Catedral por motivos de seguridad. Al estadio accederán por las puertas 21 y 22 para ubicarse en los sectores 321 y 323. El despliegue policial para controlar la situación en este partido de alto riesgo sumará unos 400 agentes de la Ertzaintza.

La explanada de San Mamés también se encuentra vallada, un dispositivo que simulará el que se empleará para la gran final, con el objetivo de evitar peleas y mantener a los ultras de ambos equipos separados. Por último, no se permitirá «bajo ningún concepto» el acceso al sector visitante con entradas válidas para los sectores de la afición del Athletic.

Se trata del mayor despliegue policial de la temporada en San Mamés para un partido declarado de alto riesgo. Hay temor a enfrentamientos entre radicales de ambos equipos. Los locales son de extrema izquierda y los visitantes de ultraderecha. La Ertzaintza también está atenta a si los ultras locales reciben refuerzos de radicales de equipos de la zona como la Real Sociedad y el Alavés y si los visitantes logran apoyos de violentos del Frente Atlético.