Dos vecinos de Usansolo hacen en bici los 900 kilómetros hasta Sevilla

La euforia siempre ha corrido por las venas de estos dos athleticzales, pero ahora es aún mayor. En una conversación en un bar de Usansolo entre estos dos amigos surgió la idea de coger la equipación para bajar hasta el estadio sevillano. Uno de ellos propuso hacer el recorrido en bici y su amigo, ni corto ni perezoso dijo: «A que no hay huevos». El resultado ya se puede ver.

González dice no haber cogido una bici «desde que emitían Verano Azul», pero Capetillo es un experto ciclista con muchos kilómetros y rutas a sus espaldas. Estos dos amigos y compañeros de mus, salieron el pasado 24 de marzo de Usansolo, hicieron una parada en San Mamés porque «había que pasar por la Catedral, sino no tendría sentido» y el lunes 1 de abril llegaron a Sevilla «agotados, con los gemelos destrozados, pero muy felices».

La ruta de 900 kilómetros la dividieron en 9 etapas: Usansolo-Oña, Oña-Castrojeriz, Castrojeriz-Dueñas, Dueñas-Alba de Tormes, Alba de Tormes-Hervás, Hervás-Cañavelar, Cañaveral-Mérida, Mérida-Monesterio, Moneterio-Sevilla. Eligieron cruzar los llamados caminos verdes –antiguas vías del tren reconvertidas en senderos–, varios tramos del Camino de Santiago y la ruta de la Plata. Pernoctaron en diferentes albergues y compartieron tiempo y espacio con peregrinos, que «nos felicitaron por este viaje».

Lo cierto es que se han encontrado con varias dificultades, la peor: el tiempo, que no ha jugado a su favor. Salieron de Euskadi en plena borrasca Nelson con sus vientos huracanados y las abundantes precipitaciones. «Varios días nos empapamos y pasamos bastante frío», explica González y añade: «Hubo que hacer varias paradas técnicas para dejar la ropa en estufas de leña de hoteles y también improvisamos tendederos».

«En algún momento nos hundimos, pero no queríamos rendirnos», insiste González. Los dolores de gemelos y aductores también se hicieron presentes, pero no pudieron con ellos. Como apoyo por si sucedía algún percance, contaron con una furgoneta conducida por un tercer amigo que, afirman entre risas «iba muy cómodo mientras nosotros pedaleábamos».

Ataviados con las camisetas del Athletic, por fin conquistaron Sevilla. Ahora, «toca preparar la previa» y, esperan, «celebrar la victoria». La parte mala es que no consiguieron entradas y manifiestan con humor que «el equipo podía apiadarse de nostoros tras esta penitencia y recompensarnos con una entrada».