«Me iría bastante mejor con la cara y las hechuras de Jon Kortajarena»

- ¿Qué le ha dado Domingo López Chávez?

- Me ayuda a atreverme con cosas que sin sus palabras me costaría realizar al no tener plena confianza.

- ¿Peca de inseguro?

- Para nada. Muchas veces esta profesión te pone obstáculos difíciles de superar. Tener gente experimentada y confiar en ellos me permite seguir avanzando.

- Dicen que posee toreo de sobra para estar entre las figuras y triunfar en cualquier plaza.

- Intento ser yo mismo y dar la cara en todos los lugares. En esta profesión hacen falta muchos requisitos para estar arriba. Estoy en el camino.

- ¿A qué requisitos se refiere?

- Es fundamental poseer la convicción y ambición de querer serlo. No solo basta torear bien, demostrar valor y tener arte. Hace falta también la suerte.

- ¿Un triunfo le puede cambiar la vida a un torero?

- Un triunfo en Madrid, Sevilla o Bilbao te cambia la carrera en diez minutos, en lo que tardas en cuajar un toro. Por eso es tan bonita esta profesión. Cambian tanto las cosas de un día para otro...

- ¿Confía en que ese cambio se produzca hoy en Bilbao?

- Sería magnífico salir por la puerta grande. Lo que de verdad cala en el aficionado y en la tauromaquia es el cuajo de una faena rotunda y la certeza de que lo surgido entre el torero y el toro ha sido maravilloso. Es lo que de verdad te da categoría.

- ¿Siente que le falta ese triunfo rotundo?

- Hay muchas formas de triunfar. La que busco yo y todos los demás toreros es ir más allá de realizar una simple faena de oreja. Importan las formas y calar en el aficionado.

- ¿Llegará ese triunfo contundente?

- Debe llegar en algún momento.

- ¿No hay victoria sin sacrificio?

- En esta profesión, le diría que no. Es imposible.

- ¿Por qué?

- Lo realmente complejo no es salir a hombros un día, sino dar la cara y estar al pie del cañón cada tarde. Eso exige sacrificio, no un golpe de suerte.

- ¿Las heridas moldean a los matadores?

- No tiene por qué, pero sí es verdad que curten y te descubren lo que te juegas.

- ¿Las plazas de toros son un teatro donde puede pasar cualquier cosa?

- En un teatro la obra está meditada, consensuada y estudiada. El coso es un escenario donde nadie sabe lo que va a pasar, ni el propio torero. Nos enfrentamos a un animal vivo sin saber cómo va a reaccionar, aunque estemos en contacto con él todos los días. Por mucho que uno sea estudioso del toro, nunca sabes por dónde puede salir. Es la fuerza del misterio.

- Hablando de teatro, ¿Garrido se quedó con todo el arte?

- Ja, ja. Trato de expresarme como soy de la forma más natural posible. Así es como tengo que llegar a la gente, siendo transparente.

- Subió hace poco a bordo de la Nao Victoria vestido como Fernando de Magallanes para un anuncio. ¿Explotan los toreros las vías publicitarias?

- No como deberíamos. Los diestros han sido parte fundamental de la aristocracia española durante mucho tiempo y ahora, quizá por movimientos radicales ajenos a nosotros, nuestra figura no atraviesa su momento más lúcido, aunque siempre despertamos morbo.

- Posó también con el torso desnudo en un calendario erótico de toreros que se llamaba 'Instintos Salvajes'.

- Se hacen muchas cosas. Se intenta, siempre desde el respeto a esta profesión, darle el mayor colorido posible. ¿Para qué? Para movilizar al gran público y no solo al aficionado. Las plazas se llenan con el gran público.

- ¿Se ve como el Jon Kortajarena de los ruedos?

- Ni mucho menos. (Risas). Si yo tuviera su cara y hechuras, a lo mejor me iba de otra manera. Seguro que me iría bastante mejor.

- ¿Quiere seguir la estela de los futbolistas?

- Todo lo que llame la atención para que acuda la gente será positivo.

- ¿El clima antitaurino les supone un freno importante?

- Nos daña mucho en localidades y ciudades que se mueven en el debate 'toros sí, toros no'.

- ¿Qué diría a los detractores de la fiesta?

- No soy nadie para cambiar la opinión de los demás. Solo pido respeto para que cada uno sea libre de hacer lo que quiera.